Asma, una batalla común para la región

Actualizado
  • 06/05/2020 00:00
Creado
  • 06/05/2020 00:00
Se calcula que cerca del 20% de las personas en Centroamérica vive con asma. Un estudio realizado en cinco países de América Latina, encontró que el control de la enfermedad en la región no cumple con los estándares internacionales

Independientemente del territorio y la cultura, alrededor de 235 millones de personas que padecen asma, libran la misma batalla. Se trata de una enfermedad crónica caracterizada por la inflamación y el estrechamiento de las vías respiratorias y de los pulmones, dando lugar a episodios de dificultad a la hora de respirar.

Estos ataques recurrentes de disnea y sibilancias se generan a raíz del contacto de agentes externos como el polen, el humo o el polvo. Además, síntomas como sensación de ahogo, falta de aire y presión en el pecho son iguales en aquellas personas que viven con esta dolencia, sin importar el lugar donde se encuentren, explica la  Organización Mundial de la Salud  (OMS).

“Los síntomas pueden sobrevenir varias veces al día o a la semana, y en algunas personas se agravan por la noche, causando con frecuencia insomnio, fatiga diurna, disminución de actividades y absentismo escolar y laboral”, detalla la OMS.

Cada 5 de mayo se conmemora el Día mundial de la lucha contra esta enfermedad respiratoria. Una iniciativa de la Global Initiative for Asthma (Gina), que busca concienciar a la población global sobre las cargas que supone este padecimiento para los pacientes y sobre la posibilidad de tenerla bajo control, llevando una vida saludable sin limitaciones. Este año, la Gina utiliza como lema de su campaña: 'Basta ya de muertes por asma', con la expectativa de promover nuevas acciones que permitan minimizar la tasa de decesos por la enfermedad.

El neumólogo Luis Vásquez, parte del equipo del hospital Paitilla, añade que el asma se manifiesta cuando en una persona coinciden varios factores genéticos y hay elementos ambientales que llevan a su desarrollo. “Es por ello que no hay prueba, en el vientre materno, que pueda predecir su ocurrencia después de nacer”.

El especialista también señala como síntoma común la sensación de ruidos en el pecho y destaca la necesidad de hacer docencia en la población. “Después del diagnóstico es importante educar a la población para evitar los factores desencadenantes, una vez identificados, y tener un plan de seguimiento y control de la enfermedad que usualmente implica el uso de diversos medicamentos”, enfatiza.

El cigarrillo es uno de los grandes enemigos del sistema pulmonar.

Según el galeno, el asma es una enfermedad muy común en la niñez. “Es una de las causas más frecuentes de consulta en neumología.  En Panamá, esta enfermedad suele ser subdiagnosticada, debido a que las pruebas usualmente no son muy accesibles en medicina primaria. Así como tampoco hay buena cultura de control”, subraya.

De acuerdo con datos del Ministerio de Salud (Minsa) para 2016, en Panamá más de 30 mil personas vivían con asma. En el istmo la tasa de incidencia promedio de la enfermedad es mayor en hombres (841 por cada 100 mil), mientras que 648 de cada 100 mil mujeres la padecen.

¿Cómo afecta la enfermedad en la región?

Se calcula que cerca del 20%  de las personas en Centroamérica viven con asma. Un estudio realizado en cinco países de América Latina, encontró que el control del asma en la región no cumple con los estándares internacionales.

Los datos del estudio reflejaron que en las zonas urbanas existe mayor prevalencia de asma, las mujeres son más propensas a padecer asma que los hombres, así como las personas con obesidad tienen un riesgo más elevado, dijeron expertos en el XII Congreso de la Asociación Latinoamericana de Tórax (Alat), que reunió a más de 1,500 especialistas en enfermedades respiratorias en Panamá, el año pasado.

“En el aspecto socioeconómico, se encontró que adultos con ingresos por debajo del promedio tienen mayor incidencia, probablemente por tener mayor exposición a alérgenos dentro del hogar. Todos estos grupos también son más propensos a tener un control insuficiente de la enfermedad, incluyendo errores en la medicación, falta de control periódico y adherencia al tratamiento. El estudio concluyó que pacientes con asma no controlada presentaron más crisis, admisiones hospitalarias y atención médica de emergencia”, advirtieron los expertos en este congreso.

En otro estudio realizado a más de 2,000 pacientes de diez países latinoamericanos, el asma demostró un impacto negativo en las actividades diarias: aproximadamente 46% de las personas con asma leve y 72% de las personas con asma grave informaron consultas médicas no programadas, lo cual tiene un considerable impacto económico.

Según los especialistas, pese a tratarse de una enfermedad que no tiene cura, el asma se puede controlar con un tratamiento adecuado y evitando los factores de riesgo.

Panamá y los factores ambientales

La mayoría de las crisis de asma son inducidas por alérgenos ambientales.

En nuestro país, los alérgenos más comunes son los ácaros del polvo domiciliar, los hongos y el epitelio de mascotas, redacta la doctora Olga Melcina Barrera de Pino, especialista en alergología e inmunología del Instituto de Neumología y Alergias de la clínica San Fernando.

