Jochebec Arjona, diseñadora panameña nativa: 'Mi mejor vestidura es la humildad'

Cuando la moda nacional gana terreno, esta creativa desmenuza su estilo basado en las raíces indígenas
Jochebec Arjona, diseñadora de modas panameña, durante la entrevista con este diario.

Jochebec Arjona (ciudad de Panamá 1984) ilumina todo lo que toca. Su creatividad la vuelca a diseños para ensalzar nuestra cultura. Parece haber conseguido la táctica para transformar un trozo de tela en una pieza de buen gusto y, además, con sello patrio.

Es una diseñadora que sabe muy bien lo que es escalar, poquito a poquito, para después olfatear el éxito, ese que brilla en las pasarelas y que trasciende. Ese éxito que se resume en “empoderar a la mujer” a través de la moda, pese a que los detractores lo asocien con superficialidad

Su estilo se caracteriza por impregnar “con personalidad y fuerza nativa detalles de las etnias Emberá y Guna, haciendo mix de colores metálicos y print”, describe. Su última colección 'Boro Wera' estuvo inspirada en la película La mujer rey cuya protagonista es la ganadora del Óscar Viola Davis.

Sentada en la terraza del restaurante Praia, de Amador, bebe una copa de vino y se emociona al recordar sus primeros pasos. Habla pausado, porque así piensa, porque así vive: dando pasos firmes, pero sin prisa. Procura proyectar seguridad y luce un blaizer blanco de su taller, perfectamente combinado con una blusa rosa. Sonríe siempre hasta cuando intenta que la nostalgia no le respire en el cuello. He aquí una propuesta nacional. He aquí una mujer que sabe hilvanar muy bien sus triunfos.

¿Quién es Jochebec Arjona?

Una mujer humilde, muy empática. Una persona con ganas de empoderar su entorno y su cultura. Soy una mujer con un ADN nativo muy marcado, y quiero distinguirme, ser auténtica y demostrar que las mujeres panameñas somos elegantes, empoderadas, determinadas, visionarias, misionarias y objetivas. Lo que he querido proyectar con mis diseños es un estilo de vida que se apegue a la marca personal de las panameñas. Creo en esa energía de que todo es posible, y creo fervientemente que sin Dios no puedes lograr nada. Esa es la persona con quien conversas.

¿Esa humildad la aprendió de alguien?, ¿qué papel han jugado sus padres en su vida?

Lo más importante en mi vida es la manera en la que fui formada. Mi padre era un hombre militar y mi madre una mujer creyente de la fe cristiana, (en mi crianza) hubo un balance de fe y persistencia, de realidad e ilusión. Mis padres son una parte fundamental, soy el éxito de ellos, al ver como he complementado sus ideales en mí. Desde muy pequeña me enseñaron a desarrollar mi léxico y cómo desenvolverme en público; había cosas en las que no era muy buena y otras en las que sí, y me apegué a las que sí era buena, como la interacción con mi entorno, y así pude alcanzar donde quería llegar.

Antes de grabar me hablaba de sus abuelos y sus raíces nativas, cuénteme un poco sobre esa fuerza que ha repercutido en su transitar...

Mis abuelos son de descendencia indígena, en mí hay una fusión cultural muy marcada y siempre trato de empoderar cada uno de mis rasgos, por lo tanto mi nick es 'soy una diseñadora nativa'; no distingo qué raza porque creo que hay una fusión cultural en mi ADN y eso es lo que quiero resaltar. No importa la etnia, sino el orgullo que siento al ser una nativa panameña.

¿Valoramos realmente las raíces indígenas?

Esto es parte de nuestro trabajo, y es un reto. Cuando llegan los europeos a América Latina, ya había una comunidad empoderada con una cultura ceñida, tenían algo muy bueno que ofrecer; lastimosamente les fue arrebatado y después de esos años quedaron marcados de forma marginal. Yo estoy comprometida a destacar lo que han tenido toda su vida de forma innata, (quiero hacerlo) de una manera muy natural pero también muy glam.

Aterrizando en sus inicios, ¿cómo fue ese primer impulso hacia la moda?

