El cuento, enigma y reto

Actualizado
  • 26/03/2017 01:03
Creado
  • 26/03/2017 01:03
El escritor panameño Enrique Jaramillo Levi dictó una conferencia en la Academia Panameña de la Lengua para dilucidar la medula

Ante un auditorio repleto compuesto por escritores, docentes y estudiantes universitarios, el escritor Enrique Jaramillo Levi realizó su ponencia ‘El cuento como enigma y reto', en la casona de la Academia Panameña de la Lengua. Correspondió a la profesora Margarita Vásquez, directora de la institución, hacer la introducción del escritor.

‘Decía Stéphane Mallarmé, poeta francés, que todo existe para convertirse en libro', comentó Jaramillo al inicio de su ponencia. ‘Los escritores sabemos que eso no está tan lejos de la verdad, cualquier cosa que se alimenta de realidad y se percibe de cierta manera por el creador, es susceptible de transformarse en literatura'.

‘El arte, cuando realmente lo es, posee una cualidad didáctica encubierta, una sutilísima necesidad de asimilación que no discrimina a sus receptores'

El fundador de la revista cultural Maga detalló que el proceso de elaboración de un cuento es la síntesis de una serie de eventos que van armando una historia, ‘en la que pasan cosas, que sin duda tienen consecuencias y cuyos componentes anecdóticos ejercidos por ceñidos personajes, habrán de desembocar en un conflicto que desate un desenlace'.

Destacó que si bien los componentes del cuento pueden ser similares a los de la novela, los procedimientos de creación son distintos, ya que los sucesos deben ser desarrollados ampliamente en la novela, lo que multiplica los personajes, temas y atmósferas.

Tanto el cuento como la novela, una vez terminados, ‘se añaden al mundo, completándolo, una manera que antes no existía de la realidad'. Cada nueva obra que nace, es una contribución que hace el escritor al enriquecimiento de la experiencia humana, señaló Jaramillo.

El conocimiento crece cuando la obra está bien lograda, con independencia de los temas abordados y que se comparta o no determinada visión del mundo.

‘El arte, cuando realmente lo es, posee una cualidad didáctica encubierta, una sutilísima necesidad de asimilación que no discrimina a sus receptores', mencionó el autor de cerca de 50 libros, entre poesía, cuento y ensayos.

LAS CARAS DE LA MONEDA

Por definición, es imposible no vincular el término ficción a la idea de mentira o engaño; pero Jaramillo considera que esta aceptación solo puede entenderse así cuando se contrasta con conceptos como verdad o realidad.

La ficción se forma siempre, por más imaginativa que pretenda ser, desde la medula de la realidad, son complementarias.

Un buen escritor, dijo, es un artista que aspira a la perfección sabiendo que ésta no es totalmente posible.

La ficción bien entendida, se convierte en la otra cara de la moneda de la vida, por lo que no considera que debiera haber demérito alguno por escribir novelas o cuentos de ficción.

CÓMO LO CUENTA

En la obra debe encontrase cierta estrategia narrativa por parte del autor, que permita el nudo de la trama.

Los elementos anecdóticos y la economía del lenguaje son cruciales para que la historia tenga el efecto adecuado, afirmó Jaramillo, que sería un desenlace sorpresivo.

El escritor dice que el cuento requiere ‘no andarse por las ramas' y de un alto grado de concentración por parte del autor, ‘de manera que la flecha del asunto trazado, viaje velozmente por la apretada trama, atraviese el indispensable conflicto y deshaciéndolo, llegue pronto al blanco'.

Jaramillo Levi aclaró que no hay recetas perfectas para escribir. A menudo se piensa que la mera narración de una anécdota es la construcción de un cuento literario. Sin duda, podrá la expresión de uno de sus principales elementos, más no el cuento mismo, pues requiere de un tratamiento artístico.

Solo el talento y el conocimiento que aporta la experiencia, permiten que un escritor sea capaz de producir auténticos cuentos, indicó el escritor nacido en Colón.

‘El padre del cuento moderno, Edgar Allan Poe, decía que en los cuentos de alto calibre debe producirse una genuina unidad de impresión; idea que ratificó un siglo más tarde Julio Cortazar'

Sin embargo, reconoce que aunque el autor desborde de talento y conocimiento, todos sus textos serán exitosos, pues en ello influye el gusto cambiante del lector, los factores del proceso creativo de la obra e incluso su lectura e interpretación.

El autor de Catalepsia (1965) puntualizó en su ponencia que un escritor debe ser un ávido lector.

‘La disposición de un suceso en la página requiere de cierto orden, la adecuada selección de las palabras, tono convincente, una estructura acorde a la índole de lo narrado, de un conocimiento amplio de la vida que permita crear situaciones, atmósferas y personajes verosímiles; intencionalidad, y una probada capacidad de síntesis, sin perder la densidad'.

‘El padre del cuento moderno, Edgar Allan Poe, decía que en los cuentos de alto calibre debe producirse una genuina unidad de impresión; idea que ratificó un siglo más tarde Julio Cortazar', añadió.

Se entiende que no puede haber dispersión en el texto e un cuento, es funesto explicar situaciones o hechos que basta con sugerir, se debe exponer solo lo necesario para que la verdadera historia aflore por cuenta del lector.

Enrique Jaramillo Levi apuntó que todo cuento debe sentirse como necesario, cuya existencia añade algo al mundo, ‘algo que tras haberse escrito, nos haría falta si no existiera'.

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