El asombroso mundo de Google

Actualizado
  • 25/10/2013 02:00
Creado
  • 25/10/2013 02:00
PANAMÁ. Lo primero que nos viene a la mente cuando terminamos de ver Aprendices fuera de línea es si se trata de una publicidad de Googl...

PANAMÁ. Lo primero que nos viene a la mente cuando terminamos de ver Aprendices fuera de línea es si se trata de una publicidad de Google o de una película que sólo transcurre en la megaempresa tecnológica.

Pero seamos objetivos. Google es una de las empresas más grandes del mundo y necesita publicidad como el aire: un internauta que no use su buscador puede declararse muerto. Y, a fin de cuentas, si Google patrocinó la película o no es sólo un dato más que no hace buena o mala a una película.

Lo que sí podemos asegurar es que la empresa sirve definitivamente como excusa para esta comedia. Y que, además, Aprendices fuera de línea, en principio, tiene todo lo necesario para ser una película de buen nivel. Cuenta con un director experimentado como lo es Shawn Levy (Una noche en el museo y Gigantes de acero), está protagonizada por la ya efectiva dupla cómica compuesta por Owen Wilson y Vince Vaughn —de Los rompebodas (2005)—, y tiene una línea de segundos actores de lujo, como John Goodman y el delirante Will Ferrell. Sin embargo, y ahora sí hablamos de cine y no de publicidad, ninguna fórmula es infalible.

Todo comienza cuando son despedidos Billy McMahon (Vaughn) y Nick Campbell (Wilson), dos cuarentones con mucha labia que se dedican a vender relojes. Y mientras se dan cuenta de que el tiempo se les fue de las manos, y que no sólo no tienen trabajo, sino que además no tienen novias ni ahorros ni conocimientos de ningún tipo, descubren la posibilidad de inscribirse en una pasantía para trabajar en Google.

Con unos currículos mentirosos y mucha suerte, estos analfabetos tecnológicos que ni saben mandar un mail, logran quedar preseleccionados. Pero se dan cuenta rápidamente de que sus nuevos rivales y compañeros son unos nerds que no llegan a los veinte años de edad y que tienen todo lo que ellos no para ocupar los puestos vacantes.

Durante la primera parte del filme, la química humorística de los protagonistas funciona muy bien. Pero en cuanto el chiste de ‘somos viejos’ se acaba, la película empieza a decaer hasta convertirse en una mera enseñanza sobre superación y adaptación en ambientes hostiles. Y con suerte logramos dos o tres carcajadas en la siguiente hora y media.

Aún así, en vez de reírnos de sus gags y situaciones, podemos disfrutar de conocer el mundo interno de esta megaempresa, con sus toboganes gigantes, sus sombrillas de colores, su comida gratuita y esos extraños artefactos para dormir la siesta. Si hay algo que sin duda tiene esta película es el privilegio de ser la primera en filmar en el campus de Google, ubicado en Mountain View, California.

Los momentos en los que aparecen Will Ferrell, Rob Riggle y John Goodman son, por otro lado, los mejores del filme. Estos tres personajes secundarios, todos expertos en hacer reír, son los encargados de mostrar de forma nefasta y divertida la degradación del mundo laboral. Ya sea vendiendo colchones o sillas de ruedas motorizadas para ancianos, cada uno aporta su cuota de humor personal.

La subtrama entre Owen Wilson y Rose Byrne, la ‘mala’ de Damas en Guerra (2011) que ahora interpreta a una treintañera geek y jefa de Google, también funciona muy bien y agrega un condimento más a la película.

Pero nada de todo ello hace que dejemos de creer que Aprendices fuera de línea podría haber sido la comedia laboral e intergeneracional que todavía falta en el cine actual. Tiene todos los componentes para que así sea. La historia y el elenco prometían. Y la idea original también. Pero algo se quedó en el camino. ¿Será que no se animaron a reírse de Google?

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