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Conservación de la biodiversidad para el desarrollo rural sostenible: articulación clave en la reducción de la pobreza
- 11/11/2022 00:00
- 11/11/2022 00:00

En 1996 el Dr. Parviz Koohafkan, científico en Agroecologia y Agricultura Sostenible, Oficial Superior de Desarrollo Sostenible, a cargo de la preparación de la Cumbre de Río en la Unidad de Coordinación de Desarrollo Sostenible, indicó en el documento, “Seminario Regional para la promoción de Sistemas de Producción Agrícola Sostenibles para el Sector Campesino en los Andes Centrales, Ecuador”, que “la diversidad biológica se compone de todas las especies de plantas y animales, de su material genético y de los ecosistemas de que forman parte.
Por otro lado, la biodiversidad genética se refiere a la variación de genes y genotipos entre las especies y dentro de ellas, es decir, es la suma total de información genética variada contenida en los genes de las distintas plantas, animales y microorganismos que habitan la tierra.
El Dr. Koohafkan señalaba que la diversidad dentro de una especie la hace capaz de adaptarse a los cambios ya sea de medio ambiente, de clima o de métodos agrícolas, o ante la presencia de nuevas plagas y enfermedades, es decir que, la diversidad de las especies se refiere a la variedad de especies dentro de una misma región y los ecosistemas se componen de comunidades interdependientes de especies y su entorno físico; el científico hacia énfasis en que para los países en desarrollo, la autosuficiencia en la producción alimentaria dependería de que estos pudieran mejorar la agricultura de bajos insumos durante una situación ecológica difícil.
25 años después, de Mónica de Castro-Pardo, João C. Azevedo y Pascual Fernández indican en su publicación Servicios ecosistémicos, desarrollo rural sostenible y áreas protegidas que potenciar el desarrollo social y económico preservando la naturaleza es uno de los desafíos más importantes para la humanidad, y que la evaluación de los Ecosistemas del Milenio mostró una alarmante degradación de los ecosistemas en todo el mundo debido a cambios sin precedentes en el uso de la tierra y la gestión de los ecosistemas impulsados por las sociedades humanas en el siglo XX.
Tanto Koohafkan como Mónica de Castro-Pardo, João C. Azevedo y Pascual Fernández coinciden en que la pobreza y la extrema pobreza persisten en muchas regiones del mundo, especialmente en las zonas rurales, a pesar de los programas centrados en los ecosistemas o desarrollo y la reducción de la pobreza.
En conjunto los autores advierten que los problemas relacionados con el estado de los ecosistemas y la pobreza pueden agravarse en un futuro próximo si no se revierte la destrucción y degradación de los ecosistemas.
Más allá de los indicadores de la Plataforma Intergubernamental Científico-Política sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) de 2019, Mónica de Castro-Pardo, João C. Azevedo y Pascual Fernández, hacen un llamado a entender que los objetivos de conservación como las Metas de Biodiversidad de Aichi, y sostenibilidad, es decir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU para 2030, son imposibles de alcanzar a menos que se produzcan cambios transformadores en la sociedad, tanto a escala local como a escala global.
En este sentido, Panamá cuenta con avances en materia de sostenibilidad, conservación y medidas para contribuir a la reducción del índice de pobreza, por lo que elBanco Mundial (BM) señala en el documento conceptual del Proyecto de desarrollo rural sostenible y conservación de la biodiversidad en Panamá de septiembre de 2022, que el Gobierno de Panamá “ha demostrado su compromiso con la protección de la biodiversidad del país mediante el establecimiento y el apoyo a múltiples tipos de áreas protegidas, con el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP), establecido en 1992, actualmente compuesto por 120 Áreas Protegidas Nacionales (APN) que cubren el 35,9 por ciento de la superficie terrestre nacional y el 2,8% de las áreas marinas.
Sin embargo, el BM indica que las comunidades de las zonas rurales más pobres de Panamá necesitan un apoyo técnico y financiero adecuado para adoptar nuevos modelos de vida de agricultura y ecoturismo respetuosos con la biodiversidad, lo que resalta el creciente interés por el ecoturismo como una oportunidad para que las comunidades rurales pasen a modelos de subsistencia que incorporen la conservación de la biodiversidad como pilar de su marca y desarrollar experiencias de ecoturismo como parte de sus ingresos.
Este modelo, impulsaría el ecoturismo como fuente de ingreso de los propietarios de tierras privadas, al reservar parte de sus terrenos como reservas naturales.
El objetivo de desarrollo de este proyecto es fortalecer la capacidad de conservación de la biodiversidad y aumentar la adopción de prácticas inclusivas y respetuosas con la biodiversidad en determinadas zonas rurales de Panamá, beneficiando de manera directa e indirectamente tanto a los actores rurales que viven a lo largo de las ANP, es decir, los agricultores familiares, cooperativas de productores, operadores turísticos locales, organizaciones comunitarias, pequeños empresarios, como a las instituciones públicas clave.
Los beneficiarios directos son aproximadamente 2,000 pequeños productores, agro empresas y proveedores de servicios de ecoturismo y agroturismo, situados en las ANP seleccionadas incluyendo al menos un 40% de mujeres y un 25% de pueblos indígenas.
Además, se estima que al menos 3,000 personas participen en las actividades de sensibilización del proyecto, como, por ejemplo, el personal de Ministerio de Ambiente (MiAmbiente), Ministerio de Desarrollo Agropecuario (Mida), Ministerio de Comercio e Industria (Mici), y la Autoridad de Turismo de Panamá (ATP).
Además, entre los beneficiarios indirectos del proyecto se estima que 20,000 panameños de zonas rurales se beneficiarán de la mejora de las condiciones de vida, de una mejor gestión de las áreas protegidas, de una mayor conservación de la biodiversidad, gestión de los recursos naturales y productivos en el transcurso del proyecto.
El proyecto se centra en la sostenibilidad, y la sostenibilidad financiera se logrará mediante la financiación privada a través de planes de eco empresas, lo que conducirá a una financiación más orientada al mercado para las actividades económicas respetuosas con la biodiversidad.
La sostenibilidad socioeconómica se logrará a través de la ejecución exitosa de los subproyectos, que se prevé que generen mayores ingresos para los beneficiarios del proyecto.
El proyecto promoverá la participación y la apropiación de todos los participantes en las alianzas productivas, con los beneficiarios del proyecto asumiendo la toma de decisiones, la ejecución y el reparto de costes, aumentando así la sostenibilidad del modelo.
Por último, la gestión y la difusión de los conocimientos aumentarán la concienciación, promoverán el cambio de comportamiento y aumentarán el apoyo político y financiero a la conservación de la biodiversidad tanto en las ANP y las Áreas clave de la biodiversidad (ACB) como en las actividades generadoras de ingresos.
El establecimiento de estas reservas privadas también requiere una inversión y la capacidad de llevar a cabo procesos legales y administrativos para obtener el estatus de reserva oficial para obtener el estatus de reserva oficial, sin embargo, este modelo contribuiría a mejorar el estado de los ecosistemas revirtiendo la destrucción y degradación de los ecosistemas y contribuyendo a reducir la pobreza en un futuro próximo , como lo han indicado los científicos, Koohafkan, de Castro-Pardo, Azevedo y Fernández desde hace más de 25 años.