Moravia Ochoa, 'una poderosa voz entre las mujeres de su tiempo'

La trayectoria de la escritora y poetisa fue reconocida con la imposición de la condecoración Rogelio Sinán, otorgada bianualmente por el Micultura y Meduca a través del Consejo Nacional de Escritores Panameños
El ministro Carlos Aguilar en momentos en qeu impone la condecoración a Moravia Ochoa.

La escritora y poetisa Moravia Ochoa se convirtió en la segunda mujer en obtener la condecoración, Rogelio Sinán que es destinada a la escritora o al escritor que por su trayectoria y méritos literarios sea seleccionado por el Consejo Nacional de Escritoras y Escritores. El anuncio se hizo el día de la escritora y el escritor panameño, el 25 de abril, fecha que este año se dio en pleno confinamiento. Ese mismo día se indicó que cuando la situación fuese más propicia, se establecería la fecha para la condecoración.

El momento llegó el pasado 2 de diciembre, en la nueva sede del Ministerio de Cultura, donde se dieron cita el ministro de Cultura Carlos Aguilar, el viceministro de Cultura Gabriel González; Ricardo Alonso Vaz, secretario general del Meduca; Ruth Sinán hija del Maestro Rogelio Sinán; Genaro Villalaz García, presidente del Consejo Nacional de Escritores de Panamá; Daniel Domínguez, Director Nacional de las Artes y Javier Alvarado, representante del MiCultura ante el Consejo Nacional de Escritores, además de la homenajeada.

La concurrencia fue limitada, debido la las circunstancias. Algunos miembros del Consejo Nacional de Escritores, familiares, colegas y medios de comunicación.

La ceremonia tuvo inicio con la participación de dos miembros de la agrupación musical Matices, de la Universidad de Panamá. Continuaría con la participación del poeta Javier Alvarado, quien tuvo a cargo la postulación de Ochoa.

Mesa principal en la Sala de juntas de Micultura, donde se llevó a cabo la ceremonia.

“Es la poeta más joven en ganar el concurso Ricardo Miró, con 17 años con el poemario Raíces primordiales y es la primera mujer en ganar el primer premio en la categoría cuento en 1961, con su libro Yesca. Tras estos triunfos y títulos se ha ido consolidando como una escritora de primer nivel en ambos géneros dentro y fuera de Panamá”, recordó Alvarado.

“Valorar su obra poética y narrativa que a través de una aguda reflexión, aunado al contexto histórico y social dentro de su patria, revela un coro polifónico que da voz y memoria a la mujer d e su tiempo”, estableció en la exposición de motivos.

“Moravia Ochoa, como afirma la poeta nicaragüense Ida Luz Meneses, pertenece a una gran estirpe de escritores comprometidos con la palabra con su ejercicio , con sus ideales, con su compromiso ante la sociedad”, aseguró Alvarado.

Ochoa llegó a la literatura de la mano de grandes maestros como Esther María Osses y el propio Rogelio Sinán. Forma parte de la llamada “generación del 58” a la que también pertenecen escritores como Pedro Rivera, Bertalicia Peralta, Benjamín Ramón, Enrique Chué, Roberto Luzcando, Ramiro Ochoa López y Ornel Urriola, entre otros. “Sinán siempre la distinguió con su amistad, con su elogio y su exigencia”, dijo Alvarado. “Su nombre goza del prestigio y del reconocimiento a nivel nacional e internacional. Ninguna antología de estudio de la literatura panameña puede excluirla”, asegura. “Sería un gran reconocimiento a una labor innegable en las letras panameñas y centroamericanas un valor panameño que ha trascendido las fronteras. La condecoración Rogelio Sinán, adquiriría una vez más una gran significación en su importancia”.

Entrega de los incentivos.

“Moravia Ochoa es una poderosa voz entre las mujeres de su tiempo. Su nombre y el de Rogelio Sinán poseen altos valores estéticos y literarios que perdurarán en nuestra memoria”, agregó.

Siguió la exposición de Genaro Villalaz García como presidente del Consejo Nacional de Escritores Panameños, entidad conformada por nueve instituciones educativas y culturales. Cada una de ellas nombra un representante, y forman una directiva provisional por un periodo de dos años. Entre sus funciones está seleccionar y recomendar al Órgano Ejecutivo el escritor o la escritora merecedor de la condecoración Rogelio Sinán.

“Sin ánimos de exagerar, la obra de Moravia Ochoa López podría estar catalogada entre las más prolíficas e importantes en la historia literaria de la República de Panamá” dijo Villalaz al tomar la palabra. “La condecoración precisamente exalta la trayectoria, méritos literarios y humanos de nuestros escritores, con el ánimo de que esas historias de vida sirvan de ejemplo para nuestra sociedad. La sociedad debe ver en nuestros artistas un legado incuestionable que con su propio esfuerzo fortalece nuestra identidad cultural y construye un camino paralelo y válido para que tengamos un mejor país. Los artistas deben ser considerados tesoros vivos de la nación, y sobre todo, un país como el nuestro que expresa una lucha constante por derrotar la pobreza y la falta de oportunidades. Lo artistas deben ser ejemplo para los demás ciudadanos que aprecian la creación artística, pero a la vez se debe reconocer el esfuerzo que realizan a pesar de tantas limitaciones y factores en contra”, expresó Villalaz.

“Moravia Ochoa López es nuestra orgullosa escritora cuyo reconocimiento no puede quedarse aquí igual que el aporte de otros merecedores de esta condecoración. Ha sido ganadora del concurso Ricardo Miró en las categorías de poesía y cuento, sus libros son de lo más destacado de la bibliografía nacional y es una mujer que le ha cantado a la patria, a la mujer, en especial a la solidaridad y a la soberanía del país con sus particularidades. En pocas palabras, una mujer patriota y de valores inquebrantables”, elogió.

Moravia Ochoa dirige unas palabras al público.

Y a las puertas de la celebración del Bicentenario de nuestra independencia, considera el presidente del Consejo de escritores, “este debe ser un bicentenario en donde los artistas panameños sean los invitados de honor y que por su talento multipliquen la alegría la esperanza y el sentido correcto de patria, el orgullo por nuestras dignidad y las ganas de seguir trabajando juntos por un mejor país”.

Por tanto, propuso específicamente que “cada merecedor de esta condecoración, el Ministerio publique en su momento y una antología que resalte lo mejor de sus obras y que la misma sea publicada en una edición que esté al alcance de estudiantes desde primaria hasta secundaria para que todos tengan acceso a sus obras”.

Esto incluiría un reconocimiento a Elsie Alvarado de Ricord, Guillermo Sánchez Borbón, Carlos Francisco Changmarín, Pedro Rivera, Demetrio Fábrega, Álvaro Menendez Franco, Céaar Young Núñez, José Franco y Justo Arroyo, “cuyas obras pueden quedar en el olvido si el estado panameño no aplica dentro de sus política cultural un agresivo rescate y reconocimiento de sus aportes literarios para que los estudiantes desde la primaria hasta la universidad puedan disfrutar de sus obras”.

Villalaz también recalcó la necesidad de la revisión de la ley 14 de 7 de febrero de 2001 que declara el 25 de abril como día de la escritora y escritor panameño, y crea la condecoración Rogelio Sinán pues “la ley tal como está limita el accionar de los nueve representantes del Consejo Nacional de Escritores”, argumentó. Y señaló que se aplicaría la plataforma de participación ciudadana para realizar estas peticiones pues “temas tan importantes como la creación de la Casa de la Escritora y Escritor Panameño, la Escuela de Escritores y la creación y protección de los premios literarios nacionales además de que las decisiones del consejo se conviertan en iniciativas tanto de índole editorial docente y legal que permitan que los escritores panameños tengan más oportunidades de desarrollar su arte, tienen que ser considerados”.

Llegó el momento de la condecoración, entregada por el ministro Aguilar y la entrega del incentivo de $10,000 que otorgan a partes iguales MiCultura y el Meduca. Seguirían las palabras de la homenajeada.

“Agradezco su presencia en este acto en el que recibo la condecoración Rogelio Sinán, la cual es otorgada bianuamlente a escritores que por su vocación, entrega y compromiso con las letras del istmo, con la patria misma y con al cultura general entregan emociones, sueños acciones y energía al cumplimiento que este compromiso le impone. No podría ser de otra manera puesto que la vocación nuestra se nutre precisamente de estas cualidades y exige tesón y fortaleza”, leyó, para luego apartarse de su discurso.

“No es fácil llevar adelante la tarea de ningún artista del mundo ni a ningún compañero músicos, bailarines, todo es tan difícil sobre todo en estos últimos años donde aparentemente los gobernantes de los dos quinquenios pasados fueron realmente una tragedia”, aseguró.

La escritora comentó a los presentes que había escrito unas palabras mucho más fuertes, pero que luego decidió cambiar el tono por uno más conciliador que su hija la ayudó a completar. Aun así, insertó algunas anécdotas porque “no soy amante de los discursos, soy amante de la palabra”.

