La Fundación San Felipe y su histórica subasta de arte

Este 12 de noviembre abre sus puertas la subasta más esperada en el ámbito social cultural panameño. Se trata de la primera subasta de arte que ha sabido marcar el paso en el tiempo, cómo combinar la creatividad de los artistas en un acto de solidaridad hacia los más necesitados, creando la primera gran “fiesta de las artes” en respaldo de nobles causas.

Así como las bellas historias suelen narrar épicas hazañas, esta también, desde sus primeros pasos, cuenta con una sólida construcción, persiguiendo claros objetivos, para dejar grabada en la historia de la solidaridad panameña sus inconfundibles metas... Dicho esto, los invito a leer esta linda narración que, para el placer de todos ustedes comienza diciéndonos: “Había una vez en un pequeño recinto detrás de la sacristía de la parroquia de la iglesia de San Francisco, un lugar donde un grupo de socias fundadoras empezó en el año 1985 el Comité de San Felipe, para que el 8 de agosto de 1990 se transformara de manera oficial en la Fundación San Felipe”.

Son muchas las historias en torno a este aguerrido grupo de fundadoras, donde personajes que parecen salidos de una insólita narración nos recuerdan al padre Javier Sáenz, la alcaldesa Mayín Correa, un arzobispo visionario como Marco Gregorio McGrath y un “convenio de usufructo” para empeñarse con medio millón de dólares, en la recuperación de un antiguo convento (San Felipe Neri), ubicado en la calle cuarta cerca de la hermosa plaza Bolívar.

Al parecer, nada podía ofuscar las claras metas de dicha fundación con su nueva sede, pues acondicionaron con mejoras el nuevo kínder, una estupenda biblioteca para las necesidades de las escuelas cercanas y crearon 14 programas educativos que cubrían disciplinas como informática, inglés, fotografía, danza, pintura, cocina, taller de costura, etc.

También crearon cursos de verano para la consolidación didáctica y educativa de niños y jóvenes del barrio de San Felipe.

Las huellas construidas son claras. Los objetivos que la fundación persigue son logrados a través de programas educativos, recreativos y culturales, con el propósito de mejorar el desarrollo humano y fortalecer los valores universales, éticos y morales de los niños, jóvenes y adultos del barrio de San Felipe y sus áreas aledañas.

Promover el desarrollo integral de los valores universales y las capacidades de las familias, identificando sus necesidades e implementando programas dirigidos a jóvenes y adultos.

Fomentar el interés por la conservación y puesta en valor del Casco Antiguo de la ciudad de Panamá, declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad” por la Unesco.

Hoy aparecen muy claros los propósitos y las razones que desde sus cimientos han motivado a tener unido este grupo de organizadas damas, donde el despojo incondicional se viste con declarados proyectos en pro de la solidaridad y de las artes.

Un claro propósito que distingue a la Fundación San Felipe de todas las demás iniciativas que pululan el actual confuso panorama de propuestas similares.

La subasta de San Felipe no solo puede considerarse como la primera subasta de arte para la solidaridad de la República de Panamá, pues entre los verdaderos logros podemos enumerar que ha sido la de mayor participación de todos los artistas novatos, emergentes y maestros presentes en el territorio istmeño, sin distinción de credo, estilo, técnica, o de nacionalidad. Es por esto que bien se le califica como la “fiesta de los artistas y de la solidaridad”.

Sin duda alguna, la subasta entre las subastas, que ha marcado una diferencia y trasparencia en todos sus propósitos... honor engalanado que pocas pueden lucir.

Esta genial iniciativa ha sido ideada (desde sus albores) para acercar a todos los panameños al disfrute de las expresiones artísticas del país, conocer los nuevos talentos, apreciar las obras de consolidados artistas (pintores, fotógrafos, escultores), sus producciones y propuestas. Sobre todo, poder adquirir –a módicos precios– las maravillosas obras presentes en esta iniciativa; uniendo en forma única la ayuda a los creadores panameños y colaborando con los proyectos de solidaridad que la fundación lleva adelante.

En un momento en el que en nuestro país estamos llamados a la reflexión sobre el apoyo recíproco de todos los componentes sociales, esta gran “fiesta de los artistas y de la solidaridad” nos llama a participar, sin exclusión, de esos valores que nos hacen crecer por bondad –a través de las artes–, uniéndonos en un solo e inequívoco coro de bienvenida a la gran subasta de San Felipe.