¿Cuándo acaba el “chat” y empieza la adicción?

  • 27/08/2015 02:01
Su existencia como trastorno médico no ha sido probado

Una alerta recurrente, desde el celular o la PC. Un sonido que genera un sentido de urgencia, de algo que no puede esperar, que debe ser atendido al instante, aunque esto signifique poner el resto de las actividades en suspenso. A la primera alerta le sigue otra. Tres, cuatro, cinco, interrumpidas entre ellas apenas por facciones de segundo... Los dedos se mueven ansiosos en la mano, esperando el momento de tocar la pantalla del smartphone y de abrir Whatsapp, Hangouts, el chat de Facebook, etc. Hasta que finalmente surge la ventana con el mensaje anhelado... Los niveles de ansiedad descienden por un momento y el destinatario siente algo parecido a una sensación de alivio. O por lo menos hasta que entre el próximo chat.

En un mundo hiperconectado el ‘chatear' es una actividad común y ordinaria, que ocurre frecuentemente, ya sea por razones de trabajo o por personas que trasladan su vida social a la internet, por razones de conveniencia -pasan la mayor parte del día frente a una computadora- o porque se sienten más cómodos interactuando a través de una avatar en internet que en persona.

Si bien el ‘chateo' es una práctica diaria, si el usuario recurre a esta actividad con excesiva frecuencia la misma puede devenir en una patología o en un Desorden Activo a Internet (DAI), un trastorno que, según el diario mexicano El Universal es padecido por aproximadamente 10% de los 189 millones de usuarios de internet en los Estados Unidos.

Según el psiquiatra Vadim Cantón la ciencia médica todavía no ha probado ‘la existencia de una adicción al chat'. Aún así, asegura que es posible que un individuo desarrolle un trastorno de dependencia relacionado con el uso del smartphone o de la computadora.

En este caso, al igual que el licor, la cantidad no es lo que determina la existencia o no de una dependencia. No se trata de cuántas cervezas te tomes o qué tiempo dediques al ‘chateo'. En el criterio empleado por Cantón el efecto pesa más que la cantidad. ‘Cualquier cosa que interfiera en tu vida diaria, que sigas haciendo aunque te genere problemas, puede devenir en un situación de dependencia', explica.

LÍMITES EN LA OFICINA

El ‘chateo' compulsivo puede convertirse en un problema para las empresas. Estudios realizados en los Estados Unidos revelan que el uso que le dan los trabajadores a la internet está en un 60 o 70% relacionado con asuntos personales y no de la organización.

Cuando las personas dedican un tiempo excesivo ‘chateando' en menoscabo de sus actividades laborales, familiares, educativas, sociales, etc, entonces se puede hablar de un problema de adicción, con los inherentes problemas de pérdida de sueño, cambios emocionales o estrés continuo.

En Panamá cerca de un 48.4% de la población cuenta con acceso a la internet. Con una cifra tan significativa de usuarios el problema de la dependencia al ‘chat' debería ser objeto de estudio.

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AYUNO CHATERO

La espiritualidad y la internet

Las redes sociales están vinculadas a la denominada ‘cultura de la imagen', donde tiene más peso un ‘selfie' subido a internet que cualquier dato o información disponible.

Frente a este despliegue de egocentrismo digital, que algunos relacionan con la vanidad o, incluso, la soberbia, ciertas autoridades religiosas han proclamado la necesidad de practicar un ayuno digital durante la Semana Santa.

Para estos religiosos el hecho de que los fieles se abstengan de ‘chatear' representa una sacrificio individual tan valioso como el privarse de comer carne o libar licor.

En una época de ayuno y de abstinencia, distanciarse del smartphone y de la computadora puede representar un verdadero acto de fe y de penitencia, comparable a otros sacrificios en los que incurren los fieles durante la celebración de la Semana Mayor.

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