José de Fábrega: el héroe olvidado detrás de la independencia panameña

  • 19/10/2025 00:00
Figura clave del siglo XIX, Fábrega fue el líder civil y militar que consolidó el tránsito pacífico del Istmo hacia la soberanía

José de Fábrega y de las Cuevas ocupa un lugar esencial en la historia de Panamá como el líder que, en un momento de gran incertidumbre y tensión política, supo guiar al istmo hacia su independencia de España y su posterior unión voluntaria a la Gran Colombia.

Su vida, marcada por el servicio militar, la lealtad, la prudencia y la visión política, lo convierten en una figura clave del proceso emancipador panameño.

José de Fábrega nació el 19 de febrero de 1774 en Veraguas, en el entonces Virreinato de la Nueva Granada. Hijo de Francisco José de Fábrega y de Gertrudis de las Cuevas, creció en un entorno donde la disciplina, el servicio público y la lealtad a la Corona española eran valores fundamentales.

Su educación se centró en los preceptos clásicos de la época: religión, honor, obediencia y servicio militar, lo que más tarde moldearía su carácter como oficial y gobernante.

Desde joven mostró inclinaciones por la carrera de las armas, ingresando al ejército colonial, donde se destacó por su disciplina y sentido del deber.

Su carrera militar lo llevó a ocupar cargos importantes dentro del aparato colonial, lo que le permitió ganar respeto entre sus compañeros y superiores. Con el tiempo, su figura se consolidó como la de un hombre de orden y de confianza, lo que lo situaría en una posición clave durante los años decisivos de la independencia.

Carrera militar y gobierno del istmo

Durante gran parte de su vida, Fábrega fue un funcionario fiel al régimen español. En 1821, ostentaba el cargo de jefe militar y gobernador de la provincia de Panamá, una posición de enorme influencia.

En ese momento, el istmo vivía tensiones crecientes: los ecos de las luchas libertarias del sur —lideradas por Simón Bolívar— y del norte —encabezadas por Agustín de Iturbide en México— habían llegado a Panamá, donde los criollos ilustrados comenzaban a pensar en la emancipación.

Fábrega se encontraba, pues, en una encrucijada histórica: por un lado, su juramento de lealtad al rey Fernando VII; por otro, el evidente cambio de época y el deseo de autonomía que se extendía entre los panameños. Su papel en esos días sería determinante.

El 28 de noviembre de 1821: el acto de independencia

El movimiento independentista panameño no surgió como una revuelta sangrienta, sino como un acto político prudente y consensuado, donde el liderazgo de José de Fábrega fue crucial.

Los criollos de la ciudad de Panamá, liderados por figuras como José Vallarino, José María de Obaldía y Mariano Arosemena, acordaron impulsar la independencia, pero sabían que sin el apoyo del jefe militar, la empresa podía fracasar.

Fábrega, consciente de la situación regional y del debilitamiento del poder español, decidió apoyar el movimiento emancipador.

Su postura evitó enfrentamientos y permitió que la independencia se lograra sin derramamiento de sangre. Así, el 28 de noviembre de 1821, Panamá proclamó su independencia de España y su unión voluntaria a la Gran Colombia, dirigida por el Libertador Simón Bolívar.

El documento firmado en aquella fecha expresa claramente el espíritu del momento: se buscaba la libertad política, pero también la estabilidad y la integración a un proyecto continental más amplio.

Fábrega fue ratificado como Jefe Superior Civil y Militar del Istmo, en reconocimiento a su papel conciliador y a la confianza que inspiraba entre los distintos sectores sociales.

Tras la independencia, José de Fábrega envió una comunicación oficial a Simón Bolívar informándole de la adhesión del Istmo a la Gran Colombia.

En respuesta, Bolívar expresó su entusiasmo y reconoció la madurez política de los panameños, al tiempo que elogió la prudencia y el patriotismo del general Fábrega.

Bajo su liderazgo, se organizaron las primeras estructuras administrativas del nuevo Estado y se garantizó la continuidad de los servicios públicos y del comercio, especialmente del tránsito interoceánico, vital para la economía panameña. Fábrega mostró gran habilidad diplomática para mantener la paz interna y la estabilidad en una región históricamente estratégica y disputada.

Últimos años y legado político

Tras su gestión inicial como gobernador, Fábrega continuó sirviendo en distintas funciones dentro de la administración colombiana. Sin embargo, con el paso de los años, la unión a la Gran Colombia comenzó a mostrar signos de fractura.

Las tensiones entre las regiones, la centralización política en Bogotá y los conflictos económicos fueron desgastando la ilusión de unidad. Fábrega, aunque ya retirado de la vida pública activa, observó con preocupación estos desencuentros.

El general José de Fábrega falleció en Santiago de Veraguas el 6 de septiembre de 1841, a los 67 años de edad. Su muerte pasó sin grandes homenajes nacionales en ese momento, pero con el tiempo, su figura fue recuperada como símbolo de liderazgo cívico y de patriotismo racional, contrario a la violencia y a la división.

Fábrega en la memoria histórica panameña

En la historiografía panameña, José de Fábrega representa la transición entre el régimen colonial y el Estado republicano. Su papel ha sido interpretado como el de un hombre de orden que, sin traicionar sus principios, supo adaptarse a los tiempos y poner el bienestar colectivo por encima de sus intereses personales o lealtades políticas.

A diferencia de otros procesos independentistas marcados por la guerra, en Panamá la independencia se dio de manera pacífica, y gran parte de ese mérito se atribuye a su capacidad para evitar la confrontación armada.

El respeto que le profesaban tanto los criollos independentistas como los sectores más conservadores de la sociedad panameña fue decisivo para lograr una transición sin violencia.

Su liderazgo discreto, prudente y basado en el consenso sentó las bases de la cultura política panameña posterior: una preferencia por el diálogo y el equilibrio, aun en medio de las crisis.

Hoy, el General José de Fábrega es recordado como Prócer de la Independencia del Istmo de Panamá y su nombre está inscrito en monumentos, avenidas y centros educativos del país.

En Santiago de Veraguas, su ciudad natal, se erige una estatua en su honor y cada 28 de noviembre su figura es evocada en los actos conmemorativos de la independencia de España.

La vida de José de Fábrega es ejemplo de cómo la historia también la construyen los hombres prudentes, aquellos que eligen la sensatez por encima del fanatismo, y la razón antes que la violencia. Su decisión de sumarse al proyecto emancipador no fue un acto impulsivo, sino el resultado de un análisis político y moral que priorizó la paz y el futuro del istmo.

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