Pinceladas e historia: la primera pintora florentina del Renacimiento

  • 22/03/2021 00:00
Aristides Ureña Ramos, maestro de la plástica en Panamá, recrea la historia de Plautilla Nelli, pintora emblemática del Renacimiento italiano y creadora de la primera obra pictórica de la 'La última cena' desarrollada por una mujer
'La última cena', de Plautilla Nelli, es el primer cuadro conocido sobre esta escena bíblica pintado por una mujer.
'¡Sin  lileri  no se  lalera!' 

Yo siempre llegaba  tarde  a mis clases de  anatomía,  por lo que el  gran  portón  del salón de  anatomía  de la  Academia de Bellas Artes de  Florencia siempre  me esperaba cerrado...  Ella –mi profesora–  abría  la puerta y  repetía  de  manera burlona la frase que  excusaba  mis tardanzas: “Vengo de trabajar...  ¡sin  lileri  no se  lalera!”,  causando  en mis compañeros una sonrisa colectiva de simpática acogida.

La edad de  mi anciana profesora  de anatomía  siempre fue un gran misterio, pero  en  el cuerpo de docentes  era la más dotada en  la  metodología  que exige  sumergirse en la  tarea de los volúmenes y proporciones simétricas del cuerpo humano.

Bajo sus severas indicaciones pude conocer tanto de lo  que hoy sostiene mis conocimientos, como son  la estructura del lenguaje del cuerpo humano  y su evolución dentro de la historia del arte. Fue así  como  conocí  a la primera pintora del  Renacimiento, personaje  del que  hoy  –en este espacio–,  con mucho gusto,  escribiré.

La primera vez que escuché  su nombre

“Las  sibilas de Miguel Ángel tienen caderas masculinas,  y las figuras  masculinas de las  obras  de sor  Plautilla  Nelli,  son femeninas”,  así  nos  explicaba  nuestra profesora  de anatomía  en las clases;  lo  que me  llevó a  acercarme  a ella para saber más sobre sus afirmaciones. De  hecho,  el conocido genio del  Renacimiento italiano  (Miguel Ángel)  y autor del  Juicio universal,  pintor de la Historia de  la  génesis  colocadas en el Vaticano, forzó  la  manera expresiva de sus musculosas sibilas a través de la masculinidad de sus siluetas,  sobre todo en  las partes pélvicas.

Así también aparece  –por primera vez–  en mi panorama cognoscitivo:  Plautilla  Nelli (1524-1588), un personaje que inmediatamente sembró una gran  curiosidad en mí  y pedí  a mi profesora la oportunidad de profundizar en este.

La sorpresa fue  inmensa  al descubrir que Plautilla Nelli  fue  la primera pintora mujer  del Renacimiento italiano, creadora de una 'La última cena',  obra que es  considerada entre las más grandes del mundo realizada por una mujer,  hazaña  desafiante  bajo los parámetros compositivos y de la realización pictórica. Acompáñenme a  descubrir  a este increíble personaje.

Las investigaciones  sobre  Plautilla  Nelli

Dos claras indicaciones recibí de mi profesora de anatomía,  que me envió a  buscar en  Le Vite (1550) de Giorgio Vasari (1511-1574) y en tres obras  de  Plautilla: 'Compianto  con santos'  (1560),  'Virgen  dolida'  y 'La  última cena',  esta  última  en precarias condiciones,  no expuesta al público  en ese entonces.  Desde allí inició  mi investigación.

'Lamentación con los santos', de Plautilla Nelli, reconocida como la primera pintora del Renacimiento florentino.

Pocas son las noticias sobre las mujeres que se ocuparon del arte en el pasado,  ya que  para estas estaban prohibidos los trabajos en los talleres de arte. Las mujeres  estaban  excluidas  del estudio de la perspectiva y de la anatomía, aunque sí existieron algunas excepciones.

En el manuscrito Le Vite,  primer libro de crítica del arte  en el mundo,  su autor Giorgio  Vasari nos dice algo interesante : “La hija de Paolo Uccello  (1397-1475), Antonia –que era carmelita–, sabía dibujar y a su muerte  fue declarada pintora” , afirmación esta que nos hace presumir la existencia de posibles artistas  en periodos  anteriores, pero esto queda a juicio de las futuras investigaciones.

En este mismo escrito,  Vasari  inicia hablando de  Plautilla  Nelli de la siguiente manera: “Di  queste  la prima è  suor  Plautilla,  monaca  et  oggi  priora nel monasterio di S. Caterina da Siena”, citándola como  la  primera pintora florentina; un  texto que nos ayuda a comprender  que  la única posibilidad que  tenían  las mujeres para realizar arte  era dentro de un convento femenino.

