Vida sexual y afectiva

Actualizado
  • 19/07/2013 02:00
Creado
  • 19/07/2013 02:00
PANAMÁ. Tener una discapacidad no es impedimento para que dos personas experimenten el sentimiento del amor. Llena de drama familiar, ro...

PANAMÁ. Tener una discapacidad no es impedimento para que dos personas experimenten el sentimiento del amor. Llena de drama familiar, romance y aspectos cotidianos, la película, Mónica y David, una pareja con síndrome Down, es un claro ejemplo de ello. Con su amor pudieron vencer todas esas ideas o prejuicios que hay sobre las relaciones de pareja de las personas con esta discapacidad.

EXPERTOS COMENTAN

Según la psicóloga y sexóloga clínica especializada en personas con discapacidad, María Elena Villa, ‘las personas con síndrome de Down tienen las mismas necesidades que las demás personas y el derecho a vivir su sexualidad. Solemos asociar la sexualidad con la reproducción y no necesariamente tiene que ir ligada a ella, sino que va más a allá de eso’.

‘El problema es que existe una falta de información en este sentido. La sexualidad es la misma para todos, al mismo tiempo que el hecho de tener una pareja’. Así, también comentó que ‘si no ejercemos nuestros derechos, no nos podemos desarrollar plenamente como personas’.

Igualmente dijo que ‘todos tenemos derecho a tener una familia y en lo que respecta a la sexualidad y a la afectividad, los jóvenes nos están pidiendo ayuda y consejo. Nuestra función es escucharles y comprender sus necesidades y poderles informar’, detalla Villa. El sexólogo Eliecer P. Rivera lo afirma al decir que las familias y los que se encargan de cuidar a quienes tienen esta discacidad están en la obligación aceptar y educarlos cuando ellos muestren algún sentimiento de amor.

Lo ideal es crear una conciencia sexual positiva en aquella persona con Down y ayudarlos a comprender los tipos de relaciones sociales. Todos estos factores ejercen una influencia en la forma de cómo ellos en un futuro van a satisfacer sus necesidades de intimidad.

‘A las personas con esta discapacidad siempre se les ha considerado como niños eternos, por eso no se asimila su sexualidad’, expresó Rivera y agregó que ‘como todo ser humano ellos tienen derecho a satisfacer sus necesidades sexuales pero con una buena educación sexual’.

La clave está en comprender cómo vive la sexualidad la persona con síndrome Down: sus manifestaciones y respuestas, las dificultades que plantea el entorno y sobre todo que estén conscientes de los riesgos que hay en cuanto a las enfermedades sexuales.

¿QUÉ HACER?

En la actualidad, desde una perspectiva profesional, más que reprimir o tratar de anular la sexualidad de estas personas, se trataría, en un marco de integración y normalización, de buscar cauces adecuados de expresión para quienes manifiestan intereses sexuales específicos. Habrá personas que no los manifiestan y debemos respetar esa circunstancia.

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