Los retos de la mujer emprendedora como un motor de cambio para Latinoamérica

Hay una brecha importante de la cual no se conversa con frecuencia y puede pasar desapercibida en Latinoamérica y el Caribe: se trata de la discriminación que viven las mujeres en el acceso a financiamiento.

El BID Invest, organismo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que financia empresas y proyectos sostenibles, informó que en la región latinoamericana se invirtieron alrededor de $93.000 millones más en hombres que en mujeres que dirigen una compañía y $5.000 millones menos en el caso de negocios propios en el año 2022.

Esto representa un mundo lleno de obstáculos que no permite impulsar el talento y progreso femenino en el ámbito empresarial.

La consultora McKinsey prevé una oportunidad para el crecimiento anual del producto interno bruto (PIB) de América Latina de $2.600 billones en 2025, si las mujeres participaran en la economía de la misma forma que lo hacen los hombres.

“Como mujeres tenemos la oportunidad de brindar buenas ideas de inversión. La tarea es educarse con este pensamiento para ayudar a explotar su potencial”, explicó Silvina Moschini, la primera mujer latinoamericana en llevar una empresa a la condición de unicornio, en una conversación con La Estrella de Panamá.

“Poco a poco las mujeres hemos ganado la oportunidad de demostrar lo que somos capaces de hacer. Es importante que puedan invertir, emprender, tener aliados, formar negocios, y contar con partners que las ayuden a crecer más rápido”, agregó.

Sin embargo, muchas deben luchar para recibir apoyo financiero en sus empresas o emprendimientos y esta es la razón principal por la cual muchos negocios liderados por mujeres fallan.

Frente a este escenario, el Centro de Innovación de Ciudad del Saber,  la Autoridad de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Ampyme) y el Instituto de Estudios Superiores (IESA), realizaron la presentación de los resultados del Estudio Global de Emprendimiento (GEM, por sus siglas en inglés) 2021 publicado a mediados del año pasado.

Dicho estudio busca “mejorar el entorno para emprender, adecuar el sistema educativo para formar personas emprendedoras, gestionar las actitudes y percepciones sobre el emprendimiento como forma de vida y empoderar a la sociedad femenina para ser dueña de su destino”, en Panamá.

Según datos del GEM, 2021 fue un periodo de recuperación para el país luego del impacto que ocasionó la pandemia durante el año anterior.

Esto mostró que la tasa de intencionalidad de emprendimiento volvió a los indicadores prepandemia.

Sin embargo, en 2021 todavía se vivían las secuelas de la crisis sanitaria. Por una parte, la intencionalidad de emprendimiento decreció, volviendo a los mismos registros obtenidos en 2019, aunque la tasa de discontinuidad empresarial se mantuvo y la tasa de negocios que quedó en funcionamiento incrementó, pero en manos de terceros.

En cuanto a la brecha de emprendimiento por género, esta se mantuvo estable durante 2021.

En el informe del GEM se estudiaron 6 variables entre hombres y mujeres: la aceptación social (hombres 67%, mujeres 66%), el empresario potencial (hombres 55%, mujeres 50%), los empresarios intencionales (hombres 52%, mujeres 45%), los empresarios nacientes (15% ambos), el empresario nuevo (hombres 8%, mujeres 5%) y el empresario establecido (hombres 5%, mujeres 3%).

En 2021 Panamá se ubicó en el rango de países con ingresos medios según indicadores validados por el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), acompañado por países como Brasil, Colombia, República Dominicana y Guatemala.

En este caso, República Dominicana lideró la tasa de emprendimiento en la región con 42%, seguido por Guatemala con 28%, mientras que Panamá se ubicó en la tercera posición con un TEA (Actividad Emprendedora Temprana) del 22%.

Esto mostró el poder de las mujeres latinas en comparación a otros países en cuanto al desempeño en el mundo del emprendimiento.

Con base en esto, Moschini comentó que se debe a que “las mujeres latinas tenemos muchísima más propensión a la creación de empresas por nuestro carácter de CEO en nuestros hogares”. 

“Tenemos la habilidad de acompañar y administrar distintas variables. Poseemos un mercado donde muchísimas veces las mujeres son cabeza de hogar, y no hay tal vez una seguridad social o una estabilidad que permita que estemos tranquilas porque entre crisis y crisis forzamos nuestros límites”, analizó. La emprendedora hace parte del programa Escuela Imparables de E! Entertainment como mentora de las concursantes.

En cuanto al Índice TEA por género, Panamá ocupó la tercera posición con una participación del 23% del género masculino y el 20% femenino.

El estudio presentó las cifras de las mujeres emprendedoras en 11 países a nivel mundial. Panamá ocupó la posición No. 4 con un 29% de emprendimientos liderados por mujeres en 2020 y un 20% en 2021.

La actividad emprendedora por género en 2021 presentó que el 20% de las mujeres posee un emprendimiento en actividad temprana, un 3% con emprendimientos establecidos y un 9% con discontinuidad empresarial.

Entre las principales razones para abandonar su negocio, el 51% de las mujeres lo hizo debido a la pandemia; el 18% porque el negocio no era rentable; el 15% por motivos personales o familiares; el 9% por problemas de financiación; el 4% porque encontró otra oportunidad de trabajo; el 2% debido a un incidente; y 1% porque tuvo la oportunidad de vender el negocio.

Aun así, el informe detalló que en Panamá son más propensos a emprender y crear un negocio los hombres que las mujeres, aunque se ha visto un aumento en la participación del género femenino en la creación de emprendimientos.

Según Laru Linares, gerente de Emprendimiento Femenino y Social en la Fundación Ciudad del Saber, “existen muchos obstáculos que frenan el progreso de las mujeres en sus emprendimientos”.

“A las mujeres se les dificulta manejar sus negocios debido a los estereotipos, la falta de oportunidades y el poco apoyo financiero que reciben”, comentó en una conversación con el diario.

La gerente explicó que el gran reto es dar a conocer el potencial que tienen las mujeres y que no sea cuestionado a la hora que soliciten apoyo financiero. “Se necesita que más mujeres inicien sus propios negocios y que tengan componentes innovadores y tecnológicos que escalen, brinden soluciones a la sociedad y les permita diferenciarse de su competencia”.

Linares agregó que los estereotipos sociales se convierten en un impedimento cuando las mujeres desean emprender, ya que se tiene la idea de que al salir a trabajar se descuidan las responsabilidades del hogar y los hijos.

“Esto es algo que debe eliminarse, ya que todos debemos tener el derecho de trabajar y empoderarnos. Asignar roles de género debe ser algo del pasado, porque la responsabilidad social, al igual que los altos cargos en el gobierno, instituciones y lugares de trabajo, debe ser algo compartido sin importar el género”.

Linares explicó que las mujeres no disponen de apoyo financiero ya que “no cuentan con capital o suficiente respaldo para solicitar un préstamo”.

Agregó que la falta de uso de la tecnología es otra barrera que les impide progresar en comparación con los emprendimientos liderados por hombres.

El programa liderado por Ciudad del Saber conocido como 'Canal de empresarias' empezó a principios de 2022, con el fin de ayudar a promover el emprendimiento femenino en Panamá y la región.

El mismo ofrece formación, asesoramiento y tutoría personalizada para aquellas mujeres que desean comenzar a emprender, al igual que capacitación, claves y contactos para aquellas que han empezado un emprendimiento y desean crecerlo.

Hasta el momento han aplicado más de 17.000 mujeres y el programa ha capacitado a más de 5.000 de ellas con el fin de elevar la presencia de estas en el mundo empresarial, recibiendo la guia y apoyo de financiación que necesitan.