Actualizado
  • 23/03/2024 00:00
Creado
  • 22/03/2024 19:15
Autora
Licenciada en administración pública en la Universidad de Panamá. Tiene una maestría en administración en recursos humanos en Lindenwood University, St. Charles Missouri y posgrado en administración ágil de proyectos en Aden International Business School. En el año 2021 publicó su primer libro “Historias para compartir un café”. En el año 2021 obtuvo el primer lugar en el Concurso de Historietas 'Creyendo en Panamá'. Fundó en 2018 el Club de Lectura Los Cazalecturas. Ha colaborado con artículos en medios digitales como La Web de la Salud y en otros medios de comunicación. Los temas que dominan son de actualidad, como servicio al cliente y recomendaciones literarias.

No me imagino no ser mujer. No me imagino mi vida sin sensibilidad, sexto sentido, empatía y mil formas de amar. La mujer a través del tiempo ha pasado por tantas luchas, y algunas hasta han sido heroínas anónimas, porque tampoco buscan fama ni reconocimiento, pero por su atrevimiento nos abrieron caminos y hoy disfrutamos de libertad de pensamiento y expresión.

Me siento orgullosa de las mujeres que me precedieron y hoy en especial, por mi madre, mi abuela, mi hija, mi hermana, mi suegra, cuñadas, amigas en general. Veo sus luchas y cómo cada día han salido adelante, defendiendo sus ideas y sus más preciados deseos y así dejar un fuerte legado para nuestras futuras generaciones. Ser mujer es soñar, es ser puente, es romper esquemas, es fuente de vida. Es una magnífica creación divina. Es un privilegio, es una maravilla y es el significado de amor puro. La palabra rendirse no está en nuestro vocabulario, más bien preguntamos, somos muy curiosas y tenemos muchas maneras de explicar, interpretar, comunicar, y por eso nos dicen enredadas, pero solo tenemos enriquecedoras maneras de conectar con otros. No es la sociedad la que nos exige más, nosotros nos autoexigimos. No necesitamos que nadie lo haga por nosotras. Deseamos también vernos atractivas entre tantos pendientes, pero no damos cabida a la baja autoestima, no hay tiempo para ello. El amor está envuelto en una mujer y ella lo utiliza para darle calor a todo lo que toca. Su amor es su oxígeno y en ocasiones tiene tanto, que puede ser contraproducente. Mujer es amor, amor es mujer. Ser mujer se vuelve también una lucha constante por ganarse un lugar de respeto como ser humano en la sociedad. Sin embargo, no es competencia, es reconocimiento a nuestros derechos, que seamos visibles, que seamos parte de decisiones importantes, que lideremos sin pedir permisos masculinos. Cada mujer tiene una búsqueda por trascender las expectativas superficiales y demostrar su valor a través de sus esfuerzos, logros, desafiando cualquier estereotipo de género.

No puedo concebir mi vida sin ser mujer.

Es un todo en uno y es un uno en todo.

Muchas veces

Unes fuerzas y

Jamás tu

Entrega

Resulta en vano.

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