Colección de muñecos sin género llega al mercado infantil

Actualizado
  • 02/10/2019 07:00
Creado
  • 02/10/2019 07:00
Los juguetes Creatable World pueden ser vestidos como mujeres o como hombres. Sus pelucas y ropas les permite cambiar o tener ambos sexos

Paralelo al auge mundial de acciones de personas lesbianas, gays, bisexuales y transgénero (LGBT+), con el fin de exigir derechos, en el universo infantil surge Creatable World.

Después de celebrar el 60 aniversario de la marca de muñecas más famosa, Barbie; lanzando colecciones especiales para inspirar a las niñas a seguir soñando con ser astronautas, pilotos, atletas, periodistas, candidatas política y bomberas, la empresa juguetera Mattel continúa su ruta de innovación llevando al mercado una colección de muñecos de género neutro.

Se trata de una línea de muñecos sin género que ofrece infinitas combinaciones en una sola caja. Las opciones de vestuario, accesorios y pelucas permiten a los infantes diseñar el muñeco con cabello corto o largo, o con falda, pantalones o ambos.

“Los juguetes son un reflejo de la cultura y mientras el mundo continúa celebrando el impacto positivo de la inclusión, sentimos que era hora de crear una línea de muñecos sin etiquetas”, dijo Kim Culmone, vicepresidenta sénior de Mattel Fashion Doll Design. La ejecutiva agregó que “a través de investigación, escuchamos que los niños no quieren que sus juguetes sean dictados por las normas de género. Esta línea permite que todos los infantes se expresen libremente”.

Colección de muñecossin género llega al mercado infantil

Mattel trabajó junto a un equipo de expertos, padres, médicos y niños para crear esta experiencia de juego única en su tipo.

La línea consta de seis kits de muñecos diferentes que están disponibles en una variedad de tonos de piel. Cada combo incluye un muñeco, dos opciones de peinado y un sinfín de posibilidades de vestuario. El producto tiene un precio sugerido de $30 y se puede comprar en los principales minoristas en línea, incluidos Amazon y las tiendas estadounidenses Target y Walmart.

Género y sexo

Según Carmina Salazar, psicóloga clínica, en la mayoría de los infantes ser varón o mujer es algo que se siente de manera natural. “Cuando nacemos se nos asigna el género, masculino o femenino, de acuerdo a las características físicas. Esto es el sexo o el género asignado. La identidad de género es una percepción subjetiva, es ese sentimiento que el ser humano tiene de quién es. Puede surgir por las influencias del entorno, entre otras razones. Puede ser masculino, femenino, algo en el medio, una combinación de ambas cosas o ninguna”, explica.

“Para mí, el concepto de llevar a las manos de los niños un muñeco de género neutro es un arma de doble filo, puede confundir o reafirmar, eso depende mucho de la edad del infante, pues a los cuatro años la mayoría tiene un sentido estable de su identidad de género”, dice.

Estereotipos de género

Según medios internacionales, padres y activistas feministas argumentan que el mercadeo de género de los juguetes limita a las infantes y refuerza los estereotipos de género.

Lauren Spinner, psicóloga del desarrollo de la Universidad de Kent, en Inglaterra, es la autora principal de un estudio que observó el efecto en niños, de entre cuatro y siete años, de mostrarles imágenes de otros niños jugando con artefactos estereotípicos y con otros que van en contra de esos modelos.

Durante la investigación, publicada en enero de 2018 en la revista especializada Sex Roles, se les separó en dos grupos y se les mostró diferentes escenas y mensajes de juegos.

A un grupo se les enseñó imágenes de una niña y un niño jugando con juguetes estereotipados.

El mensaje que podía leerse debajo de la imagen de la niña era: “¡Hola! Me llamo Sarah. ¡Mi juguete favorito es mi pequeño pony! Tengo muchos y juego con ellos todos los días”. En cuanto a la imagen del niño, podía leerse el siguiente mensaje: “¡Hola! Me llamo Thomas y me gusta jugar todos los días con mis coches (carros). ¡Son mis juguetes favoritos!”. Al otro grupo se le mostraron las mismas imágenes y sus respectivos mensajes cambiados, es decir, Sarah aparecía jugando con coches (carros) y Thomas con ponys.

Después de ver las imágenes y escuchar, los niños recibieron un grupo de juguetes, escogidos para representar el modelo estereotípico de lo que es masculino y lo que es femenino (un bebé, un avión de combate, una caja de herramientas, un juego de té...) y les preguntaron quién debería jugar con qué juguete. El estudio concluye que los niños que habían visto las imágenes que no correspondían al estereotipo dieron respuestas más flexibles; se mostraban más abiertos a la idea de que tanto niños como niñas podrían querer juguetes tradicionalmente pensados para un género en particular. También fueron menos rígidos cuando contestaron a la pregunta de con qué niño les gustaría jugar; la exposición a Sarah con el auto y a Thomas con el pony dio como resultado que los participantes estuvieran más dispuestos a jugar con alguien del sexo opuesto. Entonces, los juguetes en las imágenes sí influían en la decisión de a quién querían como compañero de juegos.

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