La experiencia Tarapacá

Actualizado
  • 06/12/2020 09:30
Creado
  • 06/12/2020 09:30
La Oficina Comercial de ProChile en Ciudad de Panamá ofreció una “Experiencia Chile: Región Tarapacá” con Cocina en Vivo y Cena Gourmet en la que se pudo degustar productos emblemáticos de esa región, en especial, la quinoa
Tartar de salmón con trozos de mango en salsa de reducción de maracuyá, soya y aceite de ajonjolí

A pesar de la pandemia, la vida continúa, aunque con sus marcadas diferencias. Pro Chile, oficina destinad a la promoción del comercio de productos chilenos, ofreció una cena degustación, para dar a conocer algunos productos que ofrece el país sureño, sobre todo, de la región de Tarapacá, enmarcada en el desierto de Atacama, al norte de su geografía y frente a la Cordillera de la costa.

La región es eminentemente minera, pero sus condiciones climáticas y geográficas la hacen ideal para la producción de algunos productos alimenticios como la quinoa y el vino, así como las algas de donde se obtiene la spirulina, inhibidor del apetito utilizado para regímenes alimenticios. También tiene una extensa oferta de frutas, así como productos del mar, por encontrarse en plena costa.

Cordero patagónico con vegetales braceados sobre un risotto de quinoa

Carlos Rivas Campos, director comercial de la embajada chilena fue el anfitrión de la noche, en una cena ofrecida para selectos invitados en el Hotel Sheraton, dadas las circunstancias sanitarias que enfrenta el mundo entero. Antes de iniciar la cena, el embajador de Chile en Panamá, Germán Becker comentó que Chile dio un paso importante hace algún tiempo, reforzando la oficina de Pro Chile en Panamá. “El gobierno quiso darle una relevancia a Panamá, e hicimos una agregaduría comercial de Pro Chile en Panamá, y coordinadora para Centroamérica y el Caribe”.

De acuerdo con el diplomático, “para nosotros eso es muy importante, como embajador me hace ce sentir muy orgulloso y muy contento, porque para mí Panamá es un país en el cual podemos hacer muchos más negocios, podemos trabajar mucho más en conjunto el intercambio comercial en nuestros países”. Destacó Bequer que en unos 10 años la actividad comercial entre ambos países se ha mantenido estable, pero están conscientes de que se puede hacer más. “Vemos que hay muchas posibilidades, muchos nichos en los cuales se puede trabajar y ya Carlos con su equipo han hecho varias cosas, ya se están haciendo importaciones de frutos secos, se está viendo la posibilidad con alimento para mascotas estamos viendo muchas posibilidades de negocios entre Chile y Panamá y entre Chile y todo Centroamérica y el Caribe”.

Panna cotta de quinoa con gelée de frutos rojos

Rivas Campos hizo una presentación, con la ayuda de algunos videos que hicieron patente la oferta gastronómica, alimenticia y turística de Tarapacá, cuya capital es Iquique, y luego llegó el turno del sommelier Ángel Durán, quien presentó los vinos que acompañarían la cena, dos etiquetas de la bodega Estampa, una viña familiar pero con una variedad interesante de productos producidos con uvas de tres terroirs muy diferenciados, todos dentro del valle de Colchagua: Palmilla, Paredones y Marchigüe, todas con particularidades únicas que aportan singularidad a cada uno de sus vinos. Durán cuenta que, aunque se trata de una viña pequeña, la especialidad de la bodega son las mezclas (blends). La cena estuvo a cargo de la cocina del hotel con la despensa chilena.

Recibimos la entrada, un tartar de salmón, obviamente chileno, con mango, sésamo y cebolla, con una salsa con reducción de maracuyá, aceite de sésamo y salsa de soya. Para aportar textura, tiritas de wantón frito.

Estampa Gran Reserva Sauvignon Blanc 2019

Se maridó con un Estampa Gran Reserva, sauvignon blanc 2019, con 95% de sauvignon blanc, 3% de chardonnay y 2% de viognier. Denominación de origen Maipo.

A la vista, es un vino completamente traslúcido y brillante, de un color amarillo pajizo con notas verdosas, lo que lo identifica como un vino joven. En nariz, es generoso. Destacan aromas de vainilla (flor de la vainilla) notas florales, durazno, toronja, manzana verde y maracuyá.

En boca, es un vino que tiene cuerpo y acidez. Sus notas dulces son difuminadas luego con las cítricas. Su sabor refuerza los aromas que habíamos percibido. Es un vino poco afrutado, con cierta mineralidad y salinidad, lo que lo hace gozar de mayor estructura. Su sabor es persistente.

Antes de la cena se pudo degustar un pisco chileno.

Continuamos con el plato fuerte, un cordero magallánico, del extremo sur de Chile, braseado con acompañado con vegetales y reducción de balsámico. Se acompaña con un risotto que quinoa proveniente de Iquique, elaborado con una base de zapallo y sin lácteos.

Para el maridaje, un Estampa Reserva Carmenere 2019, valle de Colchagua, D.O. Maipo.   Se trata de un blend con 95% carmenere y 5% de Malbec. Un 70% de la guarda se realiza en tanques de acero inoxidable, mientras que el 30% restantes, reposa por 8 meses en barrica de roble francés, lo que hace que la presencia de la madera sea notada, mas no invasiva.

A la vista, su color es profundo, lo que demuestra una extracción intensa que nos va a dar aromas y estructura en boca. El brillo nos habla de un vino joven que puede estar de guarda entre 3 y 4 años. Al agitar la copa, podemos ver lágrimas densas acordes con sus 14° de alcohol. En nariz, de sentimos la madera, pero también notas tostadas, cacao, chocolate, algo de presencia vegetal, como de eucalipto, frutos negros, ciruelas y moras. En boca, de entrada es dulce pero con algo de astringencia. Sus taninos son equilibrados. Aunque presenta algo de astringencia, acidez y mineralidad, su final es muy agradable. Es un vino redondo y muy adecuado para acompañar un plato de sabor intenso como el cordero.

Estampa Reserva Carmenere 2019

Llegamos al postre, una panna cotta de quinoa con vainilla con un gelée de arándanos.

El postre armoniza muy bien con el vino tinto que ya tenemos en la mesa y que tiene un componente de frutos rojos. Buen final para la velada.

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