La vía dolorosa

Se sufre por la inocencia

Por pensar que la ciencia es la regla de los cautos

Por creer que la pasión no es necia

Que no hiere, que no se amedrenta

Por andar en Belén con los amores

Por apostar por la decencia.

Quisiera ser de esos sabios que se alejan en silencio

Que no exigen

Que no esperan

Que no lloran

Que no tiemblan.

Quisiera ser un infante en brazos de su madre

Que se duerme con el sonido de sus latidos

Que no duda

Que no se afana

Que no teme

Que no se enfada.

Quisiera ser la niña que te robe la mirada

Que te haga ser preciso.

Quisiera poder hablarte como se habla con el viento

sincera, sin duelos, sin angustias, sin celos.

Que no sea en vano el intento

Que me eches tanto de menos.

Casi podría decir que es una paradoja esta ambiciosa empresa

Este discurso inflado de eternos lamentos

Y es que no te tengo

Y si te tengo, de seguros me enfermo.

Se sufre cuando se desconoce la vía dolorosa

Se sufre cuando las expectativas sobrepasan el límite

de lo real

Se sufre cuando se engaña al alma

Se sufre cuando se ama.