Panamá cerraría 2025 con exportaciones récord y proyecta crecer hasta $1,500 millones en 2026, según el ministro, Julio Moltó. Banano, servicios modernos...
- 31/12/2026 00:00
Una imagen en el fondo de los recuerdos que nos retrata, un niño orinando en una playa dentro del mar, su padre que mira la escena y para salir del bochorno dice en voz alta: “todo hace... y todo sirve”
Aquellos tiempos donde los intelectuales empeñados en registrar las novedades del año concluían el cierre con textos épicos de gran valor históricos con análisis sobre el rumbo que iba tomando el país, así fue para los doctores Alfredo Castillero C, Omar Jaén y Reina Torres de Arauz donde se define La Nación, creando la Comisión de Estudios Interdisciplinarios para el desarrollo de La Nacionalidad (1968). Ricaurte Soler sobre la concepción de la identidad panameña (1971), José Franco, Manuel Orestes Nieto sobre La soberanía y la nueva Patria, los dos pedritos...Pedro Luis Prado sobre las trasformaciones del sistema cultural panameño y Pedrito Altamirano con su jerga grotesca que fotografiaba la sociedad panameña desnudando nuestros defectos. ¡Vaya tiempos aquellos!
Así marchamos versando aguas en este profundo océano, donde ciertas problemáticas no logramos superar, me refiero a aquella herencia de una visión limitada sobre el sistema cultural istmeño, basado únicamente sobre lo que pasa en la ciudad capitalina ignorando la precaria situación del interior de la república.
Queremos crear juicios inclusivos hablando sobre el sistema cultural excluyendo (por desconocimiento) aquellas situaciones periferias al veloz desarrollo capitalino.
Esa desarmonía toma vital importancia, cuando queremos hacer actividades que tiende a una unión nacional, porque al tratar de hacer conciencia colectiva relegamos en manera absurda dichas realidades.
Existen muchos ejemplos de premios, concursos, subastas, etc., que aplican reglas y condiciones a los artistas interiorano que no viajan en acorde con las dificultades del país. Al parecer no logramos asimilar la realidad de escasez y precariedad que vive el interior de la Republica para construir serias políticas culturales que intenten acercar estas realidades. Lo sorprendente es que pese a estos obstáculos algunos de ellos logran con excelentes trabajos posicionarse con buenos resultados en dichos certámenes.
A su vez, la silenciosa labor que conducen algunas personas en la preparación de talleres y cursos que con escasas preparaciones técnicas logran trasmitir ese fervor en las danzas, la literatura, el folklor, las manualidades y la pintura siendo está en verdadero cimiento que mantiene viva, desde el Panamá Profundo el sistema cultural panameño.
En el panorama latinoamericano desde lustros, el tema de los pueblos originarios ha tomado un papel muy importante, sobre todo en aquellos países donde el 60 al 80% son poblaciones indígenas, donde las relaciones multiculturales son el pernio de estas nuevas reivindicaciones. Pues también aquí el déficit sobre este tema resulta muy contradictorio, vemos como artistas del patio tocan ese tema con mucha superficialidad, sin las investigaciones pertinentes a esas realidades, desarrollando artes muy lejanas a las verdades que componen esos sistemas.
La situación de las comarcas indígenas sufre un atropello constante por parte de esta creciente modernidad donde el territorio, el idioma, las costumbres vienen perforadas en una sociedad que cuenta con graves situaciones de indigencia y precarias necesidades. Y muchas veces abandono gubernamental.
La post- contemporaneidad ya nos ha dado una visión más clara del concepto de cultura integrativa de las diversidades, brindándonos una luz en el fondo del camino, debido a que mucho se ha escrito, se ha disertado e interpretado sobre este tema, me atrevería a decir que, hasta las locuras más impensable han avasallado al Arte Contemporáneo confundiendo, alejando, haciendo retroceder la energía propulsiva que ella conlleva.
El arte Contemporáneo rompe en manera neta con el arte moderno, por brindar al artista una serie de herramientas para llevar adelante un concepto, brindando la oportunidad de espaciar en búsquedas que giran en torno a una idea central que dialogan con las distintas realidades, de esta manera crear nuevas posibilidades artísticas creando conciencia sobre problemáticas que inquietan a la sociedad.
Es claro que esto no sería posible sin que el valor principal que conduce a su valorización sea la calidad y excelencia de las propuestas artísticas.
Para ser más claro, la sociedad incorpora las diversidades, las artes contemporáneas incorpora los planteamientos novedosos que brillan por su excelencia...entonces no basta ser negro, indio, gay o solo pertenecer a un grupo marginado para ser considerado un excelente artista contemporáneo, porque de aceptarse con superficialidad esta posición desmeritamos los valores que sostienen las buenas prácticas artísticas.
El talento artístico panameño no necesita de ficticios arreglos de cómodo y las instituciones de crear maneras excluyentes para la excelencia, escondiéndose detrás de la inclusividad de las diversidades.
Vivimos en una sociedad que esta globalizada en un dialogo permanente con otras realidades y nuestro país por ser geográficamente un punto estratégico de encuentro de comercio, personas, tecnología, culturas, funde su idiosincrasia en múltiples intereses que hacen prospero nuestro país.
No es ajeno a que, de esta misma manera, sea un lugar donde se asimila las diferentes expresiones artísticas en boga a nivel internacional, permitiendo a los más audaces (panameños) aportar al enriquecimiento de la estética universal. A su vez hay una subterránea situación donde los modelos importados, tiende a inquietantes imitaciones perdiendo la oportunidad creativa que brinda los confines panameños.
La enseñanza es cómplice silenciosa pues las didácticas artísticas están impregnadas de criterio imitativo y no de crear artista con conocimiento bajo un juicio propio, pues la excelencia educativa no aparece como objetivo primordial.
El rápido crecimiento que estamos viviendo, con los valiosos aportes de las organizaciones privada con sus empresas culturales, hace ver entre luces, que la industria creativa es ya parte del sistema cultural panameño.
Desconocer la importancia de estos esfuerzos empujan a estas nuevas realidades a seguir cerrándose en proteccionismos cada vez más obscuro.
Las empresas creativas necesitan dialogar con la sociedad, porque cumplen un papel importante en el crecimiento del sistema cultural, sus aportes económicos muchas veces buscan compensación de sus propósitos y seria irrazonable no comprender estos derechos. El problema radica en que en sus direcciones sea ocupadas por personas con conflictos de intereses, de contar con claras gestiones, para abrirse al constante dialogo con el sistema que ellos pretenden representar y evitar crear feudos culturales empobrecidos por faltas de trasparencia, enrocados en su propio ego.
Resulta necesario crear espacios para el confronto de las ideas, un lugar del contradictorio, puntos donde debatir posiciones diferente, donde la inteligente oposición sea el vínculo para crecer, el fortalecimiento de un sistema cultural viene dentro del encuentro de las ideas de toda la sociedad, un sistema democrático necesita de la participación de todos los componente de la sociedad...a su vez una sana política cultural se ejerce a través de la participación, evitando amañados espacios que no permite la circulación de la crítica e impositoras posiciones cubiertas de falsedades.
No temamos en vernos imaginando - en este nuevo 2026 - a ese niño orinando en mar, pues cada “espacio del contradictorio” que vayamos creando nos dirigirá a reforzar nuestra frágil democracia, protegerla de tiranas posiciones, para que podamos gritar sin abochornarnos: “todo hace... y todo sirve” Amén.