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- 30/10/2025 12:37
El rey Carlos III inició un proceso formal para retirar todos los títulos, honores y distinciones a su hermano, el príncipe Andrés, en una decisión que busca marcar distancia con los escándalos que han empañado la imagen de la monarquía británica. El anuncio fue confirmado este jueves por el Palacio de Buckingham, a través de un comunicado que detalla las sanciones impuestas al duque de York, cuya reputación se ha visto gravemente afectada por su relación con el fallecido financiero y abusador sexual Jeffrey Epstein.
Según el comunicado oficial, el hijo de la reina Isabel II pasará a ser identificado únicamente como Andrés Mountbatten Windsor, eliminando de forma definitiva el tratamiento de “Su Alteza Real” y cualquier referencia a su estatus como miembro activo de la realeza. La medida incluye también la revocación de su derecho a residir en Royal Lodge, propiedad real en la que vivía desde hace varios años bajo un contrato de arrendamiento que le brindaba cierta protección legal. Ahora, se le ha notificado formalmente que deberá mudarse a un alojamiento privado.
“Su Majestad (el rey Carlos III) ha iniciado hoy un proceso formal para retirar el estilo, los títulos y los honores del príncipe Andrés. Estas medidas se consideran necesarias, a pesar de que él continúa negando las acusaciones en su contra”, señala la declaración de Buckingham.
Con esta decisión, Carlos III da un paso sin precedentes para proteger la integridad institucional de la monarquía, consciente del daño que los escándalos personales de su hermano han causado a la reputación de la familia real. El caso de Andrés, que estalló en 2019, tuvo un punto crítico cuando una mujer lo acusó de agresión sexual siendo menor de edad, en el contexto de las actividades criminales de Epstein. Aunque el príncipe negó los hechos y llegó a un acuerdo extrajudicial en 2022, su figura quedó marcada por la controversia y el rechazo público.
En su mensaje, el Palacio de Buckingham enfatizó además que “Sus Majestades desean dejar claro que sus pensamientos y simpatías permanecen con las víctimas y sobrevivientes de cualquier forma de abuso”, reafirmando el compromiso del rey con una postura más firme frente a los casos de conducta inapropiada, incluso dentro de su propio círculo familiar.
Con este movimiento, el monarca envía un mensaje claro: la monarquía británica no tolerará que los vínculos personales estén por encima de la responsabilidad institucional. Para el príncipe Andrés, la decisión representa un golpe definitivo a cualquier intento de rehabilitar su imagen ante la sociedad británica.