Ernesto Ibarra: 'La ingeniería biomédica en Panamá ha evolucionado de una manera tan grande...'

Actualizado
  • 23/10/2023 00:00
Creado
  • 23/10/2023 00:00
El investigador y catedrático universitario, ganador del 'Premio Internacional de Ingeniería Clínica Antonio Hernández' del Colegio Americano de Ingeniería Clínica de EE.UU., conversó con este diario sobre la evolución de la ingeniería biomédica en los últimos años y cómo se visibilizó mucho más con la pandemia. Habló sobre la importancia de esta rama de la ingeniería para salvar vidas y desveló los aportes que ha hecho Panamá en esta disciplina, que se ocupa de los problemas propios del ámbito médico y sanitario
Ernesto Ibarra es egresado de la Universidad Latina de Panamá.

El académico e investigador, Ernesto Ibarra, recientemente fue reconocido por el Colegio Americano de Ingeniería Clínica (ACCE, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, con el “Premio Internacional de Ingeniería Clínica Antonio Hernández”, por su extraordinario liderazgo en la promoción de la ingeniería clínica en Panamá y la región del Caribe, y por su destacado trabajo colaborativo, impulsando el avance de la seguridad en el cuidado de la salud en América Latina.

Egresado de la Escuela de Ingeniería Biomédica de la Universidad Latina de Panamá (ULatina), en la que hoy es docente, Ibarra es licenciado en ingeniería biomédica [2002-2007]; máster en ingeniería biomédica con especialización en ingeniería clínica [2010]; y doctor en biomedicina con especialización en telemedicina, biosensores y procesamiento de señales biomédicas por la Universidad de Barcelona y la Universidad Politécnica de Cataluña, España [2014]. También colabora como docente e investigador en la Facultad de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP) y en la Universidad Especializada De Las Américas (Udelas). A lo largo de su carrera profesional, Ibarra se ha dedicado a la investigación y al desarrollo de innovaciones, todo al pie de la ética, para el tratamiento de enfermedades y para salvar vidas de agresivas enfermedades como el cáncer que le arrebató de su lado a su padre, cuando él todavía era muy joven. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 20 millones de personas en todo el mundo fueron diagnosticadas con cáncer en 2022. En Panamá, el cáncer es la segunda causa de muerte, después de las enfermedades cardiovasculares. Solo en el año 2018 se registraron más de 7,000 casos nuevos de cáncer en el país. Los tipos de cáncer más frecuentes el país son: el cáncer de próstata, el cáncer de mama, el cáncer de colon y el cáncer de pulmón, de acuerdo con datos del Ministerio de Salud de Panamá. El padre de Ibarra falleció de cáncer de hígado. La ingeniería biomédica está estréchamente implicada en la lucha contra el cáncer, en el desarrollo y aplicación la inteligencia informática al trabajo en el campo y motivando la creación de nuevas maquinarias y equipos para la detección y el diagnóstico de tumores en etapas tempranas y en otras líneas de investigación sobre esta enfermedad.

Ibarra ha realizado diversos aportes significativos a la ingeniería biomédica y la investigación científica en Panamá, especialmente en campos como la telemedicina, la captación de energía en el entorno humano, la radiación y la salud humana. Sin conocerlo y sin haber visto su fotografía en la internet, uno se podría imaginar que es uno de esos tipos arrogantes, con aires de superioridad y a los que no se le puede llevar la contraria. Pero al hablar con él, con cada palabra, sale a luz la calidad de persona que es: un hombre orgulloso de sus raíces interioranas, agradecido, modesto y muy sensible, a la vez, pero sobre todo entregado a su profesión y a la docencia. Ve en la disciplina de la ingeniería biomédica un futuro prometedor. Es de los que no le gusta hablar mucho, sino hacer y demostrar, como bien lo afirmó en esta entrevista con La Estrella de Panamá en el marco del primer Congreso Nacional de Ingeniería Biomédica (el 13 y 14 de octubre), como antesala de preparación para el Congreso Latinoamericano de Ingeniería Biomédica 2024.

Él es de lo que con frecuencia participa en conferencias, congresos y talleres de capacitaciones científicas tanto a nivel local como internacional, incluyendo en países de América Latina como: Colombia, Ecuador, Costa Rica, El Salvador y México. Actualmente es vicepresidente del Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE), sección Panamá, y en el 2025-2026 se convertirá en el primer ingeniero biomédico que ocupa la presidencia de esta asociación aquí en el país. También es presidente de la Asociación Panameña de Ingeniería Biomédica (Apib) 2023-2024. En este espacio, Ibarra profundiza sobre sus contribuciones, investigaciones, evolución y oportunidades del presente y futuro de la ingeniería biomédica y la telemedicina en Panamá.

