La capacitación del talento humano de cara al futuro

Actualizado
  • 31/03/2021 00:00
Creado
  • 31/03/2021 00:00
En el marco de la crisis económica actual, expertos multidisciplinarios señalan la hoja de ruta a integrar en los próximos años para mejorar la empleabilidad de las nuevas generaciones
La capacitación del talento humano de cara al futuro

Panamá se destaca en la región por ser un país de economía basada en los servicios, la logística y el aprovechamiento de la actividad portuaria. En medio de la pandemia por el nuevo coronavirus, el país se ha sumido en una caída económica de impacto para el sector laboral público y privado, con una baja de 8,1% del producto Iinterno bruto (PIB), según datos del Banco Mundial (2020).

Las proyecciones de un aumento del 5,5% del PIB nacional según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), un 5,1% por parte del Banco Mundial y de 4,0% como indicó el Fondo Monetario Internacional (FMI) en febrero de este año, generan optimismo, sin embargo, hay importantes retos que enfrentar.

Además, la tasa de desempleo en Panamá aumentó a 18,5%, la mayor en 20 años, según la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá (Cciap), lo que ha afectado el sector laboral y pone en perspectiva el panorama al que se enfrentan las nuevas generaciones de profesionales que se gradúen de las casas de estudios superiores en los próximos años.

Según el informe 'Volver a crecer', realizado por el Banco Mundial (BM) y publicado este lunes, la proyección de aumento económico de Panamá se posiciona en un 9,9% en 2021 y un 4,4% para toda la región latinoamericana. “Panamá enfrenta el desafío de reiniciar el crecimiento y la reducción de la pobreza, mientras equilibra sus cuentas fiscales para mantener su codiciada calificación soberana de grado de inversión”, indicó el BM en el documento.

Pese a que actividades de exportación e importación se mantuvieron en constante repunte durante la pandemia y se abrieron oportunidades de emprendimiento en el país a través de la digitalización, las industrias de mayor impacto (como el turismo, los servicios portuarios, de logística y transporte) necesitan tener una mayor fluidez. “Esta pandemia dio lugar a un proceso de destrucción creativa que puede resultar en un crecimiento más acelerado, pero que también puede agrandar la desigualdad dentro y entre países de la región”, dijo Martín Rama, economista en jefe del Banco Mundial para la región de América Latina y el Caribe, en la presentación del documento.

Es indiscutible que algunas profesiones y áreas tendrán un mayor impacto.
Expansión de la inversión educativa

Así como se espera una recuperación en los sectores industriales y comerciales, el sector educativo debe ocupar un lugar en la agenda de inversión económica y de recursos para el futuro de Panamá, considerando la 'Era Humana' ('Human Age'), que tal como lo explica el CEO de Manpower Group, Jonas Prising, en su ponencia 'Human Age 2.0, las fuerzas futuras en el mundo del trabajo', es la era en la que vivimos actualmente donde la revolución de habilidades se hace notar en la dificultad de los empresarios por llenar vacantes de trabajo, pese a los altos índices de jóvenes adultos que se gradúan de las universidades nacionales cada año.

¿Habilidades blandas?

En una entrevista con La Estrella de Panamá, el gerente regional de Mercadeo para Manpower Group, Carlos Bernal, indicó que la dificultad para conectar a jóvenes adultos profesionales recae en “la falta de enseñanza de habilidades blandas en las universidades, tales como comunicación asertiva, storytelling o persuasión en conversaciones, las cuales son importantes para que los profesionales, al momento de ejercer un rol fuera de sus habilidades técnicas, puedan cumplirlo de la mejor manera”.

Esto se suma a la urgencia de realizar mejores alianzas entre el sector privado, universidades y entidades gubernamentales con el fin de presentar cursos de corta duración en especializaciones y conocimientos requeridos para cada carrera del futuro, que rodean profesiones de ingeniería, programación, robótica, logística, administración empresarial, mercadeo digital, entre otras que entran directamente a las demandas del mercado nacional e internacional.

“En este momento en el mundo, y hasta 2025, se desplazarán aproximadamente 80 millones de empleos, que cambiarán de rol, desaparecerán o no serán iguales que antes, pero a la vez se crearán 140 millones de empleos nuevos, tecnificados y que requerirán candidatos con una experiencia más amplia en el manejo de inteligencia artificial, e-commerce, mercadeo digital o programación”, anotó Bernal, “los profesionales actuales no deben sentirse intimidados, sino tomar las oportunidades de ampliar sus conocimientos, obteniendo certificaciones en los sectores que presentan mayor demanda”.

Actualmente, Panamá atraviesa por un proceso de reactivación económica de tipo K, según el economista Eddie Tapiero, lo cual significa “que aquellos con mayor conocimiento, accesibilidad y manejo de las tecnologías, preparación de habilidades, y que no necesiten de un contacto físico para llevar a cabo su trabajo, serán los que crezcan más rápido”.

