El presidente José Raúl Mulino reiteró la mañana de este jueves 19 de junio en su conferencia matutina que no sancionará una reforma a la Ley No. 462
- 21/06/2009 02:00
C aroline (mi marido) y yo tenemos el carácter muy fuerte y a veces nuestras peleas escalan tanto que es como si un fósforo nos encendiera. Pero algo en nosotros nos hace reflexionar. Esto es una de las preguntas más frecuentes en mis consultas, sin importar sexo o edad de quien la plantea. Sabemos por experiencia que si seguimos discutiendo vamos a estar peor que como estábamos. Me di cuenta de ello cuando observé a mi hijo de 8 años esconderse debajo de su camita al escuchar una de nuestras peleas, me dijo una paciente en una ocasión. Él me escuchó decir que estaba harta de mi esposo y que deseaba largarme de la casa. Me demoré un buen tiempo tratar de convencer a mi hijo que lo que había dicho no era verdad”.
Acuérdense de los hijos
Cualquier pareja les puede asegurar que el matrimonio no es un lecho de rosas. Tiene sus altas y sus bajas como cualquier relación.
Es parte del juego pelearse y reconciliarse. Pero los padres a veces olvidan que son padres cuando discuten. Los hijos son sensibles y observan todo. No cuentan con la capacidad de discernir la realidad. Cuando ellos oyen gritos y ruidos lo único que piensan “¿Será por mí?”
El centro de la vida de los niños son sus padres. Los padres son su almohada de apoyo y el nido donde pueden protegerse. Los pleitos dejan a los niños inseguros pensando si ellos son la causa.
Marque los límites
Así que antes que empiece a gritarle a su esposo piense en la audiencia que lo está observando. Sin embargo, eso no significa que no puedan argumentar después de todo son padres. Es sólo que aprendan a expresar su enojo y comunicar su frustración de manera privada y de la forma que no afecte a los niños.
Tips para una “buena” discusión
Ponte en los zapatos de tus hijos. ¿Te gustaría ser testigo de tus peleas? Cuenta hasta diez antes de explotar. Cálmate primero. Recuerda que no tiene caso pelear entre dos fuegos.
Si te calmas te vas a dar cuenta que la discusión por el dinero realmente no era por eso, sino porque estabas en realidad cansado, estresado. Reflexiona cuál es la verdadera causa.
La idea es llegar a una solución, no pelear por quién tiene la razón.
Si desean resolver algo esperen a que sus hijos se duerman o diríjanse a otra habitación.
En el caso de que hayan discutido frente a los hijos, asegúrenles que no tienen la culpa y que a veces los padres discuten pero que aún así se aman.
Si es posible explícales la causa de tu enojo de una manera que puedan entender. Pero no los alarmes ni les hables mal de tu pareja.
Explica a tus hijos que perdiste los estribos y que fue un error, que a lo mejor dijiste cosas que no eran verdad en ese momento.
Por último les pido a los padres que intenten presentar ante sus hijos un frente muy sólido para que ellos puedan apoyarse en ustedes.
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