Óscar 2019, entre el desafío y los ‘ratings'

Actualizado
  • 19/02/2019 01:00
Creado
  • 19/02/2019 01:00
La Academia de Hollywood rectifica: no entregará ningún galardón durante las pausas publicitarias. La acción se da tras la avalancha de protestas del gremio cinematográfico

El próximo 24 de febrero, en el Teatro Dolby de Los Ángeles, California, se celebrará una de las más polémicas y desafiantes ceremonias de entrega de los premios de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de los Estados Unidos (AMPAS, por sus siglas en inglés), mejor conocidos como los Óscar 2019.

Lo que pareciera tener los elementos de una receta para el desastre tal vez sea una oportunidad de oro para levantar los más bajos ratings que, en más de 40 años, han tenido este tipo de premiaciones a lo mejor del séptimo arte, según los 7,902 miembros de la academia aptos para votar.

La cifra se hizo relevante: 32.9 millones de espectadores siguieron de cerca las casi cuatro horas de transmisión animada por el presentador Jimmy Kimmel que, en opinión de los críticos de la televisión, ha sido uno de los mejores animadores, pero en un pésimo momento en el cual las plataformas de streaming , el repudio a la publicidad televisiva de parte de la audiencia y el exceso de programas de entrega de galardones en Estados Unidos, hacen que estas galas pierdan el encanto de aquellos momentos en que la audiencia esperaba si Titanic , de James Cameron, se coronaba como la favorita.

INGREDIENTES DE LA RECETA

La falta de un presentador oficial no ocurría desde 1989 y el resultado es recordado no por la película que ganó Rain Man , de Barry Levinson, sino por el desafortunado número musical compartido entre el actor Rob Lowe (que estaba metido en un escándalo sexual) y la cantante Eileen Bowman, que incluso tuvo una carta abierta de gente de Hollywood que reprochó ‘la vergüenza que semejante despropósito les había hecho pasar a la Academia y a toda la industria del cine norteamericano'.

Este año se tenía planeado invitar al comediante del momento, Kevin Hart; sin embargo, tuvo que declinar por la lluvia de críticas por unos comentarios negativos sobre la diversidad y la orientación sexual.

Hart se disculpó públicamente por haber escrito en redes sociales hace algunos años que: ‘si mi hijo llegara un día a casa e intentara jugar con una casa de muñecas se la rompería en la cabeza y le diría: Para, eso es gay ', apelando a la madurez y al crecimiento personal que ha experimentado, con lo cual dimitió para ser anfitrión de los Óscar.

Curioso, pues se dice que los peores anfitriones han sido los actores Anne Hathaway y James Franco en el 2011 y la entrega más incómoda y recordada de un premio la tuvieron en el 2017 cuando Warren Beaty y Faye Dunaway (‘Bonnie and Clyde') anunciaron que la mejor película era La La Land , en vez de Moonlight .

Otro ingrediente para la receta ha sido el anuncio e inmediata rectificación de la Academia al expresar la intención de entrega de premios a edición, fotografía, cortometraje y maquillaje en tandas publicitarias y que luego de una carta remitida a John Bailey, presidente de AMPAS, en la cual califican la decisión como un ‘insulto a la profesión', tuvieron que enmendar la ‘metida de pata'.

‘Cuando el reconocimiento de los responsables de la creación de un cine sobresaliente se ve reducido por la misma institución, cuyo propósito es protegerlo, dejamos de defender el espíritu de la Academia de celebrar el cine como una forma de arte colaborativo', expresaban los querellantes, entre ellos Spike Lee, Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro, Martin Scorsese y Yorgos Lanthimos, entre muchos otros realizadores.

Asimismo, para acortar el tiempo de la gala a tres horas, Donna Gigliotti, una de sus productoras, dio a conocer que los ganadores tendrían unos 90 segundos desde su anuncio, para llegar rapidito al escenario y decir su discurso de agradecimiento.

Hace algunos meses, otro anuncio dejó dudas sobre el rol de la Academia. Se trata de ‘La película más popular', una categoría que buscaba reconciliar al cine de entretenimiento y taquilla para acercar a más público que se interesara por este tipo de premiaciones.

La lluvia de debates e insultos no se hizo esperar, pues el argumento pesaba mayormente en el criterio de otorgar el máximo premio de la Academia a un cine con ambigüedades e interpretaciones muy vagas en los rangos técnicos y de calidad, refiriéndose, por ejemplo, al hecho de que la película más taquillera, que no necesariamente figure entre las mejores del año, se lleve una estatuilla.

Sin duda, otro desacierto lo constituyó la reducción de números musicales nominados a mejor canción original del año, para dar protagonismo a aquellas que son mayormente conocidas, como Shallow, de Lady Gaga, quien precisamente fue una de las que de inmediato ayudó a persuadir a la Academia para que rectificaran y se permitiera que todas las canciones nominadas fueran cantadas.

¿MÁS INGREDIENTES?

Se dijo que el sindicato de actores denunció que la Academia habría intimidado a algunas estrellas para que tuvieran presencia exclusiva en la celebración y hubo quejas por la inclusión entre las nominaciones del cortometraje documental Detainment, sobre el asesinato del niño James Bulger por dos menores de edad en 1993.

A la receta le queda aún el dilema sobre quién ganará el premio a la mejor película. En años anteriores, los sindicatos más prestigiosos coinciden en un ganador. Este año, por ejemplo, el sindicato de productores va por Green Book , del director Peter Farrelly (conocido por sus comedias Dumb and Dumber y Loco por Mary ); el sindicato de actores se vuelca por Black Panther , de Ryan Coogler (primer filme del universo Marvel que entra triunfante por el Óscar); el sindicato de directores premió a Roma , de Alfonso Cuarón (histórica película mexicana en blanco y negro con una actriz originaria sobre una servidora doméstica); el sindicato de directores de fotografía va por La Favorita , del director griego de moda, Yorgos Lanthimos (excelente tragicomedia histórica sobre escándalos reales ingleses) y Rapsodia Bohemia , del innombrable Brian Synger (despedido de la producción en medio de escándalos sexuales), que por cierto se ganó el Globo de Oro; y por el sindicato de guionistas: Eight grade , de Bo Burnham y Can you ever forgive me? , protagonizada por la comediante Melissa McCarthy.

Los premios se entregan este domingo. Anochecerá y veremos.

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