Allí, a lo interno de los claustros,  tenían la posibilidad de recibir una buena educación, estudiar música y dibujo  clásico,  literatura  y filosofía, y esa fue la estrella que marcó  el camino de  nuestra  Plautilla  Nelli.

Entonces, ¿quién era  Plautilla  Nelli?

Nacida  en Florencia, el 29 de enero de 1524. En el Registro Público  reposa su verdadero nombre  como  Polissena;  hija de Piero di Luca Nelli, un  adinerado  mercante de telas. A  los  14 años toma votos novicios en el convento de Santa Caterina da Siena in  Cafaggio  de Florencia (1538). Para algunos,  como el Vasari, fue alumna del  monje  fray  Paolino da Pistoia  (1490-1547)  que tuvo como maestro  a  fray  Bartolomeo (1472-1517)  y  para otros biógrafos fue completamente autodidacta.

Sor Plautilla Nelli (1524-1588).

Si bien cabe remarcar la posibilidad  de  que ella haya estudiado la colección de dibujos de  fray  Bartolomeo conservada en el convento, aunque si en su estilo pictórico no se alinea a la “bella maniera  fiorentina”,  queda  muy marcada su inclinación a un estilo pictórico tradicional y  evocador de los grandes maestros del  Renacimiento  italiano.

Designada varias veces como priora del convento, demostrando una notable capacidad emprendedora, logró con las ventas de sus pinturas que esto fuera el principal ingreso económico del convento. A tal punto que, en las zonas de Toscana, los monasterios femeninos en el periodo de  Savonarola se convirtieron en verdaderos talleres artísticos gracias a su ejemplo. Sus hermanas y alumnas no alcanzaron su fama, pero algunas son dignas de recordar con sus pequeñas contribuciones pictóricas como  Prudenzia  Cambi,  Ágata  Traballesi, María Ruggeri y  María  Angélica  Razzi.

Las figuras de las obras de sor  Plautilla  son femeninas

Giorgio Vasari  nos plantea en La Vite  que:  “Plautilla  tenía  poca familiaridad con el cuerpo masculino, por lo  que sus figuras poseían siempre una elegancia toda femenina”. Sus modelos eran escogidos dentro del convento y eran todas mujeres vestidas a la manera masculina.

Cuando fui al Museo San Marco y  me encontré  frente a la tela 'Compianto  con santos'  (1560),  esa sensación invadió todos  mis pensamientos:  “¿Eran hombres  afeminados?”. Sobre todo  al  mirar el Cristo depuesto y las imágenes de los santos.  Así mismos  la constante repetición del perfil figurado en  la obra:  'Virgen dolida' con la  imagen del Cristo,  obras que expresaban una sutil  belleza nunca vista anteriormente.

Encuentro en dos momentos distintos

Entonces  conseguí  el permiso especial para ver su maravillosa  'La última cena', que se encontraba en un depósito del museo. Fue tal el impacto de esa tela inmensa, que la emoción al observarla el año pasado –por segunda vez,  ya restaurada– no se repitió.

'Santa Catalina recibe los estigmas', por Plautilla Nelli. Su obra reflejaba el clasicismo.

Pues el ojo  que descubre una  maravilla (mis  ojos) ya había sido educado por las enseñanzas de mi profesora de anatomía;  porque existen  alteraciones pensadas por criterios creativos que, a pesar  de  que no reproducen la realidad, son funcionales para exaltar la fuerza, el vigor, la belleza del lenguaje anatómico y dentro de esta lectura es donde encaja la delicada mano pictórica de sor  Plautilla Nelli.  Fue entonces  que  para mi aprendizaje y crecimiento intelectual,  se abrieron nuevas lecturas para captar las expresiones artísticas  bajo nuevas fases interpretativas.

El otro lado de mi sombra

Existe una indescifrable ternura bajo la mirada femenina y maternal para expresar la belleza, con la condición de abandonarnos a ella. Son guías existentes en la memoria creativa del lado femenino, desde sor  Plautilla  y sus alumnas, a Artemisia  Lomi  Gentileschi (1593-1653) ... y aquella querida profesora de anatomía de la Academia de San Marco de Florencia, que aún resuena en mi memoria para recordarnos  que  a pesar de llegar tarde y encontrar el portón cerrado, siempre habrá quien te reciba y te haga descubrir las maravillas del pensamiento creativo de todos los seres vivientes de los distintos universos.

Lo Nuevo