Johnny Depp habla de su isla privada en Bahamas: ‘El dinero no compra la felicidad’

El actor compró la isla en 2004, en el punto más álgido de su fama tras protagonizar ‘Piratas del Caribe’.

La fama y el éxito, además de catapultar a Johnny Depp como una de las estrellas más icónicas de Hollywood, también le permitieron amasar una fortuna considerable.

Parte de esa riqueza fue invertida en la adquisición de propiedades extraordinarias, entre ellas una isla privada en las Bahamas: Little Hall’s Pond Cay, una extensión de más de 180.000 metros cuadrados que hoy representa mucho más que un paraíso tropical.

Según Infobae, para Depp, este lugar es un refugio espiritual, emocional y físico donde el tiempo y la vida transcurren a otro ritmo.

De acuerdo con el medio argentino, Depp compró la isla en 2004, en el punto más álgido de su fama tras protagonizar Piratas del Caribe. En medio del vértigo de la industria del entretenimiento y el asedio mediático, el actor buscaba un espacio íntimo, alejado de los reflectores.

La decisión de adquirir esta isla no fue un simple capricho de lujo, sino una respuesta a la necesidad urgente de encontrar paz y privacidad, especialmente tras momentos turbulentos como el juicio con su expareja, la también actriz Amber Heard.

El dinero no te compra la felicidad, pero te compra un yate lo bastante grande para navegar hasta ella”, ha declarado Depp sobre su estilo de vida en la isla, según recoge Infobae. La frase resume su manera de entender la riqueza: no como una acumulación de objetos lujosos, sino como la posibilidad de alcanzar espacios de libertad y sosiego. Así, Little Hall’s Pond Cay se convierte en un lugar donde el actor puede reconectar consigo mismo y disfrutar de su pasión por el mar, lejos del bullicio y las cámaras.

Para el intérprete de Jack Sparrow, no todos los tesoros son materiales. Este rincón del Caribe se convierte en una metáfora de libertad, donde el aislamiento no implica soledad, sino autonomía y serenidad.

Infobae señala que, en este santuario personal, Depp se permite vivir a su ritmo, sin horarios ni expectativas externas. Allí, el actor encuentra algo que la fama difícilmente puede ofrecer: tranquilidad genuina.

Little Hall’s Pond Cay es también testimonio del vínculo profundo de Depp con la naturaleza. Rodeado de playas vírgenes, aguas cristalinas y un ecosistema prácticamente intacto, el lugar refleja su aprecio por lo auténtico y lo esencial. Para él, navegar hacia la isla es más que un traslado físico: es una travesía hacia la introspección y el equilibrio emocional.

Lo Nuevo