Verdad desnuda de los strippers

Actualizado
  • 29/09/2012 02:00
Creado
  • 29/09/2012 02:00
BOGOTÁ. La nueva curiosidad por la desnudez masculina quedó demostrada con el reciente éxito en Estados Unidos de Magic Mike, cinta sobr...

BOGOTÁ. La nueva curiosidad por la desnudez masculina quedó demostrada con el reciente éxito en Estados Unidos de Magic Mike, cinta sobre strippers para público femenino, que solo en su primer fin de semana en cartelera recaudó casi $40 millones en taquilla y superó los 112 millones en total en la temporada. Según la web boxofficemojo.com, el 73% de la audiencia de la película estaba conformada por mujeres, mientras que Warner Brothers, su productora, informó que 60% de ellas asistieron con más de dos amigas, como sucede cuando van a estos clubes en la vida real.

El gran atractivo de Magic Mike son los cuerpos semidesnudos de adonis de Hollywood como Matthew McConaughey, quien hace el número más atrevido, Joe Manganiello, Alex Pettyfer, Matt Bomer y el protagonista Channing Tatum, quien en el papel de Mike evoca su época de stripper en Glenville (Virginia Occidental), antes de convertirse en estrella de cine.

Pese a que el director Steven Soderbergh no recurre a desnudos frontales completos, Magic Mike es generosa en traseros al aire y entrepiernas abultadas en diminutas tangas, al igual que en abdominales y bíceps esculpidos, que causan la habitual algarabía de las mujeres. ‘Creo que hay un cambio en cómo los hombres heterosexuales desean ser apreciados en su físico y quieren esa suerte de admiración’, le dijo Dennis Ayers, editor de afterelton.com, a The Hollywood Reporter, un sitio de cultura pop de Estados Unidos, en un artículo acerca del destape del cuerpo masculino en el séptimo arte.

Este fenómeno no es exclusivo de la pantalla, la cual en cintas como Magic Mike, For Ladies Only, Lady Killers, Summer School o la mundialmente famosa Full Monty, ha retratado el auge de una diversión que hace 30 o 35 años era exclusiva de los hombres. Hoy, las despedidas de solteros para ellos o ellas son con strippers.

En Bogotá, las agencias dedicadas a esta diversión ofrecen shows entre los $38 a $77 dólares. El más sencillo, de 45 minutos, presenta a un artista ataviado con un disfraz que puede escoger quien lo contrata: policía, vaquero, bombero, obrero, soldado u otros fetiches sexuales. El acto más caro, de hora y media o dos, consta de un par de bailarines y dos cambios de ropa.

ANÉCDOTA

Damian García, un stripper de 23 años, no experimenta precisamente placer sexual de que lo vean desnudarse. ‘Hay nervios, alegría, sensualidad’, dice, aludiendo a una sensación que cree es ‘indescriptible’. Poco antes del show las mujeres piden frenéticas su presencia. ‘Eso produce más ganas de salir’. Su nombre artístico es Mike, como el protagonista del filme de Soderbergh, y antes que stripper es bailarín y por esa vía llegó al nudismo. Para obtener su trabajo en un conocido club capitalino, tuvo que pasar por un casting en el que se evalúan tres puntos básicos: estatura mínima de 1,75 metros (él mide 1,80), cara y baile. Pero si una buena estampa es clave, él revela que a las mujeres lo que más les atrae no es eso, sino el juego de la seducción.

Aunque vive contento con lo que hace, afirma que no es posible vivir solo de ser stripper y por eso él se rebusca dando clases de baile. En un mes puede ganar entre $388 mil y $433 mil, según las propinas que dejan las asistentes. Así como capotean al público, también les toca hacerles frente a los cuestionamientos de sus familias y parejas. En el caso de Damian, sus padres no lo veían con buenos ojos. Pero con la ayuda de un programa de televisión logró convencerlos de que se trata de un trabajo como cualquier otro. Más drástica fue la actitud de la novia que tenía cuando debutó, pues lo dejó por eso. ‘Mi actual pareja es bailarina también y me apoya totalmente porque sabe que lo hago de manera muy profesional’.

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