Stanley Heckadon advierte del colapso de basureros clandestinos y aguas servidas en cinco años

El abogado ambientalista Harley Mitchell afirmó que “el cierre de cerro Patacón no se puede hacer sin tener una alternativa aprobada mediante procedimiento”, y además se necesita un presupuesto monetario, del cual -asegura- no ha escuchado absolutamente nada durante todos estos años.

Según lo establece el Decreto Ejecutivo 275 del 21 de julio de 2004. dichas acciones son responsabilidad del Ministerio de Salud (Minsa), por lo que debería guiar la creación de un nuevo relleno debido a que es el que administra el Código Sanitario, dijo Mitchell..

Dicho decreto establece las normas sanitarias para la creación de rellenos sanitarios con una capacidad mayor o igual a las 300 toneladas métricas por día, de residuos sólidos no peligrosos, como los que se manejan en cerro Patacón y señala que “el Ministerio de Salud tiene la responsabilidad de ejecutar las acciones”.

“El Minsa debe dirigir la búsqueda de un sitio para el que puede contemplar hasta tres alternativas, según el decreto en mención”, afirmó Mitchell. No obstante, debería pertenecer a la junta directiva de la Autoridad de Aseo Urbano y Domiciliario (AAUD) y actuar con sus propias competencias y su propio poder ministerial.

Ya el secretario de la Autoridad de Aseo Urbano y Domiciliario (AAUD), Carlos Ábrego, ha reconocido en medios locales que "la deficiencia del servicio ha sido grande" y que el periodo de concesión de la empresa Urbalia, S.A. encargada del manejo de los desechos, tiene fecha de cumpleaños para el 27 de marzo de 2023 y se preparan para implementar ciertas acciones para poder tomar la operación del vertedero.

Pero mientras tanto, el monstruo de basura que se observa a lo largo de las vías de acceso al vertedero sigue creciendo, corriendo el riesgo de generar múltiples problemas. Hay estudios ambientales que indican que el impacto de la toxicidad del vertedero abarca unas 9 mil hectáreas (el vertedero abarca más de 130 hectáreas) afectando con malos olores varias barriadas a 3 o 4 kilómetros del área.

Muy cerca hay por lo menos cinco comunidades asentadas: (Cuipo 1, Cuipo 2, El Relleno, La Isla y Calle 50, declaradas por el Minsa como no apta para vivir”. La contaminación del aire, suelo y ríos hacen que estas zonas próxima a Patacón hayan sido catalogadas por el Minsa como "no apta" para vivir.

El investigador y sociólogo Stanley Heckadon profundizó en que más allá de las áreas cercanas a Patacón, cada vez, se observan más barrios de invasión en el rumbo norte hacia el Chagres y hacia el sur, en la provincia de Colón. Su teoría es que “a la larga, en cuatro o cinco años, los barrios de invasión con los basureros clandestinos y las aguas servidas se van a topar en el río Chagres”, que alimenta de agua dulce al Canal de Panamá.

El río Chilibre es parte de la cuenca hidrográfica del Canal de Panamá y desemboca en el río Chagres, que abastece de agua potable a Panamá, y ya desde hace casi tres décadas, se viene advirtiendo de su contaminación (proyecto de monitoreo de la cuenca del Canal de Panamá 1996-2000).

Su impresión y consideración en torno a esto es que “el futuro del Canal y sobre todo la calidad del agua va a depender de lo que ocurra en la autopista Panamá-Colón; y si eso se desborda como se desbordó en la Transístmica (en la autopista Panamá-Colón), en que los talleres y las fábricas de cemento y los gallineros y las crías de puerco, y todos esos excrementos van a parar a las quebradas, entonces, vamos a estar en un gravísimo problema”, sentenció Heckadon, quien participó en los estudios para el vertedero de cerro Patacón.

Para el director nacional de verificación del desempeño Ambiental de MiAmbiente, Miguel Flores es importante destacar que el proceso del manejo de los residuos sólidos, “va concatenado”, ya que, desde la producción de un artículo, su consumo y disposición final, son la “clave” para el éxito en este tema.

De acuerdo con Flores, la cultura ambiental de los ciudadanos se debe abordar desde la infancia, como uno de los pilares fundamentales a considerar, si se pretende cambiar la actual panorámica sobre el mal manejo de los desechos generados tanto a nivel de nuestros hogares como a nivel empresarial e institucional.

“Todas nuestras actividades generan desechos y el problema radica en que no existe una verdadera cultura del manejo adecuado de estos desechos desde la fuente hasta su disposición final, y tampoco una cultura del reciclaje necesaria para segregar y reutilizar algunos de los materiales que puedan ser aprovechables, ya sean de origen inorgánico como orgánico”, aseveró el alto funcionario de MiAmbiente.

Aunado a lo anterior, Flores comentó que el ciudadano común “no” valora sus recursos naturales y deposita o vierte los desechos o basura en cualquier lugar, en áreas verdes, abandonadas, ríos, quebradas y en las playas.

Según datos de la AAUD, más del 50% de la basura que se genera en Panamá va a parar a las playas, ríos y quebradas. En Panamá se generan 4,372 toneladas diarias de basura, de las cuales 2,536 son recolectadas y llevadas a los vertederos a cielo abierto y el resto termina en diferentes afluentes y playas.

Flores añadió que a todo lo dicho se suman los problemas relacionados con la recolección y transporte de la basura hacia los sitios de disposición final o vertederos, donde “tampoco se hace el manejo adecuado para evitar que los mismos contaminen el ambiente o representen potenciales riesgos para la salud”, debido a que no cuentan con las condiciones mínimas para el manejo de los lixiviados que genera la basura, los gases que se producen ni el cubrimiento y compactación necesarios para evitar los malos olores, y la diseminación de los desechos, entre otros aspectos.

Con respecto a la contaminación del aire, Flores aseguró que los incendios perpetrados por algunos individuos que utilizan estos espacios, para subsistencia, han provocado la generación de gases tóxicos, productos de la combustión incompleta de los residuos sólidos, produciendo así dioxinas y furanos, material particulado y una mezcla de gases que pueden afectar la salud de la población cercana como en el caso de la Ciudad de Panamá.

Para Flores es importante mencionar que el relleno sanitario de cerro Patacón está rodeado de dos fuentes hídricas, el río Mocambo y la otra es el río Guabinoso, cuyas aguas fluyen hacia el río cárdenas, que descarga a su vez dentro de las riberas del Canal de Panamá.

En referencia a la contaminación del agua, Flores mencionó que de acuerdo con el Decreto Ejecutivo No 75 de 4 de junio de 2008, "Por el cual se dicta la norma primaria de calidad ambiental y niveles de calidad para las aguas continentales de uso recreativo con y sin contacto directo", los resultados de los parámetros aguas abajo del relleno sanitario de cerro Patacón “se encuentran por encima de los límites máximos permisibles establecidos en la normativa”, de acuerdo a los datos de monitoreo realizados por el Ministerio de Ambiente.

Precisó que desde el año 2015 y hasta el 2019 se hicieron colectas de muestras para realizar un diagnóstico de la calidad fisicoquímica y microbiológica del agua superficial de hasta más de 6 puntos diferentes de muestreos, en el polígono del relleno sanitario de cerro Patacón, considerando el río Mocambo, río Cárdenas y afluentes.

“El Índice de Calidad del Agua (ICA) de dichos cuerpos de agua se halla en el rango de poco contaminado a contaminado. Hasta la fecha no se ha recibido por parte de la ACP (Autoridad del Canal de Panamá) un pronunciamiento o denuncia sobre el tema o de algún tipo de afectación”, puntualizó Flores.