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- 29/07/2019 02:00
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Jorge Raffo Carbajal, embajador del Perú en Panamá, no es un hombre de muchas palabras, pero sí certero y avezado en su discurso. No se guía por la ‘hora panameña'; sin embargo, admira el patriotismo de los istmeños. Casado, padre de cuatro hijos. Aunque sus cometidos diplomáticos le aminoran oportunidad de compartir con sus descendientes, el legado de su padre le infunde a desempeñar su cargo con sacrificios. ‘Mi papá nos enseñó la perseverancia en el trabajo. Por muy difícil y ardua que sea la tarea, la responsabilidad que uno recibe debe cumplirse bien', apunta. Raffo, quien nació en Lima, Perú, enaltece la labor como docente de su madre, la cual caló en su educación práctica para la vida. ‘Nos inculcó la vocación por el trabajo y de servicio. Su amor por los alumnos fue una constante; a través de ello nos dio enseñanzas valiosas para nuestro desarrollo como seres humanos y profesionales'. Raffo realizó estudios escolares en el Colegio San Agustín de Lima, por eso tiene una predilección especial por el centro educativo homónimo en Panamá. ‘Los agustinos tienen un tipo de formación muy apegada a la Iglesia, pero sobre todo ligada al compromiso social', sostiene. Su preparación académica y entrega al servicio lo catapultaron al ámbito educativo. Durante cuatro años fue docente del curso Gestión Pública en la Academia Diplomática del Perú y catedrático de Derecho Internacional Público en la Universidad San Martín de Porres, habiendo ejercido la docencia también en las universidades ecuatorianas Casagrande y Espíritu Santo. Durante su trayectoria diplomática en el exterior ha trabajado en Bélgica, Luxemburgo, Estados Unidos y Ecuador, desempeñándose en este último país como Cónsul General. En la cancillería peruana ha trabajado como director General de Administración, director de Políticas Sociales de la Dirección General de Asuntos Multilaterales, Jefe de Gabinete del Secretario General de Relaciones Exteriores, Jefe del Departamento de Argentina, Paraguay y Uruguay de la Dirección General de Asuntos Bilaterales, entre otros puestos. En Hombre Hoy exponemos a un diplomático, padre de familia, un peruano que el amor por su patria lo ha llevado a servir a otros pueblos y naciones.
¿Cuánto le costó ser embajador?
Pertenezco a un servicio exterior muy institucionalizado. Nosotros iniciamos la carrera como terceros secretarios de Cancillería. Además de haber estudiado derecho en la Universidad Católica de Perú, tengo siete maestrías más. He realizado diversos estudios y cursos relacionados con mi cargo.
¿Cuál es la responsabilidad más importante de su función?
Seguir con el fortalecimiento de las relaciones entre Perú y Panamá. Encontré en Panamá gente cálida y comprometida con su nación. Ese patriotismo panameño, lo que llaman el ‘panameñismo', para mí es sumamente impactante. Es algo de admirar y de seguir. He encontrado muchas similitudes entre la historia de Perú y la de Panamá.
¿Qué es lo que más le gusta de esta ocupación?
La cantidad de cosas que se pueden hacer en favor de dos naciones. Aquí hay compromiso de ambos países que van a repercutir directamente en la mejora de calidad de vida de los ciudadanos.
¿...y lo que menos le gusta?
Termino muy cansado en el día y me gustaría tener más tiempo para estar con mis hijos y mi esposa.
¿Qué pueden imitar los panameños de los peruanos?
‘Prefiero definirme como un conductor de personas que dan lo mejor de sí, para el beneficio de ellos y sobretodo de otros. Mi propósito como jefe del área no es manejar un liderazgo que absorbe todas las responsabilidades sino más bien inculcar en mis subordinados el espíritu de equipo y dentro de ese contexto, el mejor respeto a las relaciones personales'
No hay nada que imitar. Panamá tiene mucha riqueza. En lo personal, pienso que los panameños son personas, como ya dije, cálidas, comprometidas, pero sobre todo muy patriotas.
Si tuviera la facultad de corregir algo del pasado, ¿qué sería ?
Conversar un poco más con mis hermanos. Tengo una excelente relación con ellos, somos seis, yo soy el mayor, pero creo que me faltó conversar más. Quizás por mi profesión, por estar fuera del país, me perdía algunos de los momentos claves de la familia.
