Una película con muchas estrellas

Actualizado
  • 14/11/2013 01:00
Creado
  • 14/11/2013 01:00
PANAMÁ. Brad Pitt, Cameron Díaz, Penélope Cruz, Javier Bardem y Michael Fassbender. ¿Acaso esas cinco caras colocadas en el cartel de pr...

PANAMÁ. Brad Pitt, Cameron Díaz, Penélope Cruz, Javier Bardem y Michael Fassbender. ¿Acaso esas cinco caras colocadas en el cartel de promoción, una al lado de la otra, no son suficientes para incentivarnos a ver El abogado del crimen? Sin duda es un elenco de lujo y bastante tentador.

La tentación es mayor aún si sabemos que se trata de la nueva de Ridley Scott, uno de los directores más respetados de las últimas tres décadas, con una filmografía que incluye joyas como Alien (1979), Blade Runner (1982) y Gladiador (2000). Y que, como frutilla del postre, el encargado del guión es Cormac McCarthy, uno de los escritores favoritos de Hollywood, responsable de las novelas en las que se basaron las películas Sin lugar para los débiles (2007, ganadora de cuatro Oscars) y La carretera (2009).

Y por si todavía hay algún indeciso, queda por nombrar una segunda línea de actores como Bruno Ganz, Dean Norris, Natalie Dormer y John Leguizamo, y un equipo detrás de cámara entre los que se encuentran el director de fotografía Dariusz Wolski (Piratas del Caribe y Alicia en el País de las Maravillas) y la diseñadora de vestuario Janty Yates (ganadora del Oscar por Gladiador).

¿Alguien podría haber formado un equipo mejor? Es posible que uno equiparable. Mejor sería difícil. Aunque sólo sea por una cuestión económica. Aún así, todas esas estrellas y mentes creativas no fueron garantía de una película inolvidable.

El abogado del crimen es la historia de un abogado que siempre se manejó legalmente, pero que una mañana se despertó y decidió hacer algo mal. Una sola cosa. Un sólo negocio de tráfico de drogas que lo relacionará con la gente más cruel y sanguinaria, y le cambiará la vida para siempre.

Así descubre, poco a poco, que las reglas de este nuevo mundo son muy distintas a las que él conoce. Y a medida que la película avanza, la violencia crece de la mano de sicarios, malos entendidos, mentes perversas y las formas de muerte más terribles y sanguinarias.

El paso entre una situación y otra no logra generar que nos encontremos cada vez más atrapados por la historia. Por el contrario, los diálogos interminables y pseudo-filosóficos y algunas escenas sin demasiada información hacen que por momentos uno se pregunte qué es lo que está pasando. Y eso hace que este thriller sobre el narcotráfico no logre el clima de suspenso necesario para mantenernos incondicionales frente a la pantalla.

Muchos acusaron al guión, y especialmente al genio de McCarthy, ganador de un Premio Pulitzer y de un National Book Award, de este problema. Pero lo cierto es que esos diálogos que en esta película se hacen pesados y no llevan a ningún lado, en otras ocasiones funcionaron de manera muy distinta. En Sin lugar para los débiles, por ejemplo, cada vez que el comisario hace de las suyas con diálogos interminables y misteriosos, el filme gana algo muy interesante sin perder su ritmo. Y eso en la nueva película de Ridley Scott no sucede.

A pesar de todo, El abogado del crimen tiene muy buenos momentos. Algunas de sus escenas de asesinatos probablemente se conviertan en clásicos del cine y la escena de sexo entre Cameron Díaz y una Ferrari amarilla —sí, leyeron bien: sexo con un auto— sin duda dará qué hablar a pesar de mostrar poco y nada. El papel de ella, además, es de lo mejor de esta película.

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