La envidia: sinónimo de rencor y celos

Actualizado
  • 13/07/2021 00:00
Creado
  • 13/07/2021 00:00
Una de las características de la envidia es que la persona que la sufre pretende no enterarse de las cosas buenas o exitosas del envidiado
El afectado acostumbra encubrir sus emociones y simula no importarle lo que sucede a su alrededor.

Los filósofos griegos la definen como “el dolor y coraje hacia la buena suerte de los demás”, y es un sentimiento que se puede volver nocivo cuando se apodera de la paz de un individuo, situación que se presenta en todas las épocas y culturas, sin distingos de sexo, edad o condición social. Pero, ¿por qué surge la envidia?

El vocablo envidia procede del término griego “invidere” que significa “ver con malos ojos”, porque el que está perturbado por ella percibe así las cualidades, éxitos y posesiones de sus semejantes, lo que le lleva a acumular rencores y grandes insatisfacciones. El afectado acostumbra encubrir sus emociones y simula no importarle lo que sucede a su alrededor, porque le resulta vergonzoso aceptar que el bien ajeno le inspira molestia y, a veces, hasta hostilidad hacia quien lo disfruta.

Una de las características de la envidia es que la persona que la sufre pretende no enterarse de las cosas buenas o exitosas del envidiado; jamás lo felicita por algún triunfo ni le hace comentario alguno de sus éxitos, porque cree que si no lo menciona, eso no existe.

Es muy difícil que alguien no haya sentido alguna vez envidia, aunque nadie lo reconozca. Este trastorno cuando es pasajero puede servir como un estímulo para cumplir objetivos, el problema está cuando se convierte en una obsesión enfermiza.

Por eso desde edades tempranas los padres deben enseñar a sus hijos a apreciar lo que tienen, a adquirir seguridad en sí mismos y a luchar por alcanzar los ideales, de manera que los episodios de envidia no tengan la menor importancia. Pero si en vez de fomentarles una alta estima los compara constantemente con sus hermanos mayores, amigos, vecinos o conocidos, llegará un momento en que al sentirse devaluados desearán ser como otros y poseer lo ajeno.

¿Qué hacer?

Para evitar que la envidia convierta su vida en un infierno, desarrolle habilidades para comprender por qué actúa de esa manera y trate de transformar el malestar en estímulo para conseguir lo que desea.

Es indispensable que adquiera confianza en usted y en los demás. Controle la ansiedad, tal vez necesite la ayuda de un psiquiatra o un psicólogo.

Empiece a aceptar que el comportamiento que ha tenido con los demás es equivocado y que no le aporta ningún beneficio; al contrario, le produce ansiedad y depresiones.

Valore lo que tiene y no se compare con nadie, pues siempre habrá personas peores y mejores que usted, buenas y malas, ya que nadie es perfecto y nadie tiene la verdad absoluta, tampoco usted.

La envidia no va a desaparecer de la noche a la mañana, este es un proceso que demanda tiempo y constancia; pero vale la pena hacer un esfuerzo por lograr seguridad, incrementar la autoestima y vivir con tranquilidad.

Recuerde que la vida es corta y que cada uno es dueño de vivirla como quiera. Trate de hacer con la suya lo mejor que pueda y deje que los demás se manejen como quieran; así conseguirá la paz y serenidad que de seguro tanta falta le hacen.

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