¿Se considera líder o jefe?
Prefiero definirme como un conductor de personas que dan lo mejor de sí, para el beneficio de ellos y sobre todo de otros. Mi propósito como jefe del área no es manejar un liderazgo que absorbe todas las responsabilidades, sino más bien inculcar en mis subordinados el espíritu de equipo y dentro de ese contexto, el mejor respeto a las relaciones personales.
¿Cuándo lloran los hombres?
Es una pregunta muy interesante porque creo que los latinoamericanos hemos crecido con la impronta de que los hombres no lloran. Pero hay momentos, quizás en privado, con la persona amada, con la esposa, podemos estar los hombres en condición de exteriorizar los sentimientos. Probablemente, en público sea un poco más complicado, por la propia cultura latina, pero creo que en privado sí se hace con mucha frecuencia.
¿Qué es el patriarcado?
Figura de la cultura latinoamericana que está en proceso de modificarse. Yo no creo que desaparezca porque toda familia necesita un conductor, puede ser un varón o mujer. Entonces... el patriarcado en el sentido que le damos de conducir una familia es totalmente válido, en el sentido de imponer decisiones en una familia, eso sí está malo.
¿El mejor regalo que se le puede hacer a una mujer?
La verdad, la honestidad. Nuestra cultura latina también está muy propensa a fingimientos y a veces hay ciertas caretas que perjudican las relaciones. Creo que un matrimonio sale adelante con la verdad y la honestidad.
Cambiemos de tema. Hablemos de sistemas sociales. ¿Qué se puede rescatar del comunismo?
No creo se pueda rescatar algo válido en función de la dignidad del hombre. La dignidad del hombre fue duramente golpeada y afectada por el comunismo. No veo un elemento que se pueda rescatar de esa ideología porque los derechos humanos fueron avasallados.
¿Cuáles son los errores de la democracia?
La democracia no comete errores, lo que sucede es que el conocimiento y el aprendizaje de la democracia es un proceso que lleva mucho tiempo. Nació con Montesquieu. Luego vinieron los ideales de la gran democracia norteamericana, la cual inspiró a algunas de América Latina. De allí cada país ha tenido que ir aprendiendo con su propia idiosincrasia. Ese es el secreto de la democracia, cómo adaptarnos a nuestras realidades en función de nuestras conductas nacionales. Un peruano se comporta distinto al panameño; el panameño es diferente al ecuatoriano, a un brasileño... esas idiosincrasias son las que marcan las irregularidades de cada democracia.
Panamá está agitado con el tema de la migración. Para usted, ¿qué es la migración?
El Perú es un país de inmigrantes, nosotros tenemos tres millones de peruanos fuera del país, viviendo en otras latitudes. Tenemos un millón de venezolanos. Somos una nación de acogida y de exportación de capital humano, porque la migración es eso. Es un tema que manejamos con bastante acierto. Leí una entrevista que se le hizo al funcionario de más alto rango de la Organización Mundial para las Migraciones. Él elogiaba a tres países por el buen manejo del tema, en ese contexto pondría en cuarto lugar a Perú, en esa trilogía de países exitosos en cuanto a migración. Porque aún con nuestras limitaciones presupuestales, el calor y la calidez del pueblo peruano se ha hecho presente en estas emergencias.
¿Quién es Maduro para Jorge Raffo?
Una persona que se ha consolidado en el poder de una manera ilegítima. Eso está trayendo muchos problemas a su nación y a otras naciones, porque la diáspora venezolana está generando una presión muy grande sobre las estructuras económicas y sociales.
El caso Odebrecht ha impactado diversos países; en Perú, el suicidio de un líder político estuvo vinculado a este caso. ¿Con qué mano se está abordando el tema?
El Perú tiene un compromiso muy firme y serio de perseguir la corrupción. Es uno de los países de América del Sur que ha demostrado mayores resultados en esta lucha. Se ha procesado a muchas personas vinculadas a malos manejos de recursos nacionales, porque entendemos que si no hay una limpieza profunda, el país no puede seguir avanzando. Es lo que la democracia le debe al ciudadano, una democracia que no hace limpieza no tiene éxito en el futuro, no sobrevive.