Águila harpía, se aleja de la extinción

Actualizado
  • 10/04/2010 02:00
Creado
  • 10/04/2010 02:00
PANAMÁ. Un enorme águila, que puede llegar a medir hasta hasta un metro de largo y pesar unas 18 libras, se desplaza con majestuosidad e...

PANAMÁ. Un enorme águila, que puede llegar a medir hasta hasta un metro de largo y pesar unas 18 libras, se desplaza con majestuosidad en las regiones montañosas del Caribe desde Bocas del Toro hasta Darién buscando algún perezoso con que saciar su apetito.

Esta peculiar águila, que no es precisamente la que aparece en el escudo que nos representa, es el harpía: el “Ave Nacional de Panamá”.

Aunque, se encuentra en peligro de extinción según el Convenio sobre Comercio Internacional de Especies amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES), en Panamá su situación es estable.

Consuelo de Cambra, directora del Patronato Amigos del Águila Harpía, una organización dedicada a la conservación del águila, dijo “el águila se conserva estable”. Y es que según Cambra la población de la especie se ha mantenido, “no ha habido disminución drástica”.

Karla Aparicio, bióloga de la Asociación Nacional para la Conservación de la Naturaleza (ANCON), coincide con la tesis de Cambra.

La bióloga dijo “mis observaciones de campo en el Parque Nacional Chagres y en el Parque Nacional Darién indican que las águilas continúan reproduciendo tal lo esperado, me hace pensar que la población de harpías se mantiene al menos, estable”.

Sin embargo, es innegable que la pérdida de bosques que se está dando en zonas montañosas del país disminuye los hábitats de la especie , lo que representa la peor amenaza para su conservación, explicó Cambra.

Y es que si el águila pierde su hogar tienen que emigrar en busca de selvas donde pueda encontrar lo necesario para subsistir y reproducirse, explicó Aparicio. Esta especie necesita de árboles grandes —como cuipo— para reproducirse y de bosques anchos para poder cazar —perezosos, iguanas verdes, pavas, perdices y guacamayas, sus alimentos preferidos— para subsistir.

Pero, también hay otras razones que ponen en peligro la existencia del águila harpía, conocida también como el “tiburón blanco de aves”, por tener aves en su dieta.

El comercio y la cacería de las águilas y de sus presas, el avance de la frontera agrícola y ganadera aumenta el riesgo de perder la singular especie endémica.

Organizaciones se han unido para conservar y educar a la población sobre importancia de evitar la extinción de la especie.

De hecho, mañana se celebra en Panamá el “Día del Águila Harpía”.

Cada año, para la ocasión, el Patronato Amigos del Águila Harpía realiza en el Parque Nacional Summit, un día familiar con caminatas, juegos, giras a los senderos, concursos de dibujos y una exhibición del águila harpía, que habita en el lugar.

Este año no será la excepción incluso Rong Maguill, promotor de la creación de un hogar en Summit para esta águila, participará de la actividad.

La entrada al evento es de $1 para los menores de 12 años y $2 los adultos. Los niños menores de 12 entran gratis. Allí los niños y los adultos podrán aprender más de la especie.

PAREJAS FIELES

Las águilas harpías son parejas dignas de imitar. Comparte las responsabilidades de cuidar y alimentar sus crías. Además, se conservan fieles hasta las últimas consecuencias. “Una vez se encuentran se mantienen”, dice Aparicio.

Las aves se encuentran, luego juntos construyen el nido, lo incuban por unos dos meses. La hembra lo hace en un 90 por ciento del tiempo, y el resto del tiempo lo hace el macho.

Una vez nace el pichón, la hembra lo cuida, incluso cuando llueve sus alas se convierten en un paraguas para proteger al pichón. Mientras tanto, el macho busca el alimento de su familia. El lleva la comida hasta al nido para que la hembra y el pichón puedan subsistir.

Durante este lapso la cría crece, pero, no es hasta los dos años cuando abandona el nido para explorar el bosque.

La tarea de los padres no termina allí. Siguen vigilando de cerca hasta que el águila juvenil pueda valerse sola.

La cría es recíproca con el ejemplo familiar. De vez en cuando regresa a visitar a los padres. Así lo cuenta la bióloga de ANCON.

El águila harpía puede poner hasta dos huevos, pero, sólo uno sobrevive. Según Aparicio durante los últimos años su comportamiento no ha cambiado. Sigue reproduciéndose y cuidando sus crías.

Esto es muy positivo desde el punto de vista biológico. Esto es un indicativo que la población de la especie se mantiene. Sin embargo, no hay estudios recientes que lo demuestren.

El último monitoreo, que se hizo en el año 2006, determinó la presencia de una población de 209 parejas de harpías.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus