Nunca estamos en silencio

Actualizado
  • 29/07/2023 00:00
Creado
  • 29/07/2023 00:00
La revelación de sentimientos verdaderos puede darnos ventajas en la comprensión de lo que otros están experimentando para que podamos ser más empáticos o perspicaces
Las reacciones transitorias revelan sentimientos verdaderos.

Desde un pie que de repente se orienta hacia la salida más cercana cuando necesitamos salir de una habitación o nos sentimos incómodos con una persona o conversación, hasta, sacudir una camisa cuando alguien nos hace una pregunta que preferiríamos no responder, nuestros cuerpos, queramos o no, comunican.

Los sentimientos, deseos, emociones e incluso intenciones a menudo se expresan primero a través de nuestro lenguaje corporal, mucho antes que digamos una sola palabra, de hecho, saber que todo el cuerpo comunica puede ayudarnos a descifrar a los demás.

Hay comportamientos que, además de estar fuera de lugar y ser obvios, también son discretos, diminutos o fugaces y, al aparecer o desaparecen rápidamente, se les llaman “conductas taquiquinésicas”, del griego tachys (rápido) y kinisis (movimiento).

La taquiquinesis es particularmente precisa porque ocurre sin filtros o influencia del cerebro pensante (neocortex), por ejemplo, antes de que nuestro cerebro pensante se dé cuenta de que alguien nos pisó los dedos del pie, ya estamos haciendo una mueca de dolor, aunque sea momentánea.

Estas reacciones transitorias revelan sentimientos verdaderos, precisamente porque son automáticas y el cuerpo no tiene control sobre ellas. Por su propia naturaleza revelan mucha información de la persona que las realiza, en especial, si está ocultando emociones negativas.

La revelación de sentimientos verdaderos puede darnos ventajas en la comprensión de lo que otros están experimentando para que podamos ser más empáticos o perspicaces.

Le compartiré, amigo lector, una breve lista de comportamientos que me ayudan a comprender lo que la gente piensa, siente o incluso oculta, pero antes, recuerde esto: el contexto es clave y, aunque el lenguaje no verbal es universal, todo depende del contexto.

Parpadeo constante: un movimiento repentino y constante de los párpados sugiere que algo anda mal o que una persona está luchando con algo que escuchó, vio o está procesando. A menudo se ve cuando a las personas les cuesta encontrar la palabra correcta o no pueden creer lo que acaban de escuchar o presenciar. El mundo dice que es una señal de mentiras, ¡mito!

Contracción ocular: Bajo mucho estrés, los pequeños músculos justo debajo del ojo y encima del pómulo se contraerán brevemente sin control, lo que indica un alto grado de malestar psicológico. (Aunque “contracción del ojo” es un nombre inapropiado, a menudo se le llama así). Este comportamiento se observa con frecuencia cuando alguien entrevistado teme al entrevistador o está tratando de suprimir el hecho de que está nervioso.

Contracción de pupilas: nuestras pupilas se contraen cuando vemos algo que no nos gusta o cuando tenemos emociones negativas. Obviamente, es más fácil de detectar en ojos claros, sin embargo, cuando las pupilas se contraen repentinamente, algo negativo ha ocurrido. Curiosamente, nuestro cerebro gobierna esta actividad para asegurarse de que nuestros ojos estén muy enfocados, ya que cuanto menor sea la apertura, el iris, en este caso que rodea la zona pupilar del ojo, hace que mayor sea la claridad.

Entrecerrar los ojos es una forma de mostrar disgusto o preocupación, especialmente cuando escuchamos o vemos algo que no nos gusta. Con algunas personas, la respuesta es tan precisa que cada vez que escuchan algo que les molesta, entrecierran los ojos muy brevemente. Habiendo dicho eso, tenga en cuenta que también entrecerramos los ojos cuando nos estamos enfocando en algo o tratamos de dar sentido a algo que hemos escuchado.

Empujar la lengua contra la mejilla: Para aliviar el estrés (generalmente un estrés significativamente alto), una persona presiona rápidamente la lengua contra el interior de los cachetes. Esto también se ve en personas que se molestan repentinamente y es, literalmente, una forma sutil de mostrar el dedo de en medio.

Apretar o fruncir los labios: Por lo general, sucede en un instante dramático, aunque algunas personas mantendrán esa posición durante unos segundos distorsionando dramáticamente su rostro. Fruncir los labios significa que está molesto o que no está de acuerdo; cuando se ladean dramáticamente, los sentimientos de ira , molestia, incomodidad son mucho más intensos.

Salto de la manzana de Adán: Cuando la manzana de Adán salta repentinamente hacia arriba (como el pan en una tostadora), es probable que un hombre haya escuchado algo que le cause mucha ansiedad o miedo. El estrés extremo o la ansiedad son los culpables de este comportamiento, y por dramático que parezca, la mayoría de las personas no se dan cuenta cuando lo hacen.

Esconder el pulgar: Cuando nos sentimos inseguros o amenazados, inconscientemente escondemos los pulgares entre los dedos. Un repliegue repentino del pulgar significa que una persona está preocupada, ansiosa o amenazada. Es por ello que es el signo internacional para alertar que hay violencia de género.

Todo, en mayor o menor medida, comunica queramos o no y, por ello, debemos estar conscientes de lo que hacemos. Cierro con este dato: el 83% de los despidos en las empresas se debe a la mala comunicación, interpretación o manejo emocional que hacemos en nuestro día a día y con nuestros compañeros.

¿Quiere leer correctamente a una persona para mejorar su comunicación o ser más empático? Lo invito a que tome talleres de este tema porque, créame, le serán muy pero muy útiles y sin duda será su mejor inversión para crecer.

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