Vanguardista Miky Fábrega

Actualizado
  • 24/05/2011 02:00
Creado
  • 24/05/2011 02:00
PANAMÁ. En el antiguo y colorido barrio de Bella Vista se encuentra la casa de Miky Fábrega, con una arquitectura que data de 1942, de c...

PANAMÁ. En el antiguo y colorido barrio de Bella Vista se encuentra la casa de Miky Fábrega, con una arquitectura que data de 1942, de color rojo y amplios jardines frontales, como pocos existen en la ciudad en Panamá.

No hay carteles, ni anuncios, solo tres timbres, con el nombre de neondme, justamente la agencia de consultoría de arte del pintor.

Nadie nos recibe en la entrada, ni hay seguridad, ni nada parecido, al abrirse el portón eléctrico pasamos y subimos las escaleras internas del casón de los años 40, cuadros y fotografías adornas sus paredes y en el último piso nos espera, el pintor , sonriente, nos da la bienvenida y nos invita a pasar a su oficina.

Nos presenta a su personal, mostrándonos la casa y con un ¡Ustedes dirán! nos invita a iniciar la entrevista.

Hay pocos cuadros de su creación ya que este panameño, que reside la mitad del año fuera del país, acaba de inaugurar Distopia, una nueva muestra que reivindica al ser humano como protagonista de la sociedad y expresa el fracaso de la sociedad perfecta.

‘Soy panameño y tengo 35 años, nací y crecí en este maravilloso país’, así comienza la entrevista, que por las características de Miky, invita a ser una charla. Fábrega es artista desde sus primeros pasos, aprendió a leer a los 4 años, gracias a la motivación de su madre. Vivió entre tradiciones hebreas maternas y católicas por parte de padre, aunque actualmente no profesa ninguna religión, solo medita todos los días y se define como una persona muy espiritual.

‘Tuve una niñez particular, siento que mi formación como niño y adolescentes, me han hecho el adulto que soy’, afirmaba Fábrega.

Entre música de Pink floyd, Led Zeppelin y las costuras de su abuela materna, crecía el más chico de los cinco hijos de Laura Toledano y Bernardo Fábrega.

Emocionado continuaba hablando de su niñez, su padre ingeniero electrónico, lo salpicó con esa curiosidad y entusiasmo de indagar, junto con sus 4 hermanos que se destacaban en la música, transcurrió sus primeros años en una casa llena de música y colores.

‘A mitad de los 80, mi familia se muda a la casa de mi abuela que pintaba, fue la que me enseñó a diseñar, a armar’, confesó el pintor.

Agregó que su abuela ecuatoriana, por parte de madre, fue una persona muy importante en su vida, a la que le debe esa apertura de ideas, ya que de niño lo llevaba a elegir telas junto a ella, tarea que era poco común entre niños, pero que en aquellos años nadie le marcó como un desvío.

‘Me crié con mujeres fuertes y dentro de un ambiente muy liberal y artístico’

Egresado del colegio Javier, siempre pensó que lo más normal era dibujar, plasmar todo en papel ya que desde muy chico se destacó en esto. Al graduarse del colegio se fue a México a descubrir y cuenta que la primera instalación que lo impactó fue una que vio en 1995 de frascos con formol donde dentro había fetos de vacas.

Después de vagar por México y Europa descubrió la publicidad y se interesó por ella y comenzó a trabajar en Publi3.

SE ACABA EL TIEMPO

‘Siento que hay mucho que hacer, creo que eso es lo que me empuja a seguir, es la sensación que tengo cada vez que regreso a Panamá’ comentó, casi preocupado el creador.

Agregó que si bien es artista, le interesa todo lo que nos forma como sociedad, ya que Panamá es un país que tiene tanta riqueza, entre el canal, el turismo y el centro bancario, debería sobrar y afirmó que la minería es un proyecto que no regresa nada, ya que es lo único que de verdad tenemos y que este país le debe quedar a nuestro nietos y bisnietos.

El asiduo lector de Malcom Gladwell, vive entre el arte, la lectura y el mundo de la economía, distintos, pero que se fusionan y en ese plano todo es posible. Es por eso que piensa que Panamá tiene una clase política preocupada por sus intereses personales, corrupta y sin preparación; que la lleva a rumbos negativos.

‘Nos están quitando Panamá, pero todavía estamos a tiempo de hacer algo’, expresó el pintor y publicista Miky Fábrega.

Las ideas pueden cambiar el mundo y desde el arte se puede exponer ideas más allá de las reglas.

Más que eso, ‘Creo que hay que democratizar el arte, y sobre todo el poder de la influencia para bien o para mal es lo que muchas veces moviliza y atraviesa al hombre, hay que reemplazar la sangre, por la inspiración y el arte tiene ese poder, en cualquiera de sus formas: danza, poesía, pintura, escritura, dice mientras que rasga una guitarra, pintada por el mismo’

Muy directo, agregó que el concepto de arte es históricamente reservado para los ricos y sigue en ese curso y él intenta cambiar eso, profundizó Fábrega, que también expresó que lo que atraviesa su obra es la identidad y Distopia; habla de eso de la perdida de la identidad y el adoctrinamiento masivo. En sus obras intenta llamar la atención a los seres humanos.

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