Luis Mario, un talento con coraje

Luis Mario (Panamá, 1993) tiene una mirada tierna, de esas que poco se encuentran. Uno entiende pronto que es un ser con conciencia social, culto y de algunos ideales. Su oficio es jugar con las palabras y combinarlas bien, con melodías. Él canta, compone y no escribe sus letras, las graba. Con su tema Cegado por amor representará a Panamá en el Festival Internacional de la Canción de Punta del Este, Uruguay, del 22 al 25 de noviembre.

Cuando crea, ‘la inspiración lo asalta inesperadamente', dice, y cuando eso pasa ‘debo salir corriendo en busca de mi guitarra', ríe.

En sus canciones mantiene su inclinación romántica y trata de evocar algunos recuerdos. Sin embargo, afirma que ‘hay veces que tienes que componer lo que el público te pide', expresa. ‘¿Que si se escribe a lo que uno anhela? Depende de qué quieras conseguir con la canción. Por lo menos, si te hablo de un éxito mundial como Color Esperanza , probablemente Diego Torres anhelaba que fuera el soporte para mucha gente', explica.

‘¿Que qué hay de cierto que el cantautor siempre se siente bien jorobado para escribir? Depende de la canción. Depende del momento. Hay momentos para los compositores que son mágicos, que llega la inspiración y la canción surge como un río de ideas: en 15 minutos tienes una canción. Y hay momentos que una canción te lleva tres meses', responde.

Este joven, que a los doce años de edad compuso su primera canción, admite que el músico actual debe acoplarse a la onda del momento. ‘Es necesario incursionar en el reguetón. No es un tema de dejar de ser original. La gente se pregunta: ‘¿cómo un baladista puede pasar al género urbano?' Y a eso respondo; ‘el reguetón no es un problema, el problema es el mensaje. Decir que Luis Fonsi bajó de categoría porque grabó un reguetón me parece absurdo', destaca.

‘Las mujeres han logrado ocupar un puesto importante en la industria. Pero también soy de la manera de pensar que cuando cualquier ser humano tiene un talento que gusta, ese talento no lo frena nadie',

LUIS MARIO

CANTAUTOR PANAMEÑO

Mario no es un artista gestado en un concurso de canto televisivo: no es una figura mediática ni una pieza de marketing. Es un hombre que confía en ‘escalar poco a poco'. Y predica el dicho: ‘mira con quién andas y te diré quién eres', frase que, según él, encaja perfectamente en la industrial musical.

‘Los artistas somos una reproducción de lo que ha pasado antes de nosotros. Si tú comienzas a rodearte de gente que hace basura, lamentablemente vas a componer basura', puntualiza.

También sabe lo que es luchar contra los prejuicios y conoce el significado de la espera que viene, casi siempre, con un trozo de recompensa. ‘Ser artista es un camino bien largo, de sembrar mucho y que probablemente la cosecha llegue bastante después. Es casi imposible el éxito inmediato', matiza.

Para Mario en Panamá ‘hace falta apoyo en la cultura, tanto del Gobierno como de los medios'. ‘Pido que cuando los artistas nacionales estén haciendo un buen trabajo, les den un lugar y no los sitúen por debajo de artistas internacionales', expresa. Por otro lado, se confiesa admirador de las plumas de Rubén Blades y Omar Alfanno ‘unos grandes de nuestro país'. ‘También Joey Montana nos ha probado que no se necesita cantar vulgaridades para ser un buen artista y lograr la fama', sostiene.

En ‘una época donde el feminismo está presente', Mario cree que ‘las mujeres han logrado ocupar un puesto importante en la industria. Pero también soy de la manera de pensar que cuando cualquier ser humano tiene un talento que gusta, ese talento no lo frena nadie, sea hombre o mujer. Antes, cuando el machismo estaba en pleno apogeo, habían artistas mujeres y nunca pudieron frenar a una Isabel Pantoja o una Rocío Dúrcal', señala.

‘¿Que te diga a alguien que admire por su trabajo pero que rechace por personalidad? Esta pregunta se me hace dura. Quizá porque me quedo con lo mejor de las personas. Me cuesta mucho enfocarme en las cosas malas. Pero quizá podría ser Luis Miguel, un artista con el que crecí con sus canciones, con su técnica vocal, pero como persona sí siento que pudiese ser mejor. Claro, tuvo una vida muy dura, también hay que sopesar eso ¿Pero quién soy yo para juzgar?', reflexiona.

Sorprende, por su corta edad, su capacidad artística. Y asombra, aún más, su templanza. Mario solo tiene una visión de un 20% durante el día, y en la noche, es nula. Una discapacidad que no lo ha dejado claudicar y que poco se le nota. ‘¿Que no te has dado cuenta que no puedo verte bien? ¡Oye! olvidé mencionarlo al inicio', sonríe. ‘Esta condición tiende a que la gente sienta lástima. Tal vez piensan que ha sido un impedimento para su arte', expresa Pablo, el mejor amigo de Luis Mario que lo acompaña a esta entrevista. ‘Pablo es mi hermano y es uno de mis grandes críticos a la hora de componer', agrega Luis Mario.

‘¿Me dices que cuál es el ‘ruido' de la vida? Creo que lo que más me molesta son las injusticias. El ver a alguien grande aplastar a alguien chiquito. ¿Que si lo digo porque eso se ve en la industria? ¡Exactamente! Con eso no puedo'.