No estudié diseño de moda, soy una mujer empírica. Nací alrededor de mujeres guapas y empoderadas: mi abuela, mi madre y mis tías, Mi familia está marcada por muchas mujeres que llevaban ideas creativas en todo. Mi mamá fue modista de diseñadores en la década de 1980, y yo era la niña que limpiaba los hilos de las piezas. En ese entonces no había bocetos, sino revistas; y yo admiraba, no tanto que el taller de mi madre se llenaba con bultos de telas, más bien admiraba la actitud con que esas mujeres llegaban con sus choferes, arregladas, dando trabajo a la gente humilde como mi familia. Yo decía: “Yo no quiero ser la modista, yo no quiero ser la dibujante, yo quiero ser la voz de esto; yo me veo ella”. Fue un reto convertirme en una mujer empoderada desde muy pequeña, traté de hacerlo con la cultura que mis padres me inculcaron: liderazgo y participación activa y pensaba que era el momento de destacar lo que realmente amaba.

¿Y se convirtió en su oficio?

Fue por medio de una crisis. Hace muchos años aprendí con un exjefe que en el momento de la crisis es que te vuelves creativo. Yo fui una trabajadora muy destacada por mi desempeño, por mi forma de vestir, y tenía una marca personal que llamaba la atención y las personas la seguían, pero yo nunca creí que llegaría a ser algo potencialmente comercial. La crisis fue la que me llevó a crear un emprendimiento, ese emprendimiento se fue a un trend de moda, y de ese trend creé una marca de la cual surgió una empresaria. Todo fue un proceso de menos a más. Hace siete años inicié con una propuesta directa y me arriesgué a lo que había afuera, tenía una meta pero no tenía los recursos, entonces aproveché la crisis para crear un mecanismo de sostenibilidad y destacar lo que quería hacer.

¿Qué fue lo primero que hizo para destacar?

Dentro de mi propuesta como diseñadora emergente, me basé en productos muy necesarios en mi entorno, hice un estudio de lo que necesitaban las personas para buscar un plan piloto y destacarlo. Soy una persona bien estratégica y mi crisis me acorraló a crear ese producto. Me inicié en la esquina de una playa, y (mis primeros clientes) vieron mi proceso cuando solamente tenía una idea básica y de ahí escalamos a 35 productos en la marca, hasta llegar a la alta moda, que era mi objetivo.

¿Recuerda ese primer traje de Jochebec Design?

Los primeros trajes se los puse a todas mis amigas en un desfile del 10 de noviembre. Era el desfile del grito de independencia de La Villa de Los Santos, y vestí hasta mis perritos con mis diseños. Recuerdo que mi hija y yo pintamos toda la noche unos zapatos súper baratos que compramos e hicimos diseños de mola con pinturas. Con eso fuimos la sensación del desfile en Veracruz, y cuando vi las reacciones de la gente, me sentí bien. De ahí la gente empezó a pedirme diseños; así comenzamos y luego sacamos bañadores, porque la comunidad queda cerca de la playa. Me fui dando a conocer, y ya no me quería solo en la playa los fines de semana, quería salir de lunes a viernes vestida como ejecutiva con mis diseños, a vender mis prendas a crédito. Trabajé duro junto a mi maleta de ruedas con la que iba a visitar a mis clientes, con eso ahorré seis meses para comprarme un carro. Quería un auto grande porque mi sueño era tener una tienda móvil y necesitaba una camioneta que pudiera con el trailer. Primero me compré un pick-up y luego un trailer para convertirlo en una boutique. Así logré mi proyecto sostenible sin deudas. Ese es el mensaje que quiero dar a las mujeres: no importa tu situación física o económica, cuando tienes fe en Dios, ganas y pasión, todo funciona.

¿Tuvo referentes?

Mis mayores referencias fueron mi madre y mi abuela. Mi madre era una mujer independiente pero su misión era limitada, solo trabajaba para su familia y yo siempre pensé que debía haber algo más que estar encajonados. Quería algo que pudiera exportar, hiciera expansión y generara empleo.

Hablemos de conceptos, ¿qué es la moda para usted?

Para mí la moda es eventual, es tendencia, la gente compra lo que a otro le luce bien. Pero también es personal, cada vez que creces como persona, también creces en ideas, creces innovando. Esa innovación puede ser personal, espiritual o física. (Personalmente) no sigo una tendencia, sino algo que me convierta en mi zona de confort, en lo que pueda proyectar seguridad. A la hora de estar en mi mood de artista eso es lo que quiero transmitir en mis piezas. Vivimos en un mundo donde, no solo en América Latina, también en países muy lejanos, el machismo se ha empoderado y debemos eliminarlo.

¿Y se combate al machismo a través de la moda?

