Cómo controlas tu soltería

Actualizado
  • 04/06/2010 02:00
Creado
  • 04/06/2010 02:00
H ay mujeres que cuando llegan a la edad de los 30 y solteras se sienten con tal angustia que se desesperan ante cualquier situación que...

H ay mujeres que cuando llegan a la edad de los 30 y solteras se sienten con tal angustia que se desesperan ante cualquier situación que esté relacionada con su capacidad de amar. Comprendo que su círculo de amistades se hace cada vez más chico porque sus amigas ya se han casado, y esta situación se siente más durante los fines de semana.

Cuando se llega a esta edad, la mujer debe aprender a relajarse, a tener paciencia.

También se da el hecho que se imaginan estar enamoradas de cada hombre que conocen.

En efecto tu círculo de amistades se va reduciendo y tienes que ingeniártelas para saber qué hacer los fines de semana. Cuando llegas a ese punto, tienes que descubrir y confirmar de manera absoluta si tu vocación es el matrimonio. Puedes, sin sentirlo, equivocarte y creer –exactamente esto que dices- que estás enamorada de cada persona nueva que llegue a tu vida. Y, muchas veces te resultará difícil evitarlo.

La mujer busca sentirse amada, querida, atendida, valorada, buscada, deseada, y de cierta manera: ‘Necesitada más que nada en el alma’. Los afectos de la mujer no se concretan a los límites de la piel que pide y exige sexo… ¡No! Los amores, pasiones y deseos de la mujer, sea madura o sea tierna, van mucho más allá de la piel, y no se concretan sólo en el sexo.

Amiga, los años son números. Tienes la madurez para saber lo que te hará bien y lo que te puede dañar.

Por tanto, mujeres maduritas, o mujeres tiernitas, deben reconocer que lo que las mueve no es la edad, ni la razón, sino la emoción. La mujer inventa, experimenta, crece, corre riesgos, rompe reglas, se equivoca, lo vuelve a intentar, se divierte, ríe, llora, y canta.

No es la edad la que hace la diferencia, son los golpes, las heridas, la capacidad de cicatrizar, y juntar los pedazos y arriesgarse de nuevo. La piel es la que se marchita, no así, el corazón.

Eres una mujer con interioridad rica, complicada y maravillosa. Un misterio de grandeza por tu capacidad de entrega, anhelo de perfección, aprecio y conservación de la vida.

A una persona se le respeta, se le aprecia, se le ama, en cuanto es persona; solo por ser persona. Así tú, mujer, por ser persona posees una dignidad única que ha de ser respetada aunque te encuentres casada, soltera, viuda, divorciada, o separada.

Como mujer no debes ver al mundo como una constante y desgastante lucha. Si lo haces estás condenada a una perpetua insatisfacción y a una segura amargura al paso de los años. Tu natural suavidad en el trato, tu facilidad de comunicación, tu facilidad para la empatía son armas más poderosas que la confrontación.

Tú, mujer, puedes realizar un cambio si ves tu desempeño laboral como un espacio para el encuentro con otros seres humanos, hombres y mujeres.

Debes buscar algo que le dé sentido a tu vida: búscalo en la investigación científica, en la literatura, en la música, en la política, en el deporte, en el trabajo, en la necesidad de trascender espiritualmente, en la amistad, en la buena mesa, en el estudio, o en el obsesivo placer de un pasatiempo...

Inténtalo y te sentirás mejor.

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