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- 12/07/2020 00:00

Silvia Fernández Risco, mexicana radicada en Panamá desde hace 20 años, publicó su cuarto libro, una colección de cuentos denominada Laberintos y reflejos. Los ejemplares salieron de la imprenta, la presentación se llevaría a cabo en la Embajada de México, pero las medidas de confinamiento no permitieron realizar una presentación formal.
Pasaron un par de meses y ante la falta de una fecha para la reapertura de actividades culturales, Silvia decidió hacer una presentación virtual, con la colaboración del Círculo de Lectura Casa México, que, debido a las circunstancias especiales de los últimos meses, están llevando a cabo todos los martes a las 10:00 a.m., Martes de Charlas de Casa México, a través de la plataforma Zoom.
Un grupo entusiasta de lectoras se congregó para el programa que se inició con unas palabras de agradecimiento de la autora hacia las organizadoras, que se han ajustado a las nuevas tecnologías para continuar su trabajo. “Me parece maravilloso, nos permite acercarnos de una forma que físicamente no podríamos hacerlo”, dijo.
Los siguientes agradecimientos fueron para el escritor Enrique Jaramillo Levi, de Foro Taller Sagitario, quien tuvo la responsabilidad de la edición de la obra.

“Es quien siempre me presiona para publicar, porque la verdad escribo mucho, pero lo dejo guardado, iba a decir en el cajón, pero realmente es en la compu”, explicó. “Finalmente le hice caso y sacamos este libro y me siento muy contenta; siempre presentar un libro es algo muy emotivo, es soltar las historias que uno lleva con uno desde hace mucho tiempo, y que el lector las haga suyas”, expresó.
La presentación estuvo a cargo de la escritora y actriz Isabel Pérez Burgos.
“Leer a Silvia siempre es un gusto, su pluma es como ella, sincera, cándida, profunda, refrescante, mágica. No duda en sacarnos una sonrisa, en enternecernos si es lo que requiere la historia, o ponernos nerviosos si es lo que le piden los personajes”, aseguró.
Y de la colección tan variopinta de personajes, los que más disfruta Pérez Burgos son los niños. “De todas las habilidades de Silvia como escritora, hay una que admiro y envidio enormemente, y es su capacidad de escribir niños perfectamente creíbles. Es como si Silvia nunca hubiera crecido y siguiera siendo una niña de cinco, ocho o diez años, que puede ver las cosas que los niños ven, sentir lo que sienten, y preocuparse por las cosas que se preocupan”, reflexiona Pérez Burgos.
Porque a diferencia de los adultos que todo lo razonan, los niños gozan de una gran libertad en la imaginación.
Pero los niños no se circunscriben a un rango de edad, más bien a la habilidad del personaje de crear mundos imposibles: atravesar los muros de un convento, sacar del closet a su mejor amiga imaginaria o ser libres con la muerte.
Para Pérez Burgos, “los personajes del imaginario de Silvia viven una guerra contra la realidad, la propia escritora entra en el cuento que cierra el libro, y crea un subterfugio mágico para burlarse del aterrador coco, que persigue a todos los escritores: la página en blanco, la realidad más escalofriante del oficio, no le cede ni una batalla a la realidad”, afirma.
Laberintos y reflejos es una invitación a “ponernos los binoculares, esos que miran hacia adentro y hacia atrás, hacia nosotros mismos a los cinco ocho o diez años, es mirar alrededor y encontrar esos niños viajando en cuerpos de adultos que siguen maravillándose y creyendo”, destacó.
Silvia Fernández Risco es escritora, editora, diseñadora gráfica y cantante. Sus cuentos han sido publicados en varias antologías y revistas. Tiene cuatro libros de narrativa: Volar y otros cuentos; Música de las esferas; Agüita de elefante (libro infantil ilustrado por Natalia Tertusio) y el más reciente: Laberintos y reflejos. También tiene publicado el método de canto para mamás: Entre arrullos y susurros.
Es fundadora y directora del sello editorial Modus Ludicus, con el que ha publicado más de 15 libros.
-Has publicado libros de cuentos. ¿Te has dedicado solo a ese género o es que piensas que el cuento es el que te representa mejor?
Es en el cuento donde me siento más cómoda, se me da de una forma natural aunque, una vez que los escribo, el proceso de revisión y edición puede tomarme mucho tiempo.
Tengo también publicado Entre arrullos y susurros, un ensayo sobre la importancia de las canciones de cuna para establecer vínculos a largo plazo entre bebés y sus tutores. Es una invitación a retomar la práctica ancestral de cantar y arrullar a los bebés. Por el momento está agotado, pero tengo planeado hacer pronto una segunda edición.
-¿Qué personajes, temas o motivos te llaman la atención?, ¿cómo abordas la página en blanco?
