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- 15/09/2024 00:14
- 14/09/2024 17:56
Guillermo Trujillo, en palabras de Mónica Kupfer, es “el pintor panameño que más parece haber capturado la esencia de su país”. Y así se refleja en las paredes de la sala principal de Centro Espacio Arte, un espacio que inaugura justamente con una retrospectiva del maestro nacido en Horconcitos, Chiriquí y que ha dejado a los panameños un grandísimo legado.
“Raíces” es el nombre de la exposición en la que converge el trabajo de la fundación Los Carbonell, quienes ofrecen a Panamá un espacio dedicado al arte de un alto nivel. Y qué mejor forma de inaugurarlo que con el arte de Trujillo.
“La exposición se ve muy bien aquí, pero es que, claro, tenemos un gran maestro”, asegura Nancy Calvo, co-curadora de la exposición. “Y además, lo que pongan aquí va a lucir muy bien”, agrega.
Aunque la tarde está un poco nublada, la sala se inunda con la luz que entra a través de los cristales que van de piso a techo. Las paredes no cubren todo el lugar y permiten que los visitantes tengan la posibilidad de ver obras iluminadas con las luces de la sala y, algunas, con luz natural. La amplitud del espacio y las paredes blancas logran que destaque el colorido de la obra de Guillermo Trujillo. En un rincón de la sala, y mientras estudiantes y el público en general observan las obras colgadas, Nancy Calvo y Mónica Kupfer, curadoras de la exposición, miran con orgullo el trabajo logrado. “No es lo mismo poner una obra en un caballete que disponerlos en un buen espacio y bien iluminado”, dice Kupfer. Todo parece estar en el sitio justo y el esfuerzo de meses no es tan evidente.
La muestra empezó a gestarse hace más de seis meses. La obra del edificio no daba señales de avance, sin embargo, el cronograma se mantuvo hasta el final. “Cuando montamos la exposición todavía no estaban los aires acondicionados ni la electricidad. No se trataba solamente del montaje de una muestra. Estaba naciendo un espacio nuevo, con todos sus dolores de parto”, explica Kupfer.
Por suerte, tanto Kupfer como Calvo tenían bastante claro lo que buscaban. Tenían un plano del lugar y ya habían estado seleccionando obras y pensando en posibilidades. “Cuando llegamos cambiamos algunas cosas e hicimos ajustes”, reconoce Kupfer.
Al día de hoy y luego de una sonada inauguración, Espacio Arte es visitada sobre todo por estudiantes, amantes y conocedores de arte. El espacio ofrece muchas posibilidades, el plan es que este espacio (piso 1) sea de artistas reconocidos de Panamá o de fuera, sin fines de lucro; arriba se expondrán obras de la colección de la Fundación los Carbonell, además hay un espacio destinado a programas educativos y talleres, y en la planta baja se ubica una galería de arte, una librería, una tienda de antigüedades y una cafetería.
“Raíces” empezó a gestarse en la sede de la Fundación Guillermo Trujillo con Isabel De Obaldía, hija del artista, Kupfer y Calvo. “Nivaldo tenía la idea ya de hacer una exposición. Lo que hizo fue buscarnos a nosotras para desarrollarla porque dependía de la anuencia de la fundación para prestar las obras”, explica Calvo. Todas las obras expuestas, salvo cuatro, dos esculturas y dos pinturas, que pertenecen a la colección de la Fundación Los Carbonell, pertenecen a la Fundación Guillermo Trujillo. “Como el rol de la fundación es preservar el legado de Guillermo Trujillo, esta era una manera ideal de hacerlo. Se beneficia el espacio nuevo, se beneficia el público y la Fundación Guillermo Trujillo está cumpliendo con su misión, que es la de mantener viva la memoria del artista”, detalla Kupfer.
No se trata de toda la colección de obras de Trujillo. El maestro empezó a guardar obras de todas las series que fue creando. La idea de la Fundación Guillermo Trujillo es eventualmente hacer una gran retrospectiva con gran parte de su trabajo que es custodiado por la fundación y algunas obras de colecciones privadas.
Y es que Trujillo además de polifacético fue muy prolífico. El artista creó no solo pintura (acrílico y óleo) sobre lienzo sino escultura, cerámica, obra sobre papel que incluye grabado, serigrafía, aguafuerte, aguatinta, pasteles y sanguinas. También hizo tapices bordados. “Trabajaba todos los días y aparte fue maestro porque enseñó a hacer acuarelas, desarrolló un taller de grabado y de cerámica; además fue un gran promotor de artistas a quienes apoyó para conseguir becas para que estudiaran fuera. El legado que Trujillo dejó es muy amplio, no solo su obra, sino como persona”, afirma Kupfer
A pesar de que llegó a ser conocido por su mal genio, era una persona muy sociable, con buen sentido del humor y es recordado además como un gran cocinero.
“Tuvimos la idea de que esta muestra fuera sobre arte panameño, sobre lo que hacía Trujillo, que lo hace un artista verdaderamente panameño. Su obra se basaba en tradiciones, en la tierra”, comenta Kupfer. “Y como él era arquitecto paisajista, el paisaje le atraía mucho, sembraba orquídeas y le gustaba mucho la naturaleza. Era una manera de enfocar la exposición en lo panameño”, agrega Calvo.
