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- 30/06/2014 02:00
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Después de cuatro años, los beneficios del proyecto de reforestación de 400 hectáreas colindantes con el Parque Nacional Camino de Cruces de lo que antes era un pajonal, y al cual este diario le ha estado dando seguimiento, ya se empiezan a notar, no solo en la recuperación de los bosques, sino también en el retorno de la fauna al lugar.
Así lo expresó Rafael Perea, del Departamento Forestal de la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM), al dar un avance del plan de compensación para recuperar áreas ocupadas por la paja canalera ( Saccharum spontaneum ) como compensación ambiental del proyecto Panamá Pacífico.
‘Hay una diferencia muy grande, ya se tiene sotobosque (mezcla de hierbas y árboles jóvenes). En las dos primeras fases, ya tenemos el regreso de fauna, existe la conectividad con el parque y las fuentes hídricas han aumentado su volumen de agua’, destacó Perea.
‘Antes del proyecto no se avistaban animales, por la cacería furtiva, y ahora se pueden ver aves, venados, conejos, monos y tres especies de murciélagos que han retornado al área. Hay frutas y eso hace que regresen aves y abejas’, precisó Perea, quien agregó que dentro de este proyecto hay tres puntos: el social, el educativo y la investigación.
Lo social involucra a las comunidades de Santa Librada Rural, Guna Nega y Mocambo Arriba, donde, además de oportunidad de trabajar en el proyecto, la población realiza actividades sostenibles, como producción, venta y siembra de 200 mil plantones, con especies como roble, amarillo, maría, guabita cansa boca, cañafístula, guarumo y el balo.
Cuando se inició el proyecto, en el área existían 60 búnqueres de reciclaje de material extraído del relleno sanitario de Cerro Patacón, lo que generaba muchos desechos a lo largo de la carretera rural de este sector. Hoy día existen 4 búnqueres, porque se ha capacitado a las personas para que hagan mejor manejo y disposición de los desechos.
En educativo, se hizo una labor constante con estudiantes, tal como lo revela la subdirectora de la Escuela de Guna Yala, Adelaida Espinosa, quien dijo que desde hace cuatro años, cuando impartía clases en la Escuela Guillermo Patterson, se involucró, junto a los estudiantes, en actividades de reforestación y concurso de escultura ambiental con material reciclado. Se han beneficiado unos 860 estudiantes, que han participado en concursos de oratoria, de reciclaje, charlas y giras ambientales.
Cándido Martínez, educador de la Escuela Santa Librada Rural, dijo que realizaron giras de reforestación para que los estudiantes aprendan de manera práctica a proteger el medio ambiente, una labor en la que participaron 75 jóvenes.
La directora de la Escuela Guillermo Patterson, Lisdieth Camarena, destacó que unos 140 estudiantes se han beneficiado con el aprendizaje y la implantación de dinámicas, en fechas como la Semana del Medio Ambiente, y que tienen proyectado construir un huerto estudiantil.
José Pedro Morá, quien labora en el Vivero San Francisco, destacó que se involucraron a través de compra de plantones para la siembra, y crearon grupos comunitarios para producción de plantas, generando empleos directos e indirectos que beneficiaron a unas 25 personas, entre recolectores y sembradores.
Las investigaciones se hacen a través de alumnos de la Universidad de Panamá (Escuela de Geografía y Facultad de Humanidades), el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE) y la Escuela Agrícola Panamericana Zamorano de Honduras, lo cual, según Perea, ‘nos llena de regocijo, porque es un medio de difundir lo que se ha hecho y lo que hemos logrado en este proyecto’.
Algunos de los temas desarrollados son: fijación de carbono, control de paja canalera, indicadores biológicos para la biodiversidad e hidrología y monitoreo del crecimiento de las especies plantadas. Toda la información recabada está disponible en la ANAM y en las oficinas de Panamá Pacífico.
Este proyecto de reforestación es impulsado por London and Regional Panamá, S. A., en coordinación con la Agencia Panamá Pacífico.