Tecnología 440 II

Vivimos en un mundo saturado de imágenes y sonidos en el cual nos cuesta poder concentrarnos en una idea a la vez. Hay mucho de muchas c...

Vivimos en un mundo saturado de imágenes y sonidos en el cual nos cuesta poder concentrarnos en una idea a la vez. Hay mucho de muchas cosas y la gran mayoría de ellas sin valor alguno o relevancia.

Nuestros medios de comunicación están saturados de sonidos de todo tipo, no solo de música, haciéndole difícil a un oyente poder apreciar al máximo una obra musical, o una bella pintura. En esta era del internet y la hiperconectividad, tenemos la ventaja de poder encontrar cualquier tipo de información en cuestión de segundos, pero si no sabemos diferenciar entre una fuente fidedigna u otra estamos perdidos. Hoy en día necesitamos mantenernos bien informados de quienes son nuestras fuentes de información ya que muchas de ellas tampoco son imparciales y nos manipulan a seguir sus creencias o ideales.

Los panameños también sufrimos de un mal. Tenemos un bajo nivel de concentración. Es muy fácil estar en cualquier situación donde varias personas hablan a las vez y nadie escucha lo que el otro quiere decir. Al estar en un concierto, o evento de cualquier tipo y tener la urgencia de contestar el teléfono. No es sólo un acto de mala educación, sino que demuestra nuestra falta de poder dedicarnos a una cosa por un largo período de tiempo. Es una era difícil, pues todos vivimos estos cambios culturales, pero debemos saber hasta donde la tecnología se apodera de nuestras vidas.

En lo que a la espiritualidad del ser humano se refiere, las artes son un acto de exaltación del alma y son estos mismos muy puros y que emanan de nuestro espíritu, basados en nuestras experiencias y de la vida misma.

El artista necesita vivir la vida para contarla a través de su arte y el receptor a poder rendirse ante la creación del artista, la tecnología rompe esa conexión y nos transforma en seres superficiales. No creo haya una respuesta absoluta a este dilema, pero si es posible el no perder de nuestras mentes que somos ante todo seres espirituales que tenemos algunas experiencias humanas, y que en nuestra historia del arte se plasman las voces e imágenes de los pequeños dioses que existen dentro de nosotros mismos y dudo que en ningún momento algún sistema binario este cerca de aplacar tan majestuoso gesto de amor.

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