Crónica de un premio anunciado

Actualizado
  • 16/10/2008 02:00
Creado
  • 16/10/2008 02:00
PANAMÁ. El martes a las 7:30 p. m. en el hotel Granada se iba a efectuar la que posiblemente sea la ceremonia más importante de las le...

PANAMÁ. El martes a las 7:30 p. m. en el hotel Granada se iba a efectuar la que posiblemente sea la ceremonia más importante de las letras panameñas: el anuncio del fallo de los premios Ricardo Miró.

Más de cuarenta y cinco minutos antes del comienzo de la conferencia el salón ya se encontraba considerablemente ocupado. Para cuando dieron las 7:30 p.m. ya no quedaba una silla vacía entre invitados, jurados, periodistas y miembros del Instituto Nacional de Cultura (INAC) que estaban ahí. A pesar de que conversaban entre ellos no solamente de literatura, sino de los más diversos temas, se notaba en todos una ansiedad por saber cuáles serían los resultados.

Afinados los últimos detalles. Un estandarte que había que colocar, calibración de los equipos de sonido, etc., se ubican en la mesa el Director del INAC, Anel Rodríguez, la directora del departamento de letras, Aleida De Gracia, y el notario, Mario Velásquez, quien estaba ahí para darle la debida legalidad a los anuncios.

Tras la tradicional presentación y un breve discurso por parte del señor Rodríguez, en el cual enfatizó sobre el poder de la literatura y su importancia, se dio paso a la lectura de los fallos y apertura de los sobres. La primera categoría sería Poesía.

Al podio pasó el jurado cubano, Roberto Manzano, quien leyó rápidamente el fallo al que ella y sus compañeros; Luz Lescure de Panamá y Jaime Quesada de Chile, habían llegado. La obra ganadora era “La casa rota” inscrita bajo el pseudónimo de Evelina Muralla, quien resultaría ser la escritora Lucy Chau. La emoción del público se haría evidente. Algunos mencionaron emocionados: “de la nueva generación”. Los jurados internacionales que se encontraban en primera fila un poco confundidos por la reacción de los presentes se preguntaban: “¿está aquí?” No. Lucy Chau no estaba ahí, al menos no todavía.

Calmadas las emociones, se seguiría con el programa establecido. Ahora venía la categoría Teatro. De entre veintidós obras, la ganadora fue “Hablemos de lo que no hemos vivido” de “Candida Williamson”. Los ojos pasaron de Delia Cortés, quien dio lectura al fallo logrado por ella, Ana Teresa Sosa de Venezuela, y la española Amparo Climent, al señor Velásquez, el cual con toda calma abría los sobres que contenían los datos de la “ganadora”. Para sorpresa de todos, “Candida Williams” al final resultó ser un hombre: Javier Domingo Stanziola Valenzuela.

La familia del ganador estaba presente, así que los aplausos y los vítores no se hicieron esperar; sin embargo había cierta confusión por parte del resto de los presentes, que se preguntaban quién era. Unos segundos después, una vocecita diría “Es el autor de ‘De mangos y albaricoques’ y ‘Solsticio de invierno’”. Este es el tercer Miró en Teatro de Stanziola.

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