Con el relanzamiento de la lotería fiscal, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) prevé a corto plazo aumentar en un 7 % a 10 % la recaudación sobre...
- 16/04/2011 02:00
PANAMÁ. Nadie podría imaginarse que un ave, volando a una altura indeterminada, podría ser un serio peligro para el hombre.
Según expertos, el choque de un pájaro con un avión que vuela a unas 600 millas por hora es parecido al impacto de un proyectil.
La colisión de un ave contra una aeronave, tanto en tierra como en el aire, sin importar peso o tamaño, es uno de los riesgos más dañinos que podría ocurrir a diario en aeropuertos de todo el mundo.
No obstante, este peligro comenzó a incrementarse cuando los industriales de la aeronáutica abordaron probar los nuevos diseños de motores a reacción para sus modernas aeronaves.
Por ende, las velocidades aumentaron y los peligros inmediatos para las aves y pilotos, crecieron. De hecho, los impactos con aves pueden causar serios daños a los aviones, o peor aún, la pérdida de vidas humanas.
Los incidentes son especialmente graves cuando las aves, por lo general las gaviotas, gansos y rapaces, son succionar por la turbina, produciendo una reacción en cascada, con el consiguiente fallo del motor.
Ningún tipo de aeropuerto o nave es inmune al riesgo de impactos con aves. Por otra parte, además, de los choques a las aeronaves, la fauna de aves silvestres que sobrevuela, anida o hace madrigueras dentro de los aeropuertos, puede causar daño estructural a los edificios, pavimento, equipo y aviones, así como causar problemas de salud a los trabajadores.
La naturaleza y magnitud del problema que enfrenta un aeropuerto en particular dependerá de muchos factores como son el tipo y volumen de tráfico aéreo, las poblaciones de fauna silvestre local y migratoria y las condiciones de hábitat en el área.
Los animales son atraídos a un aeropuerto debido a la comida, agua o hábitat que éste o los vecinos les proporcionen. Estos factores, combinados con la alta velocidad, silencio y vulnerabilidad de las aeronaves modernas, son la base del problema de impacto con fauna silvestre que enfrentan actualmente los operadores de las terminales aéreas.
Por ello, el vuelo de las aves en zonas donde las aeronaves transitan a baja altura y particularmente en zonas aledañas a los aeródromos, o en la trayectoria de aproximación o salida de los mismos, constituye un grave e inminente riesgo para dichos aparatos ante la posibilidad de que sean impactadas por animales durante sus fases de despegue, ascenso, aproximación y aterrizaje, que son precisamente las etapas más críticas del vuelo.
En este sentido, la historia de la aviación ha estado acompañada permanentemente, con este tipo de incidentes y se estima que desde 1960 hasta el 2007, de acuerdo a un reporte del Comité BIRD Strike de EEUU, más de 200 personas han muerto en todo el mundo como resultado de incidentes entre aviones y aves; además el informe señala que en el año 2007 solo en EEUU fueron reportados más de 5000 incidentes con aves.
Cabe subrayar, en relación con el costo económico que esta problemática genera, se ha calculado que anualmente se pierden millones de dólares en diferentes aspectos como reposiciones totales, reparaciones, seguros, tiempos en tierra, etc.
Igualmente, se ha establecido que gran parte de los impactos y daños se concentra en las turbinas y radones que representan el área más sensible de un aeronave e igualmente la más costosa de reparar.
En tanto, en el Aeropuerto Internacional de Tocumen, la encargada de la unidad de control de fauna, Melissa Hinds, manifestó que en esta terminal la importante misión es permanente, dado que esta posee dos pistas, colinda con el océano Pacífico donde abundan aves marinas, además del incorrecto vertimiento de los desechos en las barriadas contiguas al aeropuerto, lo que complica la tarea.
El Comité de Peligro Aviario trabaja en la organización y supervisión del Programa de Control y Manejo de Avifauna, con la participación de las diferentes instituciones estatales, privadas y ONG, las cuales velan por la seguridad de la navegación aérea, la protección del medio ambiente y el manejo de las áreas circunvecinas a la terminal.
Todo esto, acorde con las normas y métodos recomendados para aeródromos por la Organización de Aviación Civil Interna Nacional (OACI), que recopila, procesa y notifica la información de los impactos con la fauna, lo que constituye una base de datos automatizada, la cual se le puede introducir los informes.
Hinds recalcó que la unidad de control de fauna desarrolla acciones de control diariamente para la prevención de los incidentes de colisiones entre aeronaves y la fauna, entre las que se encuentran: recorrido a las áreas contiguas al terminal, el corte planificado de la vegetación herbácea; eliminación de la cadena alimenticia, por ejemplo: los roedores; además, la dispersión de aves con aditamentos pirotécnicos especiales de gritos, silbido y estallido, equipos sonoros fijos en áreas verdes que son complementados con actividades de caza control.
Finalmente, agregó que esto se realiza con la debida autorización de la Autoridad Nacional del Ambiente.