El académico e investigador, Ernesto Ibarra.
¿Cómo nació su interés por estudiar ingeniería biomédica?

Soy del interior del país [Aguadulce] y cuando llegué acá [Panamá] venía con una pluma en la cabeza. No sabía dónde estaba, ni dónde me ubicaba. Estaba indeciso de si estudiar medicina o ingeniería biomédica. Quería seguir los pasos de mi papá que empezó a estudiar medicina en la Universidad de Zaragoza, España, y aunque no la terminó, en su librería tenía muchas enciclopedias de todas las especialidades médicas: cirugía, obstetricia, medicina interna, etcétera, que siempre estuvieron presentes en mi formación. Al final me fui por la ingeniera biomédica, aunque ese entonces no se conocía mucho de la carrera.

¿Qué lo motivó a investigar en el campo de la ingeniería clínica o biomédica?

Mi padre. Él murió de cáncer de hígado antes de que yo terminará mi carrera. Su muerte me dio esa afinidad para que yo quisiera apoyar al mundo y avanzar la carrera (…) Mi papá ya había muerto pero sí me despertó interés el tema de radioterapia. Realicé mi práctica profesional con una empresa que tenía que ver con el Instituto Oncológico Nacional y dentro de los temas que moví fue una investigación para el tratamiento de cáncer, más que todo hepático, con la utilización de materiales radioactivos. Realmente, estar en un campo donde no hay tanta competencia te hace poder innovar, desarrollar y cambiar un poco la historia de la medicina.

Entiendo que ha hecho numerosas contribuciones, pero ¿cuál sería su principal investigación hasta ahora?

Soy la primera persona que propuso una Wireless Body Area Networks (WBAN) [dispositivos inalámbricos que pueden estar implantados dentro o sobre el cuerpo como los marcapasos etc., ya sea para funciones de monitoreo o diagnóstico de los pacientes] operada por captación de energía del entorno humano [Human Energy Harvesting], ya sea de una fuente bioquímica, térmica, etc. La idea es que el dispositivo permanezca funcionando perpetuamente dentro del cuerpo, y a menos que haya una falla en el hardware, se tenga que retirar y cambiar el dispositivo. Esta es una de las primeras contribuciones que he hecho y la más destacada. Terminé la investigación a finales de 2014 y dio origen a aportes con muy buenos resultados, según lo investigado. Aplicamos mi trabajo en el proyecto para monitorizar con sensores, a través del teléfono celular, a cada una de las personas que estaban con covid-19 en aislamiento domiciliario, y seguir su evolución.

Menciona la pandemia, ¿cuáles serían las lecciones que dejó para el país esta crisis de salud global?

Que Panamá tiene innovación, investigación y que en la parte de ingeniería biomédica Panamá no se quedó con los brazos cruzados y también ayudó. Otra de las lecciones que Panamá aprendió es que el ser humano tiene instinto de supervivencia, pero durante la pandemia ese instinto no se dio como un ser individual, si no como un ser colectivo.

¿La ingeniería biomédica es la carrera del futuro o la pandemia la aceleró?

La pandemia visibilizó mucho más y destacó el rol del ingeniero biomédico. Llevamos más de veinte años graduando ingenieros biomédicos. Lo que a mí me enorgullece es que Panamá haya visibilizado la carrera y que cuando vino la pandemia, todos los profesionales extranjeros, por ejemplo, se regresaron a sus países. Y, ¿quiénes quedaron aquí en Panamá dando la cara y el pecho?, los ingenieros biomédicos que se graduaron en Panamá. No cayeron del cielo. No los importamos, ya estaban aquí, formados y sabían lo que tenían que hacer. La realidad en Panamá hubiese sido diferente sino hubiesen ingenieros biomédicos graduados.

¿Cuándo se empezó a dictar la carrera de ingeniería biomédica en Panamá?

En 1999 (…)

¿Cuántos ingenieros biomédicos graduados hay en Panamá en estos momentos? ¿Hay equidad de género en la profesión?

Hay unos 459 graduados entre todas las universidades y la mayoría son mujeres, y eso no solo se da aquí en Panamá. Hoy vemos que, por ejemplo, en las unidades de los hospitales pediátricos y en los hospitales públicos y privados (…) las jefas son ingenieras biomédicos (…) El 60% de los jefes de biomédica en el área capital son mujeres y los hombres representan el 40%. A nivel de Latinoamérica, también hay un mayor interés de la mujer en la ingeniería biomédica, o sea que [la profesión] está en equidad de género (…) Los hombres se mantienen, pero las mujeres también están ahí y representan prácticamente (…) hasta un 55%.

