Guillermo Dávila canta con el alma en Panamá y confiesa que aquí lo enamoraron

  • 25/07/2025 23:00
Dávila interpretó más de 20 canciones sin descanso, solo pausando para beber agua y soltar anécdotas que arrancaban carcajadas y suspiros

El reencuentro de Guillermo Dávila con su fanaticada panameña, la noche del jueves 24 de julio, en Las Islas de Atlapa, fue puro corazón. No fue solo música ni nostalgia; fue una velada cargada de emociones, recuerdos y gratitud.

El ídolo venezolano no pudo contener las lágrimas al ver a tantas personas coreando sus canciones con la misma fuerza con la que lo hicieron cuando pisó suelo panameño por primera vez hace más de tres décadas.

A lo largo de su presentación, Dávila abrió su alma frente a un público conformado por mujeres de 40, 50, 60 y hasta 80 años. Algunas estuvieron acompañadas por sus esposos, quienes no tuvieron más remedio que observar cómo sus parejas suspiraban por el galán de telenovelas. Y no era para menos, pues el artista de 70 años demostró que aún tiene energía y carisma de sobra. Cantó, bailó y brilló como en sus mejores años, confirmando que aún queda mucho Guillermo por disfrutar.

Y es que él pertenece a esa generación dorada que aprendió a amar con boleros, baladas y novelas venezolanas. Un romántico empedernido que convirtió cada canción en un recuerdo vivo. En medio del show, confesó que una panameña, alguna vez, le robó el corazón. Sin revelar su nombre, dejó claro que el amor lo tocó aquí en tierras canaleras.

El reloj marcaba las 9:20 p.m. cuando arrancó la noche con Me fascina, éxito de 1988. Así comenzó un viaje musical de 1 hora y 40 minutos donde los asistentes revivieron los años de las telenovelas Ligia Elena, Cara sucia, así como otros clásicos que nunca pasaran de moda.

Dávila interpretó más de 20 canciones sin descanso, solo pausando para beber agua y soltar anécdotas que arrancaban carcajadas y suspiros.

Entre esas historias reveló que la canción de la novela Ligia Elena la había compuesto él, pero el director ya tenía otra elegida. Déjate amar, ahora con un toque de bachata, lo hizo bailar sobre el escenario con la frescura de quien no siente los años. Su espíritu se mantiene joven y eso lo transmite con cada nota.

El tiempo avanzaba al son de temas como Barco a la deriva, Mamita, ábreme la puerta, Cantaré para ti y Cuando se acaba el amor. Cada canción era un abrazo a la memoria colectiva del público que no dejaba de cantar, de vivir cada letra, de sentir.

El clímax llegó cuando interpretó el himno romántico por excelencia: Solo pienso en ti. Atlapa vibraba. Nadie se quedó en silencio. Era 1982 otra vez. Eran los primeros amores. Eran lágrimas de felicidad compartida entre miles.

Al despedirse, lanzó besos al aire, dijo “Gracias, Panamá”, y dejó el escenario. Pero el público no lo soltó. Al grito de “¡otra, otra!”, volvió, esta vez con la bandera venezolana de fondo para interpretar Panameña vida mía. Un final digno de película.

Los venezolanos presentes vivieron algo más que un concierto: fue un pedacito de su tierra traído a Panamá. Cantaron con la voz quebrada, con lágrimas que hablaban de nostalgia, pero también de orgullo. Fue un reencuentro con su patria a través de la música.

Fue como si el tiempo no hubiese pasado. Fue volver a amar como antes. Como Irene Sánchez, que al enterarse del concierto, corrió a comprar su boleto. Ella, como tantos, volvió a vivir con cada canción. Y Guillermo Dávila, como siempre, no defraudó, especialmente cuando interpretó con su telonera, Ingrid De Ycaza el tema Tesoro mío otro de los momentos especiales de la noche. En ese momento el público se puso de pie por tan magistral dúo.

Con un mix de canciones de época que denominó “Tanda de la plancha”, Ingrid cautivó con su potente voz. Su participación incluyó una serie de canciones de interpretes venezolanos como Yordano, Franco de Vita y Ricardo Montaner.

En su participación interpretó una canción propia titulada Todavía No, de la autoría de Noel Shajris. Su participación la cerró de manera magistral con el tema del maestro Rubén Blades Amor y control.

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