Los fetiches, prácticas escondidas que no deben afectar la dinámica sexual

Actualizado
  • 17/09/2020 00:00
Creado
  • 17/09/2020 00:00
Según una investigación de la Universidad de Montreal, lo que más aumenta el deseo de una mujer es el juego de la sumisión; de ahí, el éxito de historias como '50 Shades of Gray'. Hablan los expertos

En las relaciones sexuales, la mente y el cuerpo juegan un papel fundamental porque la imaginación y las emociones se fusionan, llevándonos a disfrutar de situaciones prohibidas, como las fantasías y fetiches. Este último, según los expertos, se trata nada más que de una fijación sexual en un objeto o acto específico.

En la intimidad, la mente y el cuerpo juegan un rol fundamental.

En este sentido, Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo, aseguró a Infobae que ambas prácticas sexuales requieren de confianza, tiempo y dedicación. Y aunque las dos se refieran a actos sexuales alternativos, deseos sexuales o tendencias que queden fuera del apetito de la corriente principal, existen aspectos determinantes que las diferencian.

“En estos últimos tiempos las parejas se animaron a incorporar variantes para hacer más rico y placentero el encuentro sexual. En un principio fueron las nuevas poses y la expresión de fantasías, después vinieron los cambios de roles, los juguetes sexuales, y ahora los juegos de dominación y sumisión. Por supuesto, la condición básica es acordar entre los miembros de la pareja la incorporación de cualquiera de las prácticas”, sustentó Ghedin.

Igualmente resaltó que cualquier cambio que rompa con la monotonía de la vida erótica será beneficioso para la pareja. Sin embargo, la inclusión debe ser gradual, disfrutando a pleno de cada acción nueva y con el objetivo de aventurarse a más.

Eliécer Pérez Rivera, psicólogo y psicoterapeuta de familia, explica que el fetichismo es una conducta sexual que se produce cuando la excitación sexual intensa y recurrente surge por el uso de un objeto inanimado o por el hecho de tener una fijación en una parte del cuerpo no genital.

“El fetichismo es una forma de parafilia y las personas que tienen fetiches se pueden estimular y satisfacer sexualmente de varias maneras, por ejemplo, usando ropa interior o maquillaje de otra persona o agarrando, frotando u oliendo objetos, como unos zapatos de tacón alto, comentó el psicólogo.

Añadió que hay muchos casos de personas que sin el fetiche no son capaces de tener una adecuada funcionalidad sexual. “El fetiche puede reemplazar la actividad habitual con la pareja sexual, o bien puede ser integrado en la actividad sexual si la pareja sexual lo acepta. La necesidad del fetiche puede llegar a ser tan intensa y compulsiva que absorbe la vida de la persona. Pero en la mayoría de las personas que tienen un fetiche, su comportamiento no cumple los criterios para un trastorno porque no les causa una angustia significativa, no afecta su funcionamiento diario ni perjudica a otras personas”.

El tratamiento del trastorno fetichista es limitado en cuanto a su efectividad, así que lo ideal será buscar a un especialista en psicoterapia de parejas.

¿Qué dicen los estudios?

Un estudio realizado en la Universidad de L'Aquila en Italia, reveló que para los hombres, la ropa femenina es el fetiche que ostenta la corona. Según la investigación, el 32% de los hombres participantes se sentía excitado por los zapatos femeninos con tacón de aguja, mientras el 12% prefería centrar su atención en la ropa interior. ¿La razón? Muchos respondieron que estos dos tipos de prendas eran símbolos de la femineidad, según publica la revista Life and Style.

El fetichismo sucio es otro de los más comunes en ambos sexos. Este consiste en cubrir el cuerpo (propio o de la pareja) con sustancias como cremas, comida o pintura, y quienes lo practican aseguran que lo que más disfrutan es la sensación de tocar diferentes texturas y de interpretar que están haciendo algo “incorrecto” o contra las normas de conducta comunes.

Finalmente, según una investigación de la Universidad de Montreal, lo que más aumenta el deseo de una mujer es el juego de sumisión; de ahí el éxito de historias como 50 Shades of Gray (Cincuenta sombras de Gray).

“La diferencia entre ambos sexos es que el género femenino muchas veces prefiere que estas fantasías queden solo como eso, sin llegar a concretarse; por supuesto, con excepciones como Marilyn Monroe”, sustenta la revista.

Los fetiches sexuales más extraños en el mundo

Diferentes estudios revelan que el 25% de la población reconoce tener algún tipo de fetiche sexual. Por ejemplo:

Autonepiofilia: este tipo de personas encuentran placer al usar pañales y ser tratados como bebés.

Capnolagnia: es un fetiche basado en ver a personas fumando, aunque existen variaciones al observar un individuo inocente realizando comportamientos considerados tabú.

Consuerofilia: estas personas se cosen la piel con aguja e hilo para poder conseguir placer sexual.

El fetichismo es una conducta sexual.

Dacrifilia: se trata de la excitación por las lágrimas, es decir, que se consigue placer al ver llorar a otra persona. Además, tienden a lamerlas, untarlas en el cuerpo y hasta beberlas.

Espectrofilia: consiste en tener un encuentro sexual con entidades de otro mundo o en presencia de espíritus.

Formicofilia: es el placer sexual por tener pequeños insectos arrastrándose por el cuerpo, sobre todo por los genitales.

Hifefilia: Se consigue placer al entrar en contacto, ya sea tocar o rozar, objetos ajenos contra el cuerpo, estos van desde ropa, cabello, piel, lencería, entre otras.

Ipsofilia: prácticamente es el narcisismo llevado al extremo, ya que estas personas se excitan por sí mismos. Pueden pasar horas viéndose en un espejo, acariciándose y besándose.

Así como estas, hay muchas otras conductas sexuales fetichistas. De hecho, en 1987 la Asociación Estadounidense de Psiquiatría determinó que no se trata de un trastorno mental, sino de una conducta social de carácter electivo y consensuada entre la pareja.

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