Vieja Maestra

Actualizado
  • 02/02/2019 01:00
Creado
  • 02/02/2019 01:00
Donde están sus palabras de azucenas,. La raspadura de oro de su voz…

Donde están sus palabras de azucenas,

La raspadura de oro de su voz…

Su gesto, mariposa; su paciencia…

Su corazón, rosal…????

Los girasoles de su risa…

Vieja Maestra,

¿Dónde están, dónde están?

Dígame su palabra, una palabra.

Écheme, siquiera, su regaño de merengue.

Adviértame: Niño…

Así tan dulcemente

Como para no herir las consonantes.

Tal como lo decía para el verano

En un verde salón, ya muy distante.

Porque sus oraciones hacen falta

A la hora en que ahorcan los crepúsculos

En los garfios protervos de la cárcel…

Yo tuve una maestra buena.

Que me hablaba de Bécquer y Espronceda,

Allá en las verdes mañanas de mi pueblo.

Por los ventanales entreabrían

Las veraneras sus pomos de rubíes

Y entraba un cielo azul, como Darío,

En la hamaca del viento campesino.

Su voz, plata azulita,

Desvanecía entre lánguidas canciones

Al son luminiscente, apagadito,

De un coro cercano que moría.

Era para la vida,

Para la dulce vida,

Cuando pensamos que no existía la muerte!

Entre bosques de cedros y macanos

Y mil caminos corrían tras los crepúsculos;

De soles sabaneros y amarillos,

Con sombreros pintados en la frente

Cabalgando fantásticos potrillos,

Sobre el lomo dorado de las horas.

Para entonces creíamos en los textos,

En la historia familiar, la geografía,

En las palabras buenas,

Las promesas de amor,

En brillantes sustantivos

De ‘igualdad, libertad, fraternidad'

Y suponíamos que el mundo era de rosa

De panela y de pan,

La gente buena,

CARLOS FRANCISCO CHANGMARÍN

Autor

Sus primeros años los vivió en el campo, hizo la escuela primaria en la Escuela Dominio del Canadá, en Santiago.

Se graduó de maestro de primaria, en la Escuela Normal Juan Demóstenes Arosemena, colegio fundado en 1938.

Laboró también como profesor de dibujo en la Escuela Normal J. D. Arosemena (1946-1952). Fue miembro de la Asociación Nacional de Profesores y destituido de su cargo, a raíz de una huelga de estudiantes, junto a otros docentes, acusados de ser los autores intelectuales de dicho movimiento.

Escribió varias obras como La Mansión de la Bruma , Poemas Corporales -premio Nacional Ricardo Miró-, El Gallo de las Horas y Los Versos de Machachita.

El poema ‘Vieja Maestra' lo escribió el autor desde la Cárcel Modelo, en 1954, para su maestra Beatriz de Cabal.

El tiempo de oro

El cielo azul:

¡La tierra nuestra…

Que felicidad!

¿Dónde por qué jardines otoñales,

Estaba usted Maestra, amada?

Entre gigantes, girasoles y geranios

Que no viene a esperanzar mi vida…

Y a decirle un verso de Espronceda

A este su alumno normalista,

Que fracasaba en gramática española.

¡Pero vino el encuentro con la vida!

¿Dónde están sus palabras de azucena?

Vieja Maestra?

¿Dónde mis compañeros de corbata?

¿Dónde mis compañeras de canciones?

¿Donde Julia, Eneida, Luisa, Lola, José, Daniel, Horacio? (ya muerto entre claveles)

Porque sus palabras hacen falta,

Aquí donde, crispados mis cabellos,

Entre el sonoro acero de la cárcel,

Miro navegar la astronomía,

De las noches solemnes de mi patria.

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