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Madeleine Riande, una propuesta única, desde la trinchera de la imaginación
- 10/02/2020 06:00
- 10/02/2020 06:00
De regreso de Europa, inmediatamente me fui con mi familia para Guararé, provincia de Los Santos. Allí, al amanecer fui despertado por un continuo cantar de gallos. Esa mañanita, apretando fuerte mi almohada para no despertar a los demás que seguían en compañía de Morfeo, meditaba en silencio sobre lo hermoso que resultan los despertares interioranos.
Mis matutinos pensamientos fueron interrumpidos por los esfuerzos continuos de un gallito—al parecer joven— que trataba de entrar en la competencia de cantares de gallos, con un fuerte discrepante quiquiriquí, que no daba la talla ante la fuerte armonía del tradicional cantar; pero no desmayaba en su intento, es más, continuaba imponiendo su voz cada vez más enérgicamente, porque él también quería decir lo suyo.
Entre más escuchaba a ese gallito, más reía en mi cama y tuve que levantarme a observarlo muy de cerca.
Entonces, para mi sorpresa tuve un titubeo enorme, pues quien es interiorano, sabe que muchas veces las gallinas finas cuando son pollitas, también cantan y combaten igual que un gallo y tal vez hasta mejor. Estaba frente a un caso de estos, pues los aires de Guararé me querían comunicar que los cantares de gallos siempre serán alimentados por nuevas armonías de gallitos y gallinitas finas que, con mucha irreverencia, hacen sentir sus voces sin temor al clamor fuerte de lo ya establecido.
Este lunes seguimos con la presentación de esos nuevos jóvenes exponentes de la plástica, que marcan con pasos distintos el difícil mundo de las disciplinas pictóricas; ellos poseen una buena preparación, aprenden del Internet, estudian con mucha tenacidad, aceptan el reto del mercado de las artes con trabajos novedosos y pintan bonito, como nunca había visto anteriormente.
Madeleine Riande es la protagonista . Conozcamos, de su mano, su joven experiencia:
En el 2012 comencé mi Bachiller en Bellas Artes en Diseño Industrial con un Técnico en Escultura y otro en Diseño de Accesorios en Savannah College of Art and Design (SCAD), en Savannah Ga., EEUU. En 2016 viajé a España a atender la Escuela de la Bisbal en Girona, donde exploré un poco el barro y el vidrio. Luego trabajé bajo la tutela de la Maestra Pilar Aldana en el Taller de Vidrio Aldana en Mataró, Girona, donde entendí el mundo del vidrio en casting y el termo formado. Posteriormente fui a aprender flameworking a Barcelona Glass Studio bajo la tutela de Agustina Ross y Ferran Collado.
En 2017 atendí a Pilchuck School of Glass, en Seattle, EEUU, donde por primera vez soplé vidrio en caña. Sigo en constante preparación con el maestro Armando Granja. Tengo 27 años y soy fiel creyente en la educación, no solo teórica y práctica, sino también multicultural.
No me hagas hablar…
Te voy a ser muy sincera, tengo sólo dos cosas en común con mi padre: los carros y el arte.
La única diferencia es que yo diseño el carro, soy la artista y él los admira.
Mi papá es coleccionista de arte y desde que tengo uso de razón veía a Wilfredo Lam, Guillermo Trujillo, Fernando Botero entre otros. Crecí viendo artistas latinoamericanos.
Descubrí mi pasión por el arte en tiempos de ocio. Desde pequeña sufría de insomnio y a las 3:00 a.m. me encontraba dibujando en plumilla y explorando qué hacer con pasteles. Recuerdo estar fascinada con ellos. Siempre fui buena con las manos y te voy a decir por qué. Desde que nací tengo un problema visual que se llama Estrabismo. No veo profundidad por un ojo. ¿A dónde voy con esto? Lo que mi ojo no desarrolló en profundidad, lo aprendí de manera táctil. Mis manos, a eso vamos. Mi medio a largo plazo, en realidad no es la pintura, es la escultura.
¿En Panamá? Una estafa. Se ha vuelto una producción masiva o una copia descarada. Siento que hay un porcentaje muy alto de artistas que no están capacitados para llamarse artistas y vender de la forma que venden.
Hay tanto mas allá que no vemos. Estamos nosotros aquí encerrados en un frasco de un alien que saca C- en el proyecto de ciencia. Estancados en una burbuja social y cultural.
La dificultad está en la mente, no en el tópico. Creo en la igualdad de género.
Por estadística, el 85% de los artistas que presentan en los mejores museos en Estados Unidos son blancos y el 87% son hombres. Es una realidad.
Lo que sí sé, es que a mí nadie me va a parar.
Lo que yo hago es surrealismo. En lo personal, nada es más increíble que tener la imaginación para crear tu propio mundo, plantearlo y verlo hecho realidad. Porque es un mundo dentro de este mundo. Mis pinturas son una critica social de conciencia. La conciencia del entendimiento científico y evolutivo de nosotros como humanos, tanto físicos como metafísicos. Estamos en cambio constante y todo tiene que ver con la neurociencia, la tecnología y la evolución. Pinto robots porque en cualquier momento nos convertiremos en uno. Pinto cerebros porque vivimos en una sociedad donde siento que cada vez más lo estamos utilizando mal. Pinto senos porque soy fiel creyente en el empoderamiento femenino y la igualdad de todo tipo de géneros, así como los hermafroditas en mis obras, a los que llamo “mis helpers”. Todos estos van de la mano. Cambios sociales y físicos que están creados, simple y sencillamente, por razones evolutivas y que tenemos que aceptar.
La primera vez que vi un Kandinsky en el Guggenheim me enamoré. Me inclino mucho por el movimiento Bauhaus.
Soy un poco fálica y controversial, pero soy un alma nueva que se rige de una propuesta y lenguaje distintos a lo que estamos acostumbrados a ver en Panamá.
El cerebro y el corazón. La ignorancia y lo falso. Que vibremos, pero que vibremos de verdad. Sin prejuicios y sin miedos. Con respeto y con amor.
La verdad es que mi meta a largo plazo es hacer una institución multidisciplinaria e interdisciplinaria en Bellas Artes guiada por los mejores artistas y educadores, tanto nacionales como internacionales en Panamá. Compartir conocimiento.
Mi padre siempre me inculcó que lo que uno tiene en la cabeza, nadie se lo quita.
En lo que es mi trabajo personal, tengo metas de crear arte kinético (arte en movimiento o ingeniería) e instalaciones esculturales.
The Persistence of Memory, por Salvador Dalí. Es una ambición surrealista, pero con una realidad literal incluída.
Madeleine Riande, con su fuerte presencia femenina, hace parte de esas jóvenes gallinas finas (C. Ordoñez, S. González Revilla, E. Acosta, G. Esplá, F. Buriticá, etc.) que, con sus enérgicas voces, hacen florecer nuestros 'Cantares de Gallos', con exquisitos matices de variopintas luces.
Junto a ellas, podemos seguir apreciando los matutinos amaneceres interioranos, porque la generación que tomará las riendas de nuestra cultura, son el fruto de las familias y de los corazones más nobles con que cuenta nuestro Panamá.
Dormiré tranquilo, porque sé que cuando usted escuche los cantares de gallos, respirará profundamente en serenidad, porque notará que la gallina fina y el gallito chillón, estarán ahí recordándonos, que lo mejor de nuestra cultura nunca morirá, con la ayuda de Nuestro Señor y el cantar de nuevas generaciones.