En el entorno de la empleabilidad también se encuentra en un debate activo la necesidad de un salario mínimo que cubra las necesidades tanto de los profesionales experimentados como de aquellos que se insertarán en el campo laboral con diversos conocimientos y habilidades para el futuro.

Panamá implementó un aumento del 3,3% del salario mínimo, el cual oscila entre 563 y 721 dólares dependiendo del sector, cifra que fue fijada por el Órgano Ejecutivo a través de las oficinas del Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (Mitradel) en 2019.

Con la afectación económica propia de la pandemia, el panorama debe implicar “la generación de empleos, fortalecer los puestos de trabajos en exportación, logística, turismo interno, agroindustria, agricultura, bienes raíces y transporte marítimo”, indicó Tapiero.

Por su parte, la socióloga Ana Lemos señaló que los integrantes de la Generación Z (nacidos entre 1995 y 2000) “han sido duramente golpeados, como una generación fuertemente invisibilizada en todos los aspectos en esta crisis: salud física y emocional, educación, desarrollo laboral. Eso conlleva a una brecha más abierta, de desigualdades, en temas de desarrollo social y crecimiento profesional. A pesar de que son los considerados nativos digitales, para ellos esta crisis ha dado un giro negativo antes las ya pocas posibilidades de seguir avanzando”.

Las pocas oportunidades de empleabilidad apuntadas por Tapiero y Lemos se unen al impacto en el desarrollo social de aquellos que salen de las universidades con un futuro laboral incierto: “Los efectos del desarrollo social hay que vislumbrarlos desde ahora, y la forma más coherente es realizando un estudio sobre la incidencia concreta que ha tenido esta crisis en la estabilidad de esta generación, para que se puedan hacer proyecciones que determinen políticas públicas que de alguna manera contribuyan a mitigar esos efectos”.

El rol de la academia

Desde el sector académico, el rector de la Quality Leadership University (QLU) y presidente del Consejo del Sector Privado para la Asistencia Educacional (Copsae), Óscar León, comentó a este diario que “las universidades deben tener más flexibilidad del sistema para actualizar continuamente sus carreras”.

“Las competencias requeridas seguirán cambiando el dominio no solamente de tecnologías de la información, sino también de programación, manejo y análisis de datos, inglés, conocimientos sobre la nube, son habilidades que cada día serán más necesarias”, apuntó.

Léon hizo hincapié en el trabajo que las casas de estudios superiores miembros de la Asociación de Universidades Particulares de Panamá (Auppa) están desarrollando, contando con “un programa de capacitación de habilidades para la nube en conjunto con Amazon Web Services y estaremos desarrollando otro tipo de herramientas de computación para docentes con Oracle Academy”.

“Los fondos del seguro educativo que por ley pertenecen al sector productivo deben entregarse a este para que sean invertidos en la formación técnico-profesional y en educación dual para preparar al talento que requieren las empresas”, enfatizó, “asimismo, se debe invertir en formación técnica y profesional y en educación dual para que haya más conexión entre las competencias desarrolladas y las competencias requeridas en el trabajo. Además de las habilidades técnicas es necesario desarrollar las habilidades blandas, disciplina, productividad, manejo efectivo del tiempo, comunicación efectiva en español e inglés, y trabajo colaborativo al trabajar en formato remoto”, agregó.

Para Bernal, los primeros pasos en una hoja de ruta para mejorar la empleabilidad de los jóvenes profesionales deben comenzar con la “unión entre el Estado y la empresa privada para generar alianzas con las universidades en la creación de programas de certificación con una duración menor a seis meses, que permitan la actualización de los currículos y la capacitación de los jóvenes para el sector laboral nacional e internacional”.

De igual forma, Lemos indicó que las autoridades educativas deben “promover orientaciones vocacionales en la educación científica, humanística, técnica vocacional, tomando en consideración la educación comunitaria popular; dependiendo de las exigencias de los mercados laborales”.

Por su parte, León puntualizó las acciones que se encuentran en planificación desde Auppa para la formación de los profesionales y la conexión de talento humano con puestos de trabajo adecuados. “Cospae estará contribuyendo a la empleabilidad juvenil desde el programa y plataforma de calidad mundial 'Cospae Conecta', al cual los jóvenes estudiantes podrán subir sus hojas de vida y las empresas podrán subir sus posiciones de pasantías, prácticas profesionales y primer empleo para conectar talento joven con oportunidades”.

El programa desarrollará también ferias de empleo, webinars de preparación para diferentes carreras, simulación de entrevistas, capacitación en habilidades blandas y socioemocionales y un programa de mentores para emprendedores. “Invitamos a las empresas, universidades y colegios a sumarse a este necesario programa para ayudar a la empleabilidad juvenil de Panamá”.

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