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- 31/08/2008 02:00
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Los desórdenes de la alimentación son complejos y cada uno conlleva sus implicaciones personales, familiares y sociales. Considero que una de las causas principales de la mayoría de los desórdenes de la alimentación es la baja autoestima. Con el aumento de la tecnología, los jóvenes tienden más a conectarse con la computadora, pasan mucho tiempo con la televisión, el celular y pierden el contacto humano. Al aumentar la inactividad y al no tener contacto con sus otros compañeros, no logran reforzar lazos afectivos significativos. Por tal motivo al sentirse el joven: solo, triste y con falta de calor humano, busca mecanismos de defensa para gratificarse o castigarse con la comida. Incluso con las grandes exigencias y demandas a las que están siendo expuestas nuestros jóvenes, el deseo de éxito, de perfección, de lograr grandes retos. Los lleva a experimentar elevados márgenes de estrés, que al no saberlos manejar de forma adecuada, sufren y se llegan a preocupar por su apariencia de forma desmedida. Esta problemática, podría incrementarse si el joven se encuentra confrontando problemas en la escuela, divorcio de los padres, separación de algún ser querido, pues esto le baja más su autoestima, ya de por si bastante deteriorada.
Los desórdenes en los hábitos alimenticios, ocurren con mayor frecuencia en jóvenes en edades comprendidas entre los 11 a 20 años, al sentirse con un esquema corporal inadecuado, al ser rechazados, llegando a experimentar “hambre afectiva” lo que degenera en un cuadro de desorden alimenticio severo, con problemas de salud y hasta puede provocar la muerte del joven. Los jóvenes que presentan anorexia nerviosa, podrían llegar a realizar dietas extremas, porque poseen un esquema distorsionado de su cuerpo. En cambio en la bulimia el joven come en exceso para luego a solas forzarse vomitar y también puede utilizar laxantes. El comedor compulsivo, come en exceso y llega a engordar de forma desmedida y al verse al espejo se siente muy mal. Esto crea un círculovicioso de sentimientos de rechazo hacia sí mismos y rabia hacia los demás. Busca la comida como medio de escape, aumenta sus sentimientos de culpa, lo que no le permite relacionarse de forma adecuada con los demás.
Últimamente se han hecho diferentes estudios y se ha avanzado para tratar de la mejor forma los desórdenes alimenticios. Lo más importante para tratar todo desorden alimenticio es reconocer que existe un problema y que es necesario tratarlo lo más pronto posible con el apoyo de un terapeuta, donde el joven pueda hablar, desahogarse y sacar afuera todo lo que le está preocupando. Resulta necesario que los jóvenes no se sientan etiquetados que tienen un problema de desorden alimenticio severo, que son anoréxicos o presentan bulimia. Lo que necesita comprender el joven, es que todos en cualquier momento podemos necesitar ayuda y que no es negativo visitar a un psiquiatra, psicólogo. Incluso algunos nutricionistas cuentan con las herramientas necesarias para tratar el desorden de la alimentación en el joven.
En este tipo de problema se requiere del apoyo de la familia. Es fundamental la comprensión de todos. Resulta entendible que la familia o amigos pierdan la paciencia, por no saber como enfrentar esta situación, al sentir que no pueden hacer nada para ayudar al joven. Algunos empiezan a tratar mal o herir más al joven que necesita de todo el apoyo, pues la condición de salud puede deteriorarse en cuestión de días. Los padres necesitan constantemente vigilar su conducta, sin que se sienta amenazado, observar: aumento o disminución de peso, alteraciones de humor, el salir al baño después de comer, palidez en el rostro, percibir que está triste. Cualquier cambio repentino en su hijo adolescente, podría ser una voz de alerta. Pero lo más fundamental es hacerle sentir que lo ama de forma incondicional.