“Señores pulamos nuestra alma, si pulimos nuestra alma vamos a ser no solo artistas que total, es una palabra. Vamos a ser personas mejores. Personas dulces, personas que cuando se nos hace una crítica o la hacemos, todos van a saber que es por el bien de la sociedad. Porque queremos un mundo mejor, porque queremos un país mejor y por eso hemos luchado toda la vida”, dijo.

“Lo que más deseo es que nosotros, los buenos panameños, lo que más deseamos para este país es lo mejor; un país más culto, un país nada vulgar, un país donde las reservas culturales y morales que se prodiguen sean notables, sean notorias y hagan el verdadero Panamá que todos deseamos”, afirmó.

De vuelta al discurso, agradeció “que se nos haya creído dignas de recibir esta condecoración, dado el significado que entraña. A Moravia Ochoa mucho la honra recibir esta condecoración que lleva el nombre y rinde homenaje al gran escritor solidario antiimperialista, maestro de maestros, en la vida y en la literatura, Don Rogelio Sinán, gloria nacional en todas las áreas de la cultura, ideas y literaratura”.

También agradeció el apoyo de personas que la ayudaron en un transcurso que “no ha sido fácil “, pero hubo personas que entendieron que “esa jovencita que iba creciendo dentro del mundo de la cultura, Incude primero, Inac después, y ahora Ministerio de Cultura; hizo mucho, hizo una entrega total en cuerpo y alma dentro de la institución”. Entre ellos, Jaime Ingram, Diógenes Cedeño Cenci, el Maestro Sinán, un hombre que llegó a codearse con grandes figuras tanto nacionales e internacionales, pero que siempre mantuvo su sencillez. Cuenta la galardonada cómo una vez el maestro la invitó a su estudio y le pidió que fuese a la refrigeradora y le buscara una malta. “Maestro, la refrigeradora está llena, pero no hay malta, aquí dice cerveza negra”, le advirtió la escritora. “Eso mismo Moravia, tráelas, una para ti y una para mí”, le contestó Sinán.

“El transcurso no ha sido fácil pero lo facilitaron los amigos, pero aquí estamos tratando de que vean en nuestra obra a una mujer siempre consecuente con sus principios. Al Gobierno Nacional, nuestro reconocimiento por el acto de hoy, expresamos a todos la lealtad con nuestro compromiso no solo con el arte literario sino en las acciones de lucha por un Panamá mejor”, concluyó Ochoa.

La formalidad concluiría con las palabras del ministro de Cultura Carlos Aguilar. “Leer nos acompaña y nos reconforta. En Panamá tenemos el honor de contar con muchos autores que al leerlos hemos aprendido y hemos sido felices con su compañía literaria. Más ahora. Uno de esos autor es notable icono de nuestra nacionalidad es el maestro Rogelio Sinán. Un creador universal. Fue poeta, cuentista, dramaturgo profesor diplomático… esta condecoración, es una manera de rendirle honor al autor de La boina roja, una forma de distinguir la trayectoria de nuestros escritores y escritoras”, indicó Aguilar.

Sobre las palabras del presidente del Consejo de escritores, Aguilar aseguró que “efectivamente vamos a hacer todo el esfuerzo para poder publicar las antologías. Por lo menos podemos empezar con una antología que reuna una obra importante de cada uno de los que han sido galardonados y después ver la posibilidad de hacer una antología de cada uno (…) quiero comprometerme a buscar los recursos como sea”, aseveró.

Sobre las reformas a la ley que crea la condecoración, el ministro invitó a todos los artistas, gestores, emprendedores o sencillamente ciudadanos interesados en el devenir de la cultura en el país a que aprovechen la oportunidad y participen del diálogo Cerrando Brechas, para la creación del pacto del Bicentenario.

“En nombre del exelentísimo presidente de Panamá, Laurentino Cortizo, estamos encantados que esta importante distinción recaiga en una artista tan completa y de tanta relevancia y que además es parte del equipo de este Ministerio de Cultura”, dijo sobre la designación. Y se manifestó así sobre la obra de la condecorada. “La poesía de Moravia es vital, dulce, reveladora y conmovedora. Sus versos abogan por la libertad la luz y la ternura. Sus palabras invitan al asombro a la calidez y a los anhelos, su poesía te lleva a que traspases todos los obstáculos, a que sigas adelante ante cualquier tormenta, que salgas y respires porque el fuego y lo salvaje no podrán contigo. Los textos de Moravia sacuden el alma y la mente de sus lectores porque al leerla van del desconcierto al asombro, de lo frágil y fuerte del corazón enamorado a lo palpitante de la distancia y el olvido que trae consigo el desamor. Su obra está construida por recuerdos, mares, caricias, besos, montañas, cicatrices, silencios; en sus manos el amor es sabio, hermoso, misterioso, profundo, intenso y doloroso. Moravia, siempre una mujer luchadora, siempre una rebelde que cree en la belleza, en el baile, en la identidad, en la soberanía, en la palabra y en que un mundo mejor es posible. Moravia, como su versos son verdad y borrasca, paz y tempestad, es un sello de excelencia dentro del oficio de escribir y un gran orgullo para las letras panameñas”, concluyó.