“Los ácaros son animales microscópicos (artrópodos), que pertenecen al subgrupo de las arañas y son huéspedes permanentes de nuestros hogares (colchones, almohadas, edredones, alfombras, frazadas, entre otros). Se alimentan de residuos cutáneos de los seres humanos y de los animales domésticos. El contenido alergénico se halla principalmente en sus partículas fecales. En Panamá los ácaros más importantes son los de los géneros dermatophagoides (D. Pteronyssinus y D. Farinae) y Blomia (especialmente la especie tropicalis). Debido a las condiciones climáticas del país (húmedo y caliente), los ácaros y los hongos tienen en nuestro medio condiciones óptimas para su desarrollo”, aclara la doctora en un artículo publicado por el hospital.

Los pacientes asmáticos sensibilizados al epitelio de animales (gato, perro, conejo, hámster) suelen referir un nítido empeoramiento de sus síntomas al entrar en contacto con los mismos, explica Barrera.

Otros factores de las crisis asmáticas son: infecciones, ejercicios, emociones, fármacos (ASA, Aines, betabloqueadores), cambios climáticos y en especial los contaminantes ambientales.

Vázquez añade el humo (cigarrillo, leña y de emisiones), los cambios ambientales (humedad, frío, calor), proteínas del ambiente (de origen animal o vegetal) y los agentes infecciosos (virus y bacterias), como detonantes del asma.

Tratamientos

El asma es una enfermedad crónica con predisposiciones genéticas y no hay método de cura demostrado, solo tratamientos para mejorar su control.

Aunque puede remitir en épocas de la vida durante décadas, siempre existe la posibilidad de que regrese en la vejez, admite el médico del hospital Paitilla.

Vásquez invita a los pacientes a realizarse una espirometría (un estudio indoloro, el cual mide la cantidad de aire que pueden retener los pulmones de una persona) para confirmar el diagnóstico y sobre todo, evitar el cigarrillo.

“Los tratamientos para el asma dependen de la severidad y persistencia de los síntomas, pero usualmente incluyen medicamentos inhalados que abren las vías aéreas relajando el músculo bronquial o medicamentos que reducen la inflamación (corticoides inhalados o ingeridos o algunos antialérgicos)”, agrega el galeno.

La vacunación contra la influenza es especialmente importante para personas con asma debido a que tienen alto riesgo de presentar complicaciones graves. Estas vacunas suelen actualizarse en todas las temporadas para estar al día con las mutaciones de los virus. Además, la inmunidad va mermando a lo largo del año, por lo que es importante la vacunación anual para garantizar la mejor protección posible contra la influenza, remarca la OMS.

De acuerdo con el organismo internacional. el asma está presente en todos los países, independientemente de su grado de desarrollo. “Más del 80% de las muertes por asma tienen lugar en países de ingresos bajos y medio-bajos. A menudo el asma no se diagnostica correctamente ni recibe el tratamiento adecuado, creando así una importante carga para los pacientes y sus familias, y pudiendo limitar la actividad del paciente durante toda su vida”, afirma  la OMS.

En ese sentido, Vásquez recomienda que la persona con asma se adhiera al tratamiento individualizado prescrito por el médico especialista, considerando los tipos medicamentos, dosis, duración y seguimiento, ya que no todos los pacientes con asma toleran el mismo medicamento.

“Es importante ser consciente de que los organismos de las personas no son iguales aunque la enfermedad sea la misma”, dice.

Recomienda a los pacientes mantener en casa herramientas para definir la severidad de una crisis y tomar las medidas necesarias. “Debe tener siempre un medicamento de rescate (inhalador de dosis medida o nebulizador) y si es persistente, medicamentos de control o consultar al médico tratante”, zanja Vásquez, e insiste en que “la clave para que una persona con asma lleve una vida normal o lo más cercano a lo normal es el control, lo cual requiere de mucha educación y comunicación con el médico”, enfatiza Vásquez.

Añadió que “el asma es una problemática y debe ser una prioridad de salud pública. Cuando no se maneja adecuadamente, puede implicar un aumento significativo de los costos al sistema de salud y la disminución de la calidad de vida de las personas que lo padecen”.

Estrategia de la OMS para prevenir y controlar el asma

La OMS reconoce que el asma es muy importante desde el punto de vista de la salud pública. La organización participa en la coordinación internacional de la lucha contra esta enfermedad. El objetivo de su estrategia es respaldar a los Estados miembros en su esfuerzo por reducir la discapacidad y la mortalidad prematura relacionadas con el asma.

Objetivos del programa de la OMS:
| Vigilancia para determinar la magnitud del problema, analizar sus determinantes y seguir su evolución, prestando especial atención a las poblaciones pobres y desfavorecidas.
| Prevención primaria para reducir la exposición a factores de riesgo comunes, como el humo del tabaco, las infecciones respiratorias frecuentes durante la infancia o la contaminación del aire (de interiores, de exteriores y del lugar de trabajo).
| Mejorar el acceso a intervenciones costoefectivas, incluidos los medicamentos, y aumentar la calidad y la accesibilidad de la atención sanitaria en los diferentes niveles del sistema sanitario.
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