Rejuvenecimiento vaginal

R ejuvenecimiento y diseño vaginal, con intensificación del punto G, reconstrucción del himen y remodelación del clítoris incluidos, ya ...

R ejuvenecimiento y diseño vaginal, con intensificación del punto G, reconstrucción del himen y remodelación del clítoris incluidos, ya son posibles con rayos láser y en cuestión de una hora. Pertuz las pacientes que llegan a su consultorio preocupadas porque la relajación de los músculos de su vagina ya no las deja disfrutar al máximo de sus relaciones sexuales. Es, dice el especialista, una afección femenina tan antigua y común como la falta de deseo.

Pero mientras que la cura de esta disfunción puede tomar meses de terapia con el sicólogo, los problemas sexuales de las mujeres originados por la anatomía de los genitales hoy pueden tener solución en una hora, aunque el tiempo depende de cada caso. Ello gracias a los procedimientos quirúrgicos con rayo láser que causan sensación entre millones de féminas que hablan de un renacer al sexo tras someterse a operaciones como el rejuvenecimiento y el diseño vaginal.

El tema suscita las risitas con los que la gente esconde su miedo y su ignorancia frente a estos temas, pero la verdad es que se trata de un asunto de salud serio, pues son cada vez más las que cifran su felicidad en operaciones de este tipo.

En realidad, la preocupación de la medicina al respecto comenzó hace más de siete décadas, cuando se realizaron las primeras cirugías vaginales con métodos clásicos para afecciones como la incontinencia urinaria.

Hoy, el láser es otra alternativa que por igual resuelve males como el goteo involuntario de orina, pero que básicamente está encaminada a mejorar el placer con notables ventajas: mejor cicatrización, sangrado mínimo o ausente, menor tiempo de recuperación y supresión del dolor durante las relaciones sexuales que se da a veces con las técnicas tradicionales.

El camino que lleva a las mujeres al rejuvenecimiento vaginal a través de esta tecnología comienza, como ya se anotó, con el relajamiento vaginal, que consiste en la pérdida del tono de sus músculos, es decir, la fuerza y la intensidad con las cuales la vagina abraza al pene durante el coito. Ello puede originarse en el esfuerzo que hace la mujer en el parto y a la disminución de estrógenos u hormonas femeninas en la menopausia.

Con la pérdida de flexibilidad, aumentan los diámetros interno y externo de los genitales, que además pueden perder su forma y el soporte de los músculos del perineo, o la zona comprendida entre la vulva y el ano. Todo ello afecta el desempeño sexual, ya que según Masters y Johnson, pioneros de los estudios sexuales en los 60, aquél está directamente relacionado con la fricción durante la cópula.

Lo que la operación con láser hace es devolverle a los tejidos su fuerza original y de ahí que se hable de rejuvenecimiento. Se trata de un procedimiento sencillo y ambulatorio, o sea que no necesita de hospitalización. A los cuatro días, la paciente puede volver a sus labores habituales, pero debe esperar seis semanas para reanudar sus relaciones sexuales con penetración vaginal o anal. En ese período, el especialista recomienda explorar con la pareja otras vertientes del deseo como las caricias, que contribuirán a mejorar su erotismo.

El diseño vaginal con láser, por su parte, es otro procedimiento que hace parte del boom de las operaciones para optimizar el disfrute de la líbido. Como sucede con las cirugías de nariz o senos, la paciente puede modificar a su gusto las partes de su zona genital que la incomodan, afectan su autoestima o no la dejan desarrollar sus apetitos. Hay mujeres que se sienten mal con el aspecto de sus formas íntimas cuando usan un pantalón ajustado o un traje de baño. Otras cuentan que les producen molestias al montar a caballo o en bicicleta. Y, muy a menudo, las hay que se sienten inhibidas para el sexo porque les avergüenza la forma de su vulva o el alargamiento y oscurecimiento de sus labios menores, o sea los que se encuentran dentro de la vagina. también se pueden renovar los labios mayores y menores, el monte de Venus, la abertura vaginal y el prepucio del clítoris. Es posible, además, recuperar la virginidad con la reconstrucción de himen e intensificar las voluptuosidades del punto G con inyecciones.

Pero, ¿qué dicen los especialistas acerca de este boom de cirugías para el placer? Es una moda, dicen algunos que atribuyen esta fiebre no sólo al auge de las cirugías estéticas, sino además a la creencia de que la vagina es el único centro de placer. De ahí, la necesidad de que se vea linda y ajustada a los cánones de belleza impuestos por la sociedad. Al poner el dedo en la llaga, se insiste en que la decisión de someterse a estos procedimientos debe basarse en una necesidad netamente médica de mejorar la calidad de vida y no por mera vanidad, ya que esto, en ocasiones, resulta frustrante. ¿La razón? Creer que una mejor experiencia sexual depende de una vagina bonita delata la falta de un sentido de belleza de sí misma que la mujer no ha logrado construir en su cerebro, el cual es como la cenicienta en la percepción de la sexualidad.

El sexo y su maquinaria perfecta de excitación, lubricación, goce y orgasmo se origina en la mente y no en la pelvis, opinan los psicólogos. Y es esa mente a la que hay que rejuvenecer y rediseñar de igual manera valorando el acto sexual como compenetración y revitalización del cuerpo y no como una muestra de genitales de revista. ©PUBLICACIONES SEMANA

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