Padre de la percusión cubana

Actualizado
  • 26/10/2012 02:00
Creado
  • 26/10/2012 02:00
LA HABANA. Los cubanos no solo están tristes por los destrozos que causó el huracán ‘Sandy’ en la ciudad de Santiago esta semana, tambié...

LA HABANA. Los cubanos no solo están tristes por los destrozos que causó el huracán ‘Sandy’ en la ciudad de Santiago esta semana, también lloran al padre que les enseñó música por muchas generaciones. Ese fue Domingo Faustino Aragú Rodríguez bautizado como el padre de la enseñanza de la percusión en Cuba, quien falleció a los 102 años de edad, en su residencia, en el barrio de Santos Suárez en la ciudad de La Habana, Cuba, informó el diario Granma.

El también Premio Nacional de Música fue uno de los precursores de la Escuela Cubana de Percusión y fundador de la Sociedad de Percusionistas de Cuba y aunque su formación en la música fue autodidacta, Aragú tuvo ese don en la sangre.

Fue miembro de la Orquesta Filarmónica de la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba y se desempeñó como timpani solista hasta su jubilación en 1984, espacio donde se ganó la admiración de numerosos músicos y directores invitados.

Fue miembro, además, de importantes orquestas de la radio y la televisión y colaboró con el acompañamiento musical de artes escénicas como el Ballet. Elaboró como Asesor Nacional de Enseñanza, planes y programas de estudio y confeccionó los textos Instrumentos cubanos para aficionados Volúmenes III y IV (1963), El Redoble (1974) y Los instrumentos de Percusión (1995). Además se destacó en los campos de la enseñanza artística de la percusión sinfónica; la metodología de la enseñanza e historia de la percusión; la construcción, diseño y reparación de baquetas de concierto etc. Fue condecorado como Profesor de Mérito del Instituto Superior de Arte y Premio Nacional de Enseñanza Artística 1999.

SU HUELLA

Después de su deceso, ex alumnos y allegados al maestro han expresado a través de un blog llamado, ‘Percuseando’, los sentimientos hacia Aragú.

Fausto García Rivera, actual profesor de batería de La Habana y ex alumno del maestro, dijo que Aragú dejó un legado en la isla. ‘SuS finas melodías, su exactitud en los sonidos y la manera de enseñar lo hacen ícono de la música cubana’.

Sergio Tulbovitz es ruso y vivió en Cuba. Expresó que los recuerdos que tuvo de su profesor perdurarán por el tiempo. ‘Cuando escuchabas lo que él tocaba, era como trasladarte en tiempos. La música de Aragú tenía esa profundidad de principio a fin’.

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