¿Qué transforma el Coaching?

Actualizado
  • 14/08/2022 00:00
Creado
  • 14/08/2022 00:00
Los procesos de transformación personal invitan a dar voz a esas situaciones creadas por heridas personales e identificar las emociones que las sostienen
¿Qué transforma el Coaching?

A lo largo de los años, los coaches nos encontramos con esta pregunta, de potenciales clientes, amigos, familiares y en la comunidad profesional misma.

El coaching transforma al cliente ( persona, organización, empresa etc.) y el coach es aquel a quien el cliente invita para que lo acompañe a reflexionar sobre áreas a las cuáles él no puede acceder por sí mismo.

Se preguntarán: ¿cuándo un cliente (persona, organización empresa) decide consultar a un coach? Las motivaciones pueden ser muy variadas.

Solemos fluir en la vida casi en automático, la mayor parte del tiempo realizamos actividades, tomamos decisiones y resolvemos problemas desde patrones aprendidos o sugeridos. Y en ese fluir, si una interrupción o quiebre acontece, es un momento posiblemente incómodo en el que tomamos conciencia de la necesidad de un cambio, por ejemplo:

Un trabajo o carrera que ya no tiene sentido ni propósito.

Un conflicto que no se afronta por temor a sus consecuencias.

- Un cambio de vínculo o relación.

Desarrollar mayor asertividad en comunicar y gestionar emociones.

Mayor claridad del propósito, misión y valores.

Lograr mayor presencia y compromiso en las decisiones.

Todas las personas tenemos dolores o heridas que al intentar negarlas o acallarlas, se racionalizan (encontrando explicaciones para todo) y ello puede derivar en conductas individualistas, competencia y exigencia desmedida, búsquedas incesantes de resultados, sometimiento a expectativas externas, desgaste de la confianza y por consiguiente la desesperanza en las capacidades resilientes propias, ajenas y del mundo.

Los procesos de transformación personal invitan a dar voz a esas dolencias e identificar las emociones que las sostienen, porque desde allí se construyen nuestros pensamientos, reacciones y acciones que se abren, cierran o postergan.

Reflexionar y encontrarse vulnerable no es una debilidad, es un acto de valentía, es dejar de cubrir lo incómodo, elegiendo qué hacer aquí y ahora con aquello que me estoy dando cuenta que me sucede. Esta disposición nos ubica como un observador, hacedor protagonista de los cambios que identifico, sin proyectar hacia el afuera u otros la responsabilidad de lo que me sucede.

Somos seres emocionales con disposición a explicar desde la razón lo que nos sucede. Es por ello que los procesos de aprender a transformar requieren de otra persona que abra preguntas compasivamente desafiantes (no un guía ni maestro) y que acompañe en esta travesía que se ilumina delante de mí, la cual decido emprender como investigador y explorador de mi vida.

Nadie puede transformarse por sí mismo, si utiliza los mismo recursos discursos y procedimientos habituales. Se requiere alguien externo para que ayude a identificar por qué me estoy relacionado con un problema de ese modo, qué emoción habita en mí y tiñe la experiencia de esa manera y cuáles son esos juicios o patrones magistrales que condicionas mis creencias; necesito a otro que me invite a reflexionar qué no estoy viendo como posibilidad en este momento.

Nuestro modo de percibir, experimentar e interpretar el mundo y lo que nos sucede, se desarrolla a temprana edad, somos parte ecosistemas o instituciones (familia, cultura, escuelas,) que generan creencias, juicios, expectativas y sin darnos cuenta conforman nuestra identidad, lo que somos o creemos ser o lo que sentimos que debemos ser.

La humanidad siempre ha estado expuesta a cambios, la postpandemia nos evidencia la vulnerabilidad de los sistemas políticos, económicos, ecológicos y sociales, el acceso ilimitado a la información o contenido digital puede abrumar nuestro bienestar.

La incertidumbre y las nuevas reglas de juego nos desafían a expandir nuestra conciencia. Necesitamos reconectar con la curiosidad, el discernimiento, el coraje de seguir descubriéndonos, honrando lo aprendido y creando nuevos contextos de cuidado, autonomía, responsabilidad social, cultural y planetaria.

El coaching profesional es una alianza con el cliente, para desplegar la reflexión creativa, la indagación constante y la disposición al aprendizaje continuo en su proceso de transformación.

La autora es Coach de Vida Y Equipos, es ACC (Associate Certified Coach) por ICF, especialista en procesos de transformación personal y Psicóloga. Presidente de ICF Capítulo de Panamá.

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