Jaime Ingram: 'no me veo haciendo frente a la vida sin la compañía del piano'

Actualizado
  • 27/10/2019 00:00
Creado
  • 27/10/2019 00:00
Pianista, gestor cultural, diplomático, maestro, investigador y administrador. El primer director del INAC, quien ha destacado en múltiples facetas, confiesa que sin la música no concibe la vida
Jaime Ingram: 'no me veo haciendo frente a la vida sin la compañía del piano'

La transformación del INAC en Ministerio de Cultura y la reapertura del Teatro Nacional ofrecen un momento interesante para mirar atrás y echar un vistazo al camino recorrido. Jaime Ingram, renombrado pianista y primer director del Instituto Nacional de Cultura (INAC) conversó con Margarita Vásquez Quirós, para La Estrella de Panamá, sobre su carrera artística, sus aportes en la docencia, el establecimiento de una línea de trabajo para la cultura en Panamá, a través del INAC, su participación en el servicio diplomático y su propuesta de celebrar en el país un concurso internacional de piano.

Este mes se reinauguró el Teatro Nacional. A usted le correspondió un momento similar, con el reestreno del Teatro Nacional en 1975. ¿Cómo fue en ese entonces?

El Teatro Nacional, después de estar cerrado durante varios años, abrió nuevamente sus puertas el 15 de agosto de 1974, después de una restauración realizada siendo yo director Nacional de Cultura.

En su reapertura se presentaron 31 espectáculos, con artistas nacionales e internacionales, entre ellos la eximia primera gran bailarina Margot Fontaine, así como la cubanísima, también eximia primera gran bailarina Alicia Alonso, junto con el espléndido Ballet Nacional de Cuba. Para acompañar a Margot Fontaine vino de Nueva York el célebre bailarín Ivan Nagy, a quien ella misma llamó por teléfono solicitando que viajara a Panamá a servirle de pareja.

¿Cómo cuajó la idea de nombrarlo a usted, don Jaime, primer director del INAC, en 1974?

Esa fue una decisión exclusiva del general Omar Torrijos conjuntamente con el presidente Demetrio Basilio Lakas.

¿Qué se hizo en 1974 para marcar la ruta del INAC? ¿Intercambio artístico?, ¿becas?, ¿rescate de lo existente?, ¿renovación? ¿Qué funcionó más: leer o comunicarse con el mundo?

Creo que hicimos de todo un poco, pero muy particularmente enterarnos de las políticas culturales puestas en vigencia en diferentes países importantes para poder implementarlas en Panamá, de acuerdo con las posibilidades y necesidades del país.

¿Qué quiere decir para usted eso de 'tener mundo'? ¿Cuantos años tenían ustedes en 1974?
Jaime Ingram: 'no me veo haciendo frente a la vida sin la compañía del piano'

Tener mundo significa, principalmente, buscar la superación sin conformarse con la mediocridad del medio ambiente. En 1974 teníamos 46 años de edad.

¿Cómo compaginó su carrera pianística con esta carrera administrativa del INAC?

La tarea no fue fácil ni sencilla, pero gracias al eficiente personal que me acompañaba, todo fue posible.

En aquellos años críticos en que Panamá estaba envuelta en la recuperación del Canal de Panamá, ¿cómo se condujo el Concurso Literario Ricardo Miró? A mi memoria salta la imagen del escritor y académico de la Lengua Justo Arroyo...

Las bases del Concurso Miró fueron ampliamente modificadas y enriquecidas, incluyendo, inclusive, a reconocidos escritores extranjeros entre los miembros del jurado, lo que suscitó cierto resquemor en algunas personalidades nacionales. Nuestro laureado escritor y académico de la Lengua Justo Arroyo tuvo un papel preponderante en la renovación del Concurso Miró, enriqueciendo la competencia.

Por otra parte, ¿cómo nació el Plan Juvenil de las Orquestas Sinfónicas y para qué?

El Plan Juvenil de Orquestas Sinfónicas surgió originalmente en Venezuela, a mediados de 1970, dirigido por José Antonio Abreu. Fue una forma de interesar a la juventud en el arte de la música, actividad que se expandió con gran acierto por diversos países, entre ellos Panamá y Costa Rica.