Todos los días me enfrento a la página en blanco porque tengo el hábito de escribir cotidianamente, aunque sea 2 o 3 páginas. La mayoría de las veces, es en esos momentos, donde cae la semilla de un cuento y comienza a germinar. Tal vez porque lo hago en forma libre, sin pensar en el resultado final o preocuparme de publicarlo, la historia fluye. En ocasiones no es solo la semilla, sino el cuento completo queda ahí, como si existiera por sí misma esa historia y yo solo fuera un medio para contarla. Otras, es solo la idea que después retomo para trabajarla y darle forma de poesía, canción o relato corto.
Respecto a los temas o motivos, hay algunos que siempre están en mí y los abordo con frecuencia. Por ejemplo, hechos de la cotidianidad, pero vistos desde la mirada infantil y curiosa de los niños; me gusta escribir como ven ellos el juego o los problemas a los que se enfrentan y las soluciones que dan. Otro que me interesa mucho es el de la mujer en sus diferentes roles sociales, las reflexiones que hace al respecto y las acciones que toma.
-¿Cómo te planteas una publicación?
Aunque cada cuento es un universo por sí mismo, al decidir publicarlos en un libro selecciono aquellos que, de alguna manera, se relacionan. Puede ser por el tipo de personajes, por la temática o por la forma en la que están narradas las historias. En mi libro anterior “Música de las esferas”, las protagonistas de todos los cuentos son mujeres y, además, hay un leit motiv sonoro, que permea las diferentes historias. La música y los sonidos tienen un cierto protagonismo.
Para “Laberintos y reflejos” seleccioné cuentos en que la magia y la fantasía son ingredientes importantes, tanto en personajes infantiles, como jóvenes o adultos con el peso de la vida encima. Además, los acomodé en cierto orden cronológico, no de cuando los escribí, sino de la edad de los personajes. Como editora, me gusta que el libro tenga esos hilos invisibles que conforman el universo de ficción planteado por el autor.
-¿Buscas un hilo conductor, o así como vienen las ideas, van cayendo los cuentos en su lugar hasta completar un todo?
Para mí son momentos diferentes, el de la creación de los textos narrativos, y el de la concepción de un libro que incluya esos textos. Como te mencioné, cuando me siento a escribir un cuento, ya sea por automotivación o por encargo, lo hago de la manera más libre. Cuando planeo publicar un libro, es un proceso más cerebral, más pensado, tomando en cuenta aspectos técnicos y las características del mercado, entre otras cosas. Digamos que escribir lo hago desde la emoción, de las experiencias propias, incluyendo las que no me suceden en carne propia pero que me impactan; el libro, lo hago desde la experiencia como editora.
-Según comentaste en la presentación, no te preocupas tanto por publicar como otros colegas o editores. ¿Tienes mucho sin publicar?, ¿qué te anima y qué te desanima?
Sí, tengo mucho material escrito. Sin duda, a su tiempo, lo incorporaré en próximos libros. Es curioso, más que publicar, lo que me anima es el mismo proceso de escribir, es una acción lúdica que disfruto mucho. Con el tiempo he encontrado el gusto por publicar, porque me ha dado la oportunidad de comunicarme de una forma muy especial con los lectores, de valorar mi trabajo al escuchar las lecturas que hacen de mis cuentos. Saber que lo que escribo resuena en “el otro” y le aporta algo, es parte de la magia que la literatura nos brinda.
-De todos los personajes de 'Laberintos y reflejos' ¿a cual le tienes más cariño?, ¿por qué?
Le tengo especial cariño a la niña protagonista de los primeros cuatro cuentos, por su inocencia, vitalidad y desenfado. Es de esos personajes que, aunque yo lo haya creado, no deja de sorprenderme con sus ocurrencias.
-Has editado y diseñado, al igual que te has dedicado a escribir –aparte de la música–. ¿Qué parte del camino disfrutas más cuando desarrollas un proyecto?
Soy una mujer apasionada. ¿Qué tiene que ver esto con tu pregunta? Cuando decido hacer algo, me entrego y lo hago con pasión. Esa entrega es la que me permite disfrutar cada paso –y, ¡claro! resistir los fracasos y obstáculos que se van presentando– para sacar adelante un proyecto. Por fortuna nos ha tocado vivir en una época de mayor libertad creativa y profesional que, como mujeres podemos aprovechar. Aunque estudié ciencias de la comunicación social, en el camino de la vida fui descubriendo el arte de la edición y me metí de lleno hasta tener ahora, mi propio sello editorial Modus ludicus. Lo mismo hice con el del diseño, la música y la escritura. ¿Qué hubiera pasado si solo me dedicara a una de esas cosas? No lo sé, simplemente tuve la oportunidad de desarrollarme en diferentes áreas y lo disfruto cada día.