Ahora vivimos en tiempos donde la mujer puede hacer lo que el hombre, y el hombre puede sustituir algunas tareas de la mujer. Cada uno tiene su rol, hay que destacar como mejor uno se sienta preparado para hacerlo. Lastimosamente, algunas mujeres tienden a consultar “¿te gusta esto?, ¿me lo compro?”, y yo manejo una marca y diseño para mujeres seguras. Mi marca no es para mujeres que dependen de una tercera opinión.

¿Para qué tipo de mujeres diseña?

Diseño para mujeres seguras, profesionales, independientes, y que no le tienen miedo al trabajo. Mujeres multifacéticas, que manejan una agenda. Mujeres descomplicadas, que no hacen drama, que si se les rompe un tacón simplemente lo arreglan y siguen adelante. Lo más importante es tu esencia, tu marca personal.

Hay gente que asocia la superficialidad con la moda, ¿qué opina de esto?

Cada persona tiene su estilo. Desde mi experiencia como marca, muchas personas compran piezas porque las lució otra persona. Pero también como marca educamos a la mujer y vendemos cultura, esencia y marca personal. Lo único que queremos es ser un complemento para el estilo (de mujeres). Al usar una prenda de Jochebec Design, queremos que la mujer proyecte seguridad e identidad, que cuando llegue a un lugar digan: “Esta es una panameña empoderada”. Eso es lo que yo quiero causar con mis prendas.

Durante estos siete años de Jochebec Design ¿cómo ha sido el 'feedback'?

El feedback ha crecido, y de manera positiva. Tenemos que agradecer a instituciones del gobierno como el Ministerio de Cultura y ProPanamá, eventos como la Fashion Week Panamá y MacroFest dan como resultado que Panamá tiene propuestas emergentes en las que puede destacar. El panameño es muy consumista, queremos siempre lo mejor sin importar el precio, pero yo pienso que es hora de dejar de consumir marcas extranjeras y apoyar el producto local. De una forma u otra esto apoya la reactivación económica, empodera al artista emergente y sobre todo, marca una tendencia internacional con lo autóctono.

Y esas mujeres que le ven incorporando sus molas en los diseños ¿que le han dicho?

Cada diseño antiguo de mola tiene un concepto de historia que distingue la tradición de la mujer guna. En mi equipo de trabajo hay una jefa que lleva en la marca siete años. Ella es guna, y se ha empoderado porque da jerarquía a un equipo de trabajo. Al ver que las piezas están en calendarios, revistas, televisión, y que todos los días hay trabajo durante siete años consecutivos, eso es fabuloso. Ellas de una u otra forma se empoderan, porque saben que su arte nadie más lo va a tener.

¿Qué personalidades le han tocado la puerta por sus diseños?

Omar Alfano, su esposa, y Sandra Sandoval aman nuestra marca. Realmente tenemos tantos artistas que lucen nuestras prendas y me encanta porque son panameños empoderados que han llevado la bandera (del país). Y hace poco fuimos elegidos por la productora internacional Sony Pictures para hacer homenaje al vestuario de una película con posibilidades de ganar óscares.

Siempre detrás de una artista hay algo más, ¿qué escucha o lee para motivar su creatividad?

Soy una mujer de espacios. Mi espacio más importante es mi círculo cero: mis hijos. Mi éxito no es la marca en sí, mi éxito es el resultado que veo en mis hijos. Soy una mujer con una comunión muy personal con Dios en la que me dejo guiar por él. Esos espacios que tengo los dedico a mi relación con Dios, a leer mis libros favoritos que siempre son de motivación y mi mayor privilegio es la autocrítica.

¿Cómo se lleva usted con el ego?

Siempre he dicho que mi mejor vestidura es la humildad; si tú pierdes la humildad, pierdes todo. Siempre tengo el ego en la planta de mis pies, porque tengo miedo de que esa fama llegue al top. También pierdes la esencia, y te traicionarías. Soy una mujer que viene de abajo y nunca olvidaría mis inicios, pero esta es una carrera que alimenta el ego, porque estás en constante crecimiento. Yo solo ofrezco una propuesta de empoderamiento cultural femenino para desarrollar tu mejor versión: ser mejor madre, mejor humana, una mejor hija, una mejor mujer. (Mis clientas) complementan esa prenda con su mejor versión.

La moda no es para todo el mundo, ¿es la moda sinónimo de élite?

Si hablamos comercialmente, es la riqueza de las élites. Pero yo creo en una riqueza diferente: la artesanal. Mi riqueza es cultural y de autoestima. Yo quiero que toda mujer pueda usar (mis diseños), que mis prendas causen un efecto colateral en las personas. No busco la parte social o económica, sino lo que causa en esa persona utilizar mi prenda.

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