Este movimiento se expandió por toda Venezuela. Uno de los frutos del mismo es el famoso director de orquesta Gustavo Dudamel, actualmente titular de la Orquesta Filarmónica de los Ángeles, California. En Panamá no tuvimos un desarrollo similar. Sin embargo, como resultado del movimiento, la Asociación Nacional de Conciertos creó el Campamento Juvenil de El Valle de Antón, del cual surgieron varios músicos actualmente miembros de la Orquesta Sinfónica Nacional.

Ustedes están relacionados con la fundación del Kínder Musical y la Asociación de Conciertos...

Fundamos el Kínder Musical porque creemos firmemente en que la introducción a la música debe iniciarse desde muy temprana edad. Está comprobado que el arte musical es altamente beneficioso para el desarrollo de la mente y sensibilidad humana y creamos la Asociación Nacional de Conciertos con la idea de compartir con el público las ejecuciones de grandes artistas, muchos de ellos amigos nuestros que brillaban en ese momento en el escenario internacional.

Con su esposa, la también pianista, Nelly Hirsch
Sobre su producción bibliográfica, ¿cuál de sus libros es el que más ama?

Siempre me ha seducido escribir sobre música. Entre mis libros creo que el que más satisfacción me da es Historia, compositores y repertorio del piano.

De la Facultad de Humanidades y la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Panamá, ¿qué recuerdos le quedan?

Recuerdos imperecederos. Tanto en una como en otra trabajé siempre con entusiasmo. La enseñanza de la música constituyó en todo momento un placer muy particular. Me alegraba constatar cómo las charlas sobre música lograban captar el interés de los alumnos. Inclusive estudiantes no inscritos en los cursos solicitaban permiso para asistir a ellos, lo que me daba gran satisfacción.

¿Y de su labor como embajador de Panamá en España, en la Santa Sede y ante la Orden Soberana y Hospitalaria de Malta?

Recuerdo muy particularmente el respeto y la admiración que la mayoría de las autoridades me manifestaban por la República de Panamá, y sobre todo por las valientes y retadoras declaraciones a nivel internacional, con relación al Canal interoceánico.

¿Hay mucha diferencia entre el artista que toca el piano, el maestro que lo enseña, el investigador que escribe sobre la historia del instrumento y graba música de América y de Panamá y el administrador de políticas culturales?

Es evidente que existen diferencias determinantes entre cada uno de los personajes a que usted se refiere.

El artista que ejecuta profesionalmente el piano, o cualquier otro instrumento musical, debe antes que nada dominar en todos sus detalles tanto el instrumento como la obra que ejecuta. No se trata solamente de tener una idea de cómo se ejecuta la misma, es menester dominarla totalmente: notas, silencios, ligaduras, puntuación, dinámica, velocidad, sonido, pedales, carácter, etc., y estilo de la misma.

Todo gran compositor señala de una forma u otra cómo debe ser interpretada su obra.

El maestro que enseña debe conocer detalladamente la obra que tiene entre manos, así como las exigencias o intenciones del compositor, e imponérselas a su vez al discípulo. Una obra nunca debe ser ejecutada en forma arbitraria. Lo correcto, lo profesional en todo intérprete, es cumplir con cada una de las señalizaciones de la partitura.

El papel del investigador es, por ejemplo, determinar si la edición que usa es la original del compositor o si ha sido alterada por un revisor.

¿Qué considera que significó para Panamá el Concurso Internacional de Piano 'Jaime y Nelly Ingram'? ¿Y para ustedes?

Debo confesar que no me siento capaz de definir si el Concurso le sirvió de algo a Panamá, y en ciertos momentos, lamento decir que me siento inclinado a pensar que no.

Pudiera ser que en Panamá no estamos todavía lo suficientemente preparados musicalmente como para sacar conclusiones definidas ante la presencia de una competencia internacional de pianistas de la estatura mundial en que la tuvimos. En términos generales, creo que para la alta mayoría de nuestra ciudadanía el Concurso no pasó de un evento musical más, entre las múltiples actividades que se llevan a cabo.

Para Nelly y para mí, fue un hermoso y muy interesante trabajo que realizamos durante 16 años.

¿Me puede compartir una anécdota relacionada con él ?