“Y la palabra raíces funcionó súper bien porque no sólo se trata de las raíces de él como panameño, sino que, por otra parte, tenía este interés enorme por el arte precolombino. Él se crio en Chiriquí, había huaqueado y además en sus obras, las raíces están presentes”, dice Kupfer y muestra algunas obras en las que se muestran cortes de tierra. El horizonte está muy arriba, mientras que abajo, bajo la tierra, están las raíces. De acuerdo con Kupfer, se trata también de mostrar el mundo interior y el mundo exterior del artista, mostrar su introspección.
La muestra “Raíces” consta de obras que abarcan trabajos desde 1959 hasta 2017 y, además de pinturas, incluye esculturas y tapices. En su trabajo va de lo colorido a lo oscuro y también a lo tenue. Tiene obras de gran formato como algunas pequeñas y sus motivos, aunque diferentes solían regresar. A diferencia de algunos artistas que muestran ciclos muy definidos. Trujillo revisitaba algunos. Curiosamente no lo hacía de la misma manera. Algunas obras con una gran diferencia de edad lucen muy parecidas, pero al detallarlas se observan diferencias en la técnica utilizada. “Los artistas van y vuelven a una serie que están desarrollando, de repente regresan al tema, pero lo hacen con visiones diferentes”, explica Calvo. “Una obra no es una cosa que empieza y termina sino que va haciéndose en el tiempo. Es parte de la obra a seguir haciendo”, medita.
Para Calvo, cada obra es como un autorretrato en el que se refleja el estado de ánimo y los sentimientos. Esta idea la refuerza Kupfer detallando que aunque la obra de Trujillo parece lineal, reaccionó a situaciones puntuales. Ejemplos en la muestra son la obra “Sarigua”, “Bajareque de Cerro Quema” y “Ritos para exorcizar a La Niña”, refiriéndose este último al fenómeno que genera lluvias e inundaciones. Refleja en ellos su preocupación por la naturaleza.
“Lo que hicimos nosotras fue ‘ordenar’, dice Calvo: “por un lado, paisajes; tenía obras un poco más abstractas, quisimos poner un cierto orden visual. Algunas figuras son simbólicas, sobre todo sus nuchos, otras son anecdóticas, otras son más poéticas, o sea que sí encontramos, a pesar de que muchas tienen que ver con la idea de las raíces, hay unas que son pura poesía y hay otras que son específicas como aquella de unos pescadores en unos manglares”, sugiere Kupfer. Otras están inspiradas en tradiciones indígenas, algunas de ellas nacidas de la imaginación del artista. Ejemplo, “Ilustraciones del códice emberá” u “Oráculo guaimí” o “Formas del Teekendeba”. “Pone al espectador a pensar y nos lleva por otros caminos”.
Trujillo utiliza mucho referencias espirituales y religiosas de los pueblos indígenas, Entonces, hay cadejos, nahuales, talismanes, ofertores. Situaciones ligadas con el interior del país o el interior de su mente.
“Es una exposición que le permite al visitante disfrutar del arte en un sentido bastante tradicional, donde hay mucha variedad hay color, hay imágenes agradables, creo que mucho del arte actual es sobre temas difíciles y esto es como un remanso”, analiza Kupfer. El arte contemporáneo es más contestatario, Trujillo invita a la reflexión, a la introspección.
“Es una gran oportunidad para que estudiantes de arte observen cuán polifacético puede ser un artista”, propone Kupfer. Calvo considera que una visita a “Raíces” puede ser un detonante para decidirse de una vez a hacer arte. “Esto es una clase magistral. Aquí pueden ver todas las posibilidades que tienen para hacer”.
Kupfer asegura que es una gran oportunidad la que se le da al público, sobre todo a los estudiantes, de ver diferentes maneras de pintar. “No tenemos tantos museos, entonces nos viene bien como ciudad tener otros espacios que nos muestren el trabajo de un maestro panameño, ver su obra real, no solamente reproducciones”. Colores, texturas, el resultado es hecho con las manos, algo muy diferente del arte digital que es muy válido, pero que carece de esa materialidad.
La obra de Trujillo es el resultado de toda una vida haciendo, con disciplina, con constancia, desarrollando una técnica impecable, pero también leyendo, conociendo y viviendo.
No solo se trata de desarrollar la técnica sino de tener un discurso propio que va creciendo y desarrollándose al transcurrir el tiempo.
Las curadoras consideran que esta exposición tiene el nivel para estar en un museo. Y en esto aporta mucho Espacio Arte.
El espacio ha dejado el listón alto.
“Esto da una esperanza de que si alguien que no es panameño ha venido y ha puesto aquí su granito de arena, para los que están en el negocio del arte o en el mundo del arte, esto puede ser un ejemplo a seguir. Porque esto lo vamos a disfrutar todos los panameños; es una vitrina, no solo para ver arte panameños sino latinoamericano y eso enriquece”, concluye Calvo.