Decenas de famosos alabaron este lunes el estilo de los dandis negros y lucieron conjuntos de sastrería extravagantes en su honor en el preludio de la...
- 17/09/2017 02:00
Me tienen en un sinvivir. Ya no sé cuándo debo ofenderme y cuando debo reírme. No tengo muy claro cuando una alusión a lo bien que me veo a mi edad debo tomarla como un simple comentario halagüeño o como una velada amenaza de violación con destaje de cuello incluida. En serio. Veamos, un señor escribe una columna con referencias poco afortunadas a aquello que él considera que son las actividades a las que debe dedicarse una mujer determinada y le caen todos en pandilla, y tiene que entonar un mea culpa público porque esas no son formas de tratar a las mujeres. Pues bueno. Pues vale. Puedo no estar de acuerdo, pero acepto pulpo como animal de compañía.
Entonces voy por la calle y me encuentro un autobús con una publicidad enorme que dice: ‘Cuando lavas con amor, lo sienten. Lavar es amar'. Y yo, esperando ver hordas enfurecidas de mujeres gritando consignas en contra de la empresa que fabrica el jabón. Obligándolos a retractarse de la misoginia. Instándolos a disculparse. (He de explicar que en la imagen publicitaria sale una mamá con un niño, es decir, los papás no saben amar, ya que los papás, al parecer no lavan. Y si lo hacen, no lo deben hacer con amor). Pero no, oigan, qué cosa más rara, no he oído a nadie diciendo nada de eso. Ni quejándose. En fin.
Decía que estoy bastante confusa. Y no tengo yo muy claro cuáles son las cosas que nos deberían indignar y cuales son aquellas por las que deberíamos pasar sin darles mayor importancia, porque fíjense ustedes que un señor dizque llamado honorable va y suelta el otro día que él no tiene claro si paga impuestos o no, que el dinero en cuanto le llega, ‘lo distribuye'. Y yo ahora ya no sé si indignarme o no. Porque quizás no nos tenemos que indignar con él porque es hombre, y todos sabemos que los hombres no pueden caminar y masticar chicle a la vez. Así que este caballero puede no ser capaz de distribuir su dinero pagando sus cuentas, sus salves, y además pagar sus impuestos. ¿No? Quizás es que este tipo debería estar cortando caña en la zafra porque su cerebro solo le da para agarrar el machete, en lugar de estar en el puesto en el que está. Pero claro, tampoco tengo yo claro que esto que acabo de decir no sea punible en las redes, con lo cual, y de ser así, ya me voy retractando por adelantado. Lo siento mucho, honorable señor despistado, si mi alusión a la escasa preparación para el puesto en el que usted está lo ha ofendido. Estoy segura de que los impuestos que sí pagan el resto de los ciudadanos, y gracias a los cuales usted puede permitirse el lujo de distribuir dinero sin preocuparse de contribuir al erario público, están bien empleados en usted.
Yo ya no tengo nada claro. En serio, veo a la gente distraerse con pendejadas, con un quítame allá esa alusión a mi doble gen XX y perder de vista los temas que realmente importan. Hay un refrán que dice ‘Dime tonto y dame pan', pues a ver si lo vamos aplicando por estos andurriales, porque está muy bien que no nos dejemos llamar estúpidos, pero también está bien que no perdamos de vista que lo importante es el pan: ¿Quiénes son los corruptos? ¿Los ladrones? ¿Quiénes se están llenando los bolsillos de dinero? Y lo más importante de todo: ¿deberíamos comprarle un bloque de notitas autoadhesivas para recordarle al distraído asambleísta las fechas del pago de impuestos y que debe ir haciendo los papeles?
COLUMNISTA