Una buena anécdota que recuerdo es la de una talentosa joven norteamericana que ya estando en Panamá y que había pasado con éxito la prueba de selección, nos comunicó que ella tendría que retirarse porque había pensado que el concurso era menos exigente.

¿Cuántas veces tocaron usted y Nelly para el público en el Teatro Nacional? ¿Al final, después de tanto estudiar, quedaban vacíos o satisfechos?

Muchísimas veces. Tantas que no me sería posible decir una cantidad ni siquiera aproximada, porque desde que fui estudiante en el conservatorio me he estado presentando en el Teatro Nacional. Por lo general ningún ejecutante queda totalmente satisfecho de su actuación porque siempre considera que lo hubiera podido hacer mejor.

¿Podrían haberle hecho frente a la vida sin tocar el piano?

Pienso que sí, aunque después de toda una larga existencia no me veo haciendo frente a la vida sin la compañía del piano y la música.

Jaime Ingram Jaén
Biografía

Jaime Ingram Jaén (1928) inició los estudios de piano con su madre, continuándolos en el Conservatorio Nacional de Música y Declamación de Panamá. En 1947 obtuvo por concurso la beca 'Olga Samaroff', del Instituto de Música Juilliard en la ciudad de Nueva York, lo que le permitió entrar a las clases de la célebre pedagoga pianista, para continuar después de su deceso con Joseph Bloch. Al recibir el Diploma de Piano (1949) continuó estudios en el Conservatorio Superior de Música de París con el gran pianista francés Yves Nat, donde obtuvo el Diploma en 1950. Posteriormente trabajó dos años con el Prof. Bruno Seidlhofer, en Viena, Austria. A partir de ese momento inició una carrera pianística por diferentes ciudades del Continente Americano, Europa y Medio Oriente con recitales y conciertos con orquesta, y muy particularmente con recitales a dos pianos con su esposa la pianista brasileña Nelly Hirsch. Se ha presentado también en recitales de Sonatas para piano y violín con Alfredo de Saint Malo y Henryk Szeryng. Ha sido jurado en diversas competencias internacionales de Piano, tales como el Concurso Internacional Vianna da Motta, en Lisboa (1960 y 1968) en Macao (1997); el Concurso Internacional Tchaikovsky de Moscú (1978 y 1982), del Premio Iberoamericano de la Música Tomás Luis de Victoria para compositores, realizado en México y Madrid (2000) y del Concurso internacional de Piano, "Ignacio Cervantes"; de La Habana, Cuba (2003).

Fue, junto con su esposa, creador y primer Director de la Asociación Nacional de Conciertos (1962), primer Director General del Instituto Nacional de Cultura (INAC) de Panamá (1973); Delegado de Cultura de la Organización de Estados Americanos (OEA) de Washington (1979 y 1980).

Con su esposa, ha grabado, a dos pianos cinco CD, cubriendo una amplia gama de la literatura para los dos instrumentos que se extiende desde el período Barroco hasta hoy.

Ha sido Profesor de piano en el Conservatorio Nacional de Música de Panamá, Profesor superior de piano en la Academia Paulista de Música (São Paulo, Brasil) y Profesor Extraordinario en el Departamento de Música de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Panamá.

Es autor de múltiples artículos publicados en diferentes revistas y periódicos nacionales que versan sobre cultura en general y música en particular.

Es autor también de un extenso ensayo intitulado 'Historia, Compositores y Repertorio del Piano', publicado en 1978 por el Ministerio de Cultura, Juventud y Deporte de Costa Rica. Una segunda edición revisada de este ensayo ha sido publicada por la Editorial Universitaria (EUPAN) de Panamá en 1993.

Publicó la obra didáctica 'Orientación Musical', que incluye elementos de la música, estructuras musicales, historia de la música, tanto en Europa como en América y Panamá, lanzada en su primera edición por la Editorial EUPAN, en 1978, ha tenido tres impresiones además de la nueva edición de 2002, revisada y ampliamente enriquecida, impresa por Universal Books, Panamá.

Además de su actuación como concertista, Ingram Jaén ha sido Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la República en el reino de España, la Santa Sede (Roma), el reino de Marruecos y la República Argentina.

Es miembro de la American Liszt Society y de la Scriabin Society of America de Nueva York; miembro de la Junta Asesora de la Ciudad del Saber y otras entidades educativas y culturales.

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