Bansky levanta expectativas

INGLATERRA. De forma paralela a los Juegos Olímpicos de Londres la ciudad ha organizado exposiciones y otras actividades culturales, pero los amantes del arte menos convencional y ajeno a la programación oficial se preguntan si Bansky, el célebre grafitero, ‘actuará’ durante el evento. A mediados de mayo, una imagen de un niño con rasgos asiáticos, sin zapatos y con ropas desgastadas apareció en una pared de un bazar, mientras era representado cosiendo banderas británicas. La evidente crítica, reivindicada por el enigmático Bansky, se dirigía especialmente a la decoración de la ciudad para el Jubileo de la reina Isabel II y estaba en uno de los recorridos fijadas para la llama olímpica por la capital británica. Los medios especularon también con la posibilidad de que se tratara de una primer obra de Bansky en contra de aspectos de los Juegos Olímpicos, especialmente después de que se revelara que los uniformes del equipo británico estaban siendo fabricados en Indonesia, por personas en condiciones de explotación. La obras de Bansky han adquirido tanto prestigio que las ciudades no las borran sino que las aprovechan como reclamo turístico.