¿Hay oportunidad laboral en Panamá para los nuevos ingenieros biomédicos? ¿En qué áreas en específico?

¡Sí! Hay oportunidad laboral (…) La Ciudad Hospitalaria, por ejemplo, va a requerir una gran cantidad de ingenieros biomédicos que no los tiene; y el Complejo Hospitalario y el Ministerio de Salud también. La tecnología va a ir creciendo y a medida que esto dé se van a necesitar más profesionales. Aquí le explico algo, porque a veces se distorsiona […] los ingenieros biomédicos tienen especialidades así como los médicos, en áreas, por ejemplo, de hemodiálisis, imageneología, medicina nuclear, radioterapia. Un ingeniero biomédico general va a tender a especializarse.

Panamá apuesta por el turismo de congresos y reuniones, ¿cree que este país también podría ser destino para los eventos de ingeniería biomédica?

¡Claro que sí! Este mes de octubre ( 13 y 14) tenemos el primer Congreso Nacional de Ingeniería Biomédica en la ciudad de Panamá. . Es el más importante de la región latinoamericana y el primero en Centroamérica (…) se realiza cada dos o tres años y es el primero presencial después de la pandemia. Además es para perfilarnos en el ensayo de la organización del Congreso Latinoamericano de Ingeniería Biomédica 2024 que también ganamos en el 2021 y con el cual Panamá va a ser el epicentro mundial de la ingeniería biomédica en Latinoamérica. La ingeniería biomédica en Panamá ha evolucionado de una manera tan grande que ahora vamos a ser sede de estos congresos.

¿Podría convertirse Panamá en un 'hub' de educación, investigación y desarrollo de la ingeniería biomédica?

Sí, claro que sí, y sí. Y le voy a decir por qué. Voy a regresar la página. Lo que pasa es que Panamá no aprende. El panameño olvida. Ese es problema. No es la mano de obra. ¿Qué tuvimos que hacer en pandemia? Empezar a desarrollar porque se cerraron las fronteras y no había suficientes equipos en los hospitales y se necesitaban y no se podía comprar. ¿Por qué Colombia, Brasil, Argentina o Chile lo pueden hacer [producir] (…)? Pero, ¿por qué Panamá no puede diseñar o hacer su fábrica de equipos médicos?, ¿por qué el sello Panamá no puede destacar en producción de equipos médicos? ¡Claro que sí puede!, si ya lo demostró en pandemia.

¿Cómo ve la evolución y aplicación de la inteligencia artificial (IA) en la ingeniería biomédica? ¿Nos estamos preparando para estas tecnologías?

La inteligencia artificial (IA) no viene de ahora, ya se venía desarrollando y está dentro del plan de la carrera. Y, sí, viene fuerte. Los muchachos se están preparando para eso, (…) porque si nosotros no los formamos y los tratamos de hacer competitivos, la tecnología va a ir mucho más avanzada que ellos.

¿Qué proyectos tiene pendientes?

Estoy escribiendo tres libros. Uno de ellos es sobre la importancia de la ética en la ingeniería biomédica. Es algo que tiene que estar ahí (...) que esté disponible como un recurso para que los ingenieros biomédicos lo puedan utilizar y que se formen con esa misión y visión ética, de que su trabajo lo tienen que hacer bien. Los principios éticos son importantes porque nos hacen ser humanos.

Recientemente, usted fue electo presidente del IEEE sección Panamá ¿Qué representa para usted este cargo?

La presidencia del IEEE Panamá es como lo que yo veía de estudiante que jamás iba a poder llegar a ser.

¿Todos estos aportes que me ha mencionado contribuyeron de algún modo al reciente premio que le otorgó el ACCE?

Es como la punta del iceberg. Realmente están reconociendo lo que para la Asociación Americana representa algo. Si bien dentro de las bases del premio de porqué me lo dieron, es por mis investigaciones personales en el tema de seguridad del paciente y por mis contribuciones, ellos reconocen también mi gestión, mi conocimiento y el hecho de que éste no se queda en mí, (…) Usted dirá, pero, ¿cómo ellos saben eso de mí … Lo que pasa es que uno no es profeta en su propia tierra. Para poder que a ti te escuchen, tú tienes que consultar a nivel de Latinoamérica, a nivel de los Estados Unidos (…).

¿Se imaginó alguna vez que aquel joven indeciso entre estudiar una carrera de medicina o ingeniería biomédica recibiría estos reconocimientos?

No hago las cosas para que me den nada, eso sí se lo puedo comentar. Pero sí me llena mucho de orgullo que a pesar de que uno piensa que su trabajo no lo ve nadie, sí se está notando que Panamá está avanzando en Latinoamérica.

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