Condecoración Rogelio Sinán
Reconocimiento a la Trayectoria

Sobre el galardón, Daniel Domínguez, director de las Artes de Micultura comenta que “la condecoración Rogelio Sinán es la prueba del trabajo en equipo entre el Ministerio de Cultura, el Ministerio de Educación y el Consejo Nacional de Escritoras y Escritores de Panamá. Es una forma de rendir honor a uno de los grandes titanes de las letras panameñas del siglo XX: Rogelio Sinán. A la par es una forma de brindar cada dos años un reconocimiento a la carrera literaria de varios de los grandes autores nacionales. La condecoración es una distinción a la obra completa de un escritor que ha colaborado con su labor a consolidar la literatura istmeña y a la cultura centroamericana en general. Los que han ganado la condecoración son sinónimo de compromiso con el oficio de escribir y una evidente fidelidad a favor de la creación desde la ficción. Sin ellos la literatura de la región no sería la misma, sin ellos la comprensión del ser panameño estaría a medias”.

Escogencia
Plena democracia

Escoger al ganador de la condecoración Rogelio Sinán es un ejercicio democrático porque se decide entre nueve miembros que representan a su vez a nueve sectores del quehacer literario del país: el Ministerio de Cultura, el Ministerio de Educación, la Universidad de Panamá, la Universidad Autónoma de Chiriquí, la Universidad Tecnológica de Panamá, la Universidad Santa María La Antigua, la Universidad Especializada de las Américas, la Academia Panameña de la Lengua, y la Fundación Biblioteca Nacional. Cada miembro puede proponer a un escritor y dar sus razones por las cuales este autor merece este reconocimiento. La selección de los vencedores es a su vez reflejo del nivel de quienes los han seleccionado.

Los ganadores
Apreciaciones de Daniel Domínguez

La poesía sentida (en “Es real y es de este mundo”, y “Siempre el amor”), más los ensayos profundos sobre Ricardo Miró, Demetrio Herrera Sevillano, Ricardo J. Bermúdez, Rubén Darío y Dámaso Alonso y la defensa permanente del idioma español por parte de Elsie Alvarado de Ricord (2002); Tristán Solarte (2004), un poeta, narrador y periodista de valor supremo que tiene libros indispensables como las novelas “El ahogado” y “La serpiente de cristal” y los versos recogidos en “Aproximación poética a la muerte y otros poemas” y “Vienen de lejos”; Carlos Francisco Chagmarín (2006), un hombre que fue capaz de explorar diversos géneros con solvencia inmensa como la novela (“El héroe transparente”), el cuento (“Faragual”) y las décimas (“Socabón”); Pedro Rivera (2008) se mueve desde su condición del padre del documental panameño moderno pasando por ser un ensayista de alto calibre (“Condición humana y guerra infinita”), un poeta sinigual (“La mirada de Ícaro”) y cuentista certero (“Peccata Minuta”); Demetrio Fábrega (2010), un poeta excelso y refinado como queda patente en “El libro de la mal sentada” y “Cuerpo amoroso”; Álvaro Menéndez Franco (2012) es la memoria viva de la historia panameña, una enciclopedia andante, un maestro indiscutible del relato y del ensayo; César Young Núñez (2014), el rey de la poesía alegre y festiva (“Carta a Blancanieves” y “Poesía mía que estás en los cielos”) y un columnista de increíble lucidez (“Crónicas de rutina”); José Franco (2016), el poeta que le cantó como nadie a la soberanía, a la libertad y a la patria como quedó en evidencia desde la poesía (Panamá defendida) y la narrativa (“Las luciérnagas de la muerte”); Justo Arroyo (2018), un novelista de cinco estrellas, algo que queda evidente tras leer novelas suyas como “Dejando atrás al hombre de celofán”, “Semana sin viernes” y “Vida que olvida”, así como libros de cuentos de lectura obligada como “Capricornio en gris” y “Héroes a medio tiempo”; Moravia Ochoa (2020), la cuentista (“Yesca”) y poeta (“Raíces primordiales”) de lo erótico, de lo audaz, de lo sincero, todo esto enmarcado en un hermoso